18 de abril de 2024

TODOS LOS IMPERIOS SE PUDREN Y CAEN.

    


La burguesía tiene a su disposición todas las religiones que hacen creer que un Dios les solucionará sus problemas.

      Las burocracias de los sindicatos y los reformistas en las organizaciones obreras no están a la altura de las circunstancias.     Los medios de comunicación no paran de mentir  y hacer creer que no se puede hacer nada.

      Las gentes no leen, no saben, creen que el Socialismo es lo que dicen gente como Felipe. Y Comunismo es lo que hubo en Rusia, después de Lenin, que fue una brutal dictadura Estalinista.

         Todo esto influye en las gentes y otras cosas como las Drogas, el Fútbol, etc.   Pero este imperio caerá como cayó el Estalinismo y otros anteriores.

         Como decía Marx, los obreros no tienen nada que perder salvo sus cadenas y a eso nos llevará este sistema Capitalista, con sus guerras e injusticias, a su total derrota y al comienzo de la constitución del Socialismo Marxista, que como el fuego, llegará a todos los rincones del planeta, construyendo un mundo de igualdad y plena justicia.

JOSÉ GARCIA GÓMEZ.

Militante de Izquierda Socialista-PSOE-A.

 Agrupación Socialista de Cártama (Málaga).

 

      

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15 de abril de 2024

EL PARO ES UNA CONDENA PARA LA JUVENTUD.

El paro es un tremendo golpe que hace estragos contra la juventud y este problema se presenta como una faceta más, cuando la mayoría de los jóvenes no han llegado a conseguir ni su primer trabajo fijo y estable.

Por tanto, podemos afirmar que uno de los problemas más hondamente sentidos por los jóvenes y por la clase trabajadora en general de cualquier país del mundo,  es el drama del PARO.

No hay duda de que en la mayoría de los casos una persona que está parada queriendo trabajar, significa el comienzo de una serie de incertidumbres y zozobras para una familia entera.

Estas incertidumbres pueden llegar hasta la pérdida de la vivienda familiar, el hambre, e incluso problemas de salud mental, si el período de paro se prolonga y no se encuentra salida.

El problema del paro no afecta únicamente a los países económicamente débiles, sino que afecta a todo el mundo capitalista, porque el paro se ha convertido en una enfermedad del sistema que nunca ha sido de garantizar el pleno empleo, y en los momentos actuales, menos aún porque como estamos viendo no pueden ofrecer una salida digna a la juventud en paro, que se encuentra sometida a una nueva “esclavitud”, con salarios de miseria y horas extras abusivas e incluso no pagadas.

Con los adelantos de las nuevas tecnologías eso está significando que en el próximo futuro, si no luchamos por derrotar este capitalismo corrupto y mafioso, para avanzar hacia un Socialismo Científico y una Democracia Participativa y Ética, nadie podrá tener un puesto de trabajo estable y menos aún la juventud, que ve cómo les roban el futuro.

El futuro que se presenta ante la juventud, que salen de colegios, Institutos, Escuelas Técnicas y Universidades, sufren el demoledor camino del paro y  la precariedad que conlleva al no poderse emancipar de sus padres hasta los más de 30 años.

Los jóvenes están luchando por sus derechos, que les quieren arrebatar, organizándose cada vez más y mejor, en el Sindicato de Estudiantes y otros colectivos, saliendo a potentes manifestaciones.

La burguesía sabe que el paro juvenil es una receta para las explosiones sociales y no es de extrañar que ante este panorama entre jóvenes y estudiantes, la mafia capitalista esté reclutando a través de la derecha extrema y ultra, gentes para fomentar la polarización política contra el Gobierno PSOE/SUMAR y así fomentar el índice de criminalidad, convulsiones y agitación, como vimos aquellas semanas de ataques a la Sede Social del PSOE en calle Ferraz.

Pero eso está ocurriendo también en otras partes de Europa y el mundo, donde es la juventud la que paga el pato de la incapacidad del sistema capitalista, corroído por la corrupción que es incapaz de resolver los problemas sociales y acabar con las necesidades que padece la humanidad.

Es en realidad, la juventud el principal sector social más atacado por el paro, porque vemos como cualquier empresa que quiere mantener sus beneficios, que son todas, comienza por reducir plantillas, usando siempre el mismo lema: “El último en llegar, que casi siempre es el más joven, el primero en salir despedido”, perjudicando claramente a la juventud.

Esto pone en evidencia la bancarrota del sistema capitalista y la incapacidad del reformismo, que no solo impide avanzar hacia la igualdad sino que deja paso al fascismo que vuelve a repuntar en todo el planeta. 

Pero la juventud está aprendiendo y de una u otra manera, golpea y golpeará cada vez con más fuerza a los brutales golpes que está recibiendo.

Más temprano o más tarde, la juventud y la clase trabajadora en general va a sacar las conclusiones correctas, cuando en un momento dado, se produzca el proceso molecular de toma de conciencia y dirigirá sus golpes hacia los verdaderos culpables, que son los capitalistas mafiosos y las patronales corruptas de este sistema podrido, económico, político y social, que se basa en no satisfacer las necesidades de la clase trabajadora, sino que solo se empeñan y dedican en acumular riquezas en manos de unos pocos archimillonarios.

Como explica el materialismo dialéctico, con los abusos de la explotación de los asalariados y el incremento de la brecha entre ricos y pobres, la lucha entre las clases no va a dejar de crecer y tendremos que enfrentarnos a enormes pruebas, pero las izquierdas tenemos que estar decididos a superarlas, cueste lo que cueste, porque bajo el capitalismo no hay futuro para la clase trabajadora y la humanidad.

El movimiento obrero se pondrá en marcha cada vez con más fuerza, porque los trabajadores organizados así lo han demostrado y continuarán preparándose y uniéndose cada vez más, para derrotar a la burguesía.

Las direcciones de los Partidos de las Izquierdas, ese reformismo sin las reformas necesarias exigidas por la clase trabajadora, en vez de avanzar, crea dificultades añadidas para que las grandes masas de luchadores lleguen a la conclusión de que es necesario construir las fuerzas de vanguardia avanzando hacia la unidad y no formando pequeños grupos que debilitan las acciones de lucha.

Por otra parte, el contraste entre los discursos de los llamados progresistas y reformistas, con su endeble política para la transformación social, con las broncas y disputan personalistas en el Parlamento y demás Instituciones, provocan una paralización de las luchas sociales y un freno por algunos de los sindicatos que no aceleran las luchas, sino que las ralentizan.

Los errores de esa forma de participar de “Reformismo sin Reformas”, surgido al calor de la anterior recesión global del 2008, ha dejado un vacío tanto en los Partidos Socialdemócratas como en los Estalinistas, que están padeciendo graves limitaciones orgánicas, habiendo sido contagiados por el perverso método de la corrupción, sin haber tenido todavía la valentía de limpiar las cloacas del Estado Franquista, que nunca se han depurado.

Muchos trabajadores y votantes de izquierdas en general sienten como que se está girando por la Coalición PSOE-SUMAR, hacia la derecha, en vez de hacerlo firmemente hacia la izquierda y en la medida que se suceden estos acontecimientos, tan poco atractivos para los votantes, que observan el camino hacia el callejón sin salida del capitalismo franquista de la Alianza PP/VOX, parece como si los dirigentes de izquierdas no se enterasen de lo que supone el peligro de estar sometidos a las mafias corruptas capitalistas, con la pandilla de cuatreros y corruptos, que es urgente desmantelar, antes de que sea demasiado tarde.

El pueblo está asqueado cada vez más de esas disputas permanentes en una lucha por los sillones, que están introduciendo grandes dosis de escepticismo y desmoralización entre amplias capas de la clase trabajadora.

Y esto es especialmente sensible entre los jóvenes. El hecho de no encontrar una salida colectiva ante sus problemas cotidianos como la precariedad, la incapacidad para independizarse o formar una familia, los recortes en servicios públicos, les empujan a buscar una salida individual.  Esto conlleva a la larga un grave peligro, pues si las izquierdas no dan una salida a la juventud, la demagogia de la extrema derecha encontrará en algunos sectores, el terreno abonado para su manipulación y discurso contra la clase trabajadora.

La juventud y la clase trabajadora en general,  ha luchado, lucha y luchará contra esa perversa situación, pero tendrá que estar mejor organizada pues nunca ha sido derrotada y es consciente de que es injusto que nos quieran hacer pagar los platos rotos de un sistema económico que está totalmente agotado, que es incapaz de mantener puestos de trabajo estables a toda una generación que está siendo estafada por la avaricia del Beneficio y las Prebendas de las Mafias Capitalistas.

¡¡Organízate y lucha porque la batalla por un mundo mejor es el único camino¡¡

COMISIÓN PERMANENTE.

IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA.

PSOE DE ANDALUCIA.

(*) Cualquier comentario o crítica, serán siempre bien recibidos y pueden enviarlo al correo de abajo y la persona que quiera conocer el Documento que hemos debatido y aprobado puede solicitarlo al correo siguiente y lo recibirá gratuitamente poniendo en asunto. MANIFIESTO

Ispsoeandalucia.malaga@gmail.com

                                                                 

 

 

 

          

 

 

 

 

 

12 de abril de 2024

(Parte 5 final): 14 DE ABRIL: DIA DE LA REPÚBLICA.

 


(Recomendable leer antes las Partes 1 al 4 anteriores).

Revolución y contrarrevolución.-

       …/…”Cuando Azaña fue elegido presidente de la República y una mayoría de miembros de los partidos republicanos coaligados en el Frente Popular coparon las carteras ministeriales, el objetivo de estos fue restablecer el “equilibrio” capitalista en medio de una situación extrema de polarización social y política. Rearmando a los guardias de asalto y dando instrucciones concretas a la guardia civil, el gobierno Azaña intentó impedir a toda costa la revolución: no dudó en reprimir el movimiento de las masas y logró que las cárceles, vacías de presos políticos tras las primeras jornadas de febrero, fueran llenándose con militantes sindicalistas y anarquistas.

 

       “Mientras, la burguesía ya había decidido la partitura que interpretaría. Pocos días después de la formación del gobierno y con Franco ya destinado a la división militar de Canarias, se celebró una reunión a la que asistieron él mismo, los generales Mola, Orgaz, Varela, González Carrasco, Rodríguez del Barrio y el teniente coronel Valentín Galarza, para acordar los planes del alzamiento. Todo este movimiento de sables que contaba con el respaldo de la burguesía, no permanecía secreto dentro de las paredes de las casas de oficiales y cuartos de bandera.

 

        “Eran constantes los rumores y las informaciones que revelaban la existencia de estos planes. ¿Qué hizo la República, presidida por el “progresista” Azaña para conjurar esta amenaza? Nada, absolutamente nada. Azaña destinó al general Mola a Pamplona, donde el 14 de marzo se hizo cargo del gobierno militar y del mando de la 12 Brigada de Infantería. ¡Así era como defendían la “legalidad democrática” los republicanos burgueses, ascendiendo, mimando y favoreciendo a los militares golpistas! 

 

         “Los preparativos militares en los cuarteles se combinaban con las acciones terroristas de las bandas fascistas de la Falange, especializadas en asesinar obreros y atacar los locales de los partidos y los sindicalistas de izquierda. Finalmente, el 17 de julio la Guarnición de Marruecos se levantó en armas y el resto de las guarniciones militares telegrafiadas por Franco prepararon todos los operativos.

 

         “Aunque el gobierno republicano tenía un conocimiento exhaustivo del levantamiento militar, se negó en redondo a tomar ninguna medida para evitar su extensión: durante 48 horas dejaron todo el terreno libre a los golpistas, sin movilizar las fuerzas leales del ejército ni impartir una sola orden, mientras se negaban a armar al pueblo.

 

          “Lo que siguió fue la lucha heroica del proletariado y los campesinos pobres contra las fuerzas de la contrarrevolución. La derrota de los golpistas en Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Gijón, etc., gracias a la resistencia armada de los obreros y campesinos anarquistas, socialistas, comunistas, poumistas, que desoyeron los consejos traicioneros del gobierno republicano y pasaron por encima de la política paralizante de sus direcciones, abrió una nueva etapa: los obreros en armas incautaron la propiedad de los capitalistas; se hicieron con el control de las fábricas, ocuparon la tierra y las colectivizaron; derogaron los gobiernos municipales republicanos y establecieron sus propios comités.

 

        “Organizaron la limpieza de los viejos órganos del poder burgués, sustituyeron los tribunales de la justicia burguesa por otros integrados por representantes de las organizaciones proletarias; acabaron con la policía republicana que fue reemplazada por las Patrullas de Control formadas por milicianos armados que velaban por el mantenimiento del nuevo orden revolucionario. Se organizó el poder militar de la clase obrera sobre la base de las milicias... En definitiva, de las ruinas de la democracia burguesa surgió el embrión de un nuevo poder obrero y socialista, empujado por el golpe militar.

 

         “En los tres años siguientes de guerra y revolución, el proletariado y  los campesinos que habían demostrado un instinto revolucionario y un heroísmo sin parangón en los campos de batalla, no dispusieron de una organización capaz de completar con éxito lo que habían logrado conquistar el 19 de julio. Carecieron de un partido bolchevique como en Rusia durante octubre de 1917.

 

          “Los dirigentes reformistas de la izquierda, encabezados por el estalinismo, se esforzaron con todos los medios a su alcance por eliminar las realizaciones revolucionarias de las primeras semanas. Bajo la consigna de la “defensa de la República”, y con la llave del suministro de armas que Stalin utilizó apropiadamente para sus fines, los gobiernos del Frente Popular restablecieron el viejo aparato del Estado burgués en territorio republicano.

 

         “Con el pretexto de conseguir el apoyo de las potencias “democráticas”, de Francia y Gran Bretaña, que por otra parte habían ideado la traicionera política de la no intervención, se eliminó cualquier rastro de la revolución: las colectivizaciones, el control obrero de la industria, y las milicias obreras, que fueron obligadas a integrarse en un ejército centralizado que no era un ejército rojo para luchar por el socialismo con una política internacionalista, sino un ejército regular cuyo mando peleaba en defensa de la república burguesa.

 

          “De esta manera se arruinaron todas las posibilidades de una victoria militar. Al cabo de tres años, la contrarrevolución fascista no sólo suprimió la República, asesinó a cientos de miles de los mejores luchadores de la clase obrera y aniquiló sus organizaciones, estableciendo las bases para una dictadura sangrienta.

 

          “Las lecciones de la II República deben ser estudiadas con atención por parte de la nueva generación de jóvenes y trabajadores que abrazan las ideas del socialismo. De ellas se desprende una conclusión inequívoca: sólo hay una República por la que merezca la pena luchar ¡¡La República Socialista de los trabajadores¡¡

 

(*) Extracto del libro “Revolución Socialista y Guerra Civil (1931-39).  Autor: J.I. Ramos.  

Editorial: Fundación de Estudios Socialistas Federico Engels. La persona interesada en su adquisición pueden dirigirse a

ffe.andalucia@gmail.com

Teléfono: 679.990.319.     

 

11 de abril de 2024

Parte 4 de 5): 14 DE ABRIL: DIA DE LA REPÚBLICA.

  (Recomendable leer antes las Partes 1 al 3) anteriores).   

…/..”Las organizaciones obreras tuvieron que pasar a la clandestinidad, mientras que la burguesía acabó por sacar las lecciones últimas de los acontecimientos. Octubre del 34 demostró que no era posible acabar con el movimiento de las masas a través de la represión “legal” que las leyes republicanas permitían. Se necesitaba aplastar a las organizaciones y su capacidad de resistencia. Era necesario imponer el terror blanco hasta sus últimas consecuencias.

                
De nuevo la colaboración de clases.

          “Tras el fracaso de la derecha para estabilizar su gobierno, las cortes fueron disueltas y se convocaron elecciones para el 16 de febrero de 1936. Los dirigentes reformistas del PSOE y de la UGT, especialmente Indalecio Prieto y Julián Besteiro, conectaron inmediatamente con las propuestas de los líderes del PCE para conformar un Frente Popular de cara a las elecciones de febrero.

         

          “Las nuevas directrices políticas de Stalin eran claras: supeditar la acción revolucionaria del proletariado a la defensa de la legalidad republicana, o lo que es lo mismo, a la defensa de la democracia burguesa, tal como Dimitrov había concretado en el VI Congreso de la Internacional Comunista.

 

          “Este nuevo giro de la política estalinista representaba una ruptura decisiva con los principios de la política leninista sobre la revolución socialista y su lucha contra la política de colaboración de clases. Los estalinistas sancionaban con su política una vergonzosa regresión a los viejos esquemas del reformismo socialdemócrata.

      

        “Pero una cosa eran los esquemas políticos de los dirigentes estalinistas y otra muy diferente la realidad tozuda de la lucha de clases. Como habían demostrado los ejemplos de Alemania y Austria, el fascismo que veía llegar su turno precisamente porque los mecanismos de la “democracia parlamentaria” no eran suficientes para garantizar el poder y los beneficios de la clase capitalista, solo podía ser derrotado con los métodos y la estrategia de la revolución socialista.

 

         “El programa del Frente Popular aunque recogía reivindicaciones democráticas fundamentales, como la amnistía y la readmisión de los despedidos tras la insurrección del 34, ataba de pies y manos a la clase obrera. Los partidos republicanos rechazaron expresamente cualquier mención a la nacionalización de la tierra y su entrega a los campesinos y, por supuesto, a la nacionalización de la banca y el control obrero en la industria.

 

          “También se negaron a establecer el subsidio de paro solicitado por los partidos de izquierda. En definitiva, se reeditaban los presupuestos políticos que habían guiado la acción del gobierno de conjunción republicano socialista del primer bienio, y que habían asfaltado el camino para que la CEDA triunfase.

 

          “Todavía se justifica la política del Frente Popular en la necesidad de evitar que las capas medias giraran hacia la reacción. Semejante argumento es una cortina de humo que impide comprender la auténtica naturaleza de la lucha de clases en esos momentos. No había terreno para salidas intermedias. O la clase obrera se hacía con el poder político, expropiando el conjunto de la propiedad capitalista, o el capital movilizaría sus reservas sociales y militares para aplastar durante décadas a los trabajadores y sus organizaciones.

 

          “En su artículo Adónde va Francia, escrito en octubre de 1934, Trotsky analiza este fenómeno en detalle: “...Los pequeños burgueses desesperados ven en el fascismo, ante todo, una fuerza combativa contra el gran capital, y creen que el fascismo, a diferencia de los partidos obreros que trabajan solamente con la lengua, utilizará los puños para imponer más ‘justicia’. (...) Es falso, tres veces falso, afirmar que en la actualidad la pequeña burguesía no se dirige a los partidos obreros porque teme a las ‘medidas extremas’. Por el contrario: la capa inferior de la pequeña burguesía, sus grandes masas no ven en los partidos obreros más que máquinas parlamentarias, no creen en su fuerza, no los creen capaces de luchar, no creen que esta vez estén dispuestos a llegar hasta el final (…) Para atraer a su lado a la pequeña burguesía, el proletariado debe ganar su confianza (…) necesita tener un programa de acción claro y estar dispuesto a luchar por el poder por todos los medios posibles…”.


La necesidad de una dirección revolucionaria.-

“A pesar de todos los obstáculos, el Frente Popular (FP) fue apoyado entusiastamente por los trabajadores en cada rincón del país, no tanto por el contenido de su programa, sino porque con su victoria podrían lograr con rapidez sus aspiraciones más inmediatas. Sin embargo, no todos los componentes del FP veían el futuro de la misma manera: “Con toda mi alma”, hablaba confidencialmente Manuel Azaña el 14 de febrero a Ossorio y Gallardo, “quisiera una votación lucidísima, pero de ninguna manera ganar las elecciones. De todas las soluciones que se pueden esperar, la del triunfo es la que más me aterra”.

 

“Pero el triunfo de las listas del FP fue tan arrollador que muchos líderes reaccionarios como Lerroux o Romanones perdieron su acta de diputado. No obstante, como ocurriera en las elecciones de junio de 1931, sorprende que de los 257 diputados del Frente Popular 162 tuvieran filiación republicana. Los partidos obreros cedieron a los republicanos burgueses un protagonismo en las listas que nunca merecieron. En cualquier caso, el proceso de la revolución socialista encontró en las elecciones de febrero de 1936 un cauce poderoso para expresarse.

 

“Aprendiendo de las lecciones del bienio republicano-socialista, las masas no aguardaron a la acción “legislativa” del parlamento o del gobierno para imponer sus puntos de vista. A través de la acción directa revolucionaria asaltaron las cárceles y liberaron a los presos. Entre febrero y julio de 1936 se organizaron más de 113 huelgas generales y 228 huelgas parciales en las ciudades y pueblos de toda España.

 

“En las ciudades, los comités de acción UGT-CNT ocupaban fábricas y empresas y lograban imponer a los burgueses la readmisión de los despedidos. La situación en el campo se desbordó: “Los campesinos pasaron rápidamente a la acción”, escribe Manuel Tuñón de Lara, “(...) En las provincias de Toledo, Salamanca, Madrid, Sevilla, etc., ocuparon grandes fincas desde los primeros días de marzo y se pusieron a trabajarlas bajo la dirección de sus organizaciones sindicales. Una vez que ocupaban las tierras, lo comunicaban al Ministerio de Agricultura para que legalizase su situación. Este movimiento culminó el 25 de marzo con la ocupación de fincas realizada al mismo tiempo por ochenta mil campesinos en las provincias de Bajadoz y Cáceres...”.

 

“La situación revolucionaria maduraba con rapidez. De manera clara, el doble poder empezaba a emerger: por una parte, el poder institucional de la república burguesa, cada vez más impotente en la tarea de frenar la lucha de las masas, era abandonado crecientemente por los sectores decisivos de la clase dominante que se preparaban para un golpe militar fascista.

 

“Por otro, el tremendo poder del proletariado y el campesinado, que empujaba a sus organizaciones hacia una salida revolucionaria y que tenía su exponente más radical en la izquierda caballerista del PSOE, la UGT y las JJSS, y en las organizaciones anarcosindicalistas.

 

“Las condiciones objetivas para el triunfo de la revolución social estaban plenamente maduras; pero el factor subjetivo, es decir, el de una dirección revolucionaria consecuente, todavía no. Si el PSOE o el PCE hubieran tenido una política marxista, auténticamente socialista, basada en un programa revolucionario que plantease abiertamente la toma del poder; si los dirigentes obreros hubiesen defendido la nacionalización de las fábricas y la banca bajo control democrático de los trabajadores; la expropiación de los terratenientes y la entrega de la tierra a los campesinos para su explotación; la formación de consejos de obreros y campesinos para ejercer el control y la democracia política; el derecho de autodeterminación para las nacionalidades históricas y la independencia para las colonias (especialmente Marruecos)... En definitiva, si hubieran defendido un programa como el de Lenin y los bolcheviques en 1917, habrían encontrado el respaldo unánime de la clase obrera y de los jornaleros, de la mayoría aplastante de la población, conjurando la amenaza del fascismo…/…

(Continuará mañana con la Parte 5 final)

 (*) Extracto del libro “Revolución Socialista y Guerra Civil (1931-39).   Autor: J.I. Ramos.  

Editorial: Fundación de Estudios Socialistas Federico Engels.  La persona interesadas en su adquisición pueden dirigirse a

ffe.andalucia@gmail.com

Teléfono: 679.990.319.

10 de abril de 2024

Parte 3 de 5): 14 DE ABRIL: DIA DE LA REPÚBLICA.

 

  (Recomendable leer antes las Partes 1 y 2) anteriores).

 
LOS DERECHOS DEMOCRÁTICOS.

…/…”Las promesas de poner fin a todo el entramado de leyes reaccionarias heredadas del régimen monárquico, y garantizar de libertad de expresión, de reunión y de huelga habían sido fundamentales para ganar el apoyo de las masas del campo y la ciudad a la causa republicana. Pronto se vio no obstante, que el gobierno republicano-socialista no estaba dispuesto a llevar adelante, en lo referido a las libertades públicas, ninguna política audaz. El derecho a huelga se siguió rigiendo por la ley de 1909 y tan sólo se modificó parcialmente con el decreto del 27 de noviembre de 1931. Aún así, este decreto limitaba seriamente el derecho a la huelga al establecer que los Jurados Mixtos, que sustituían a los comités paritarios creados por la Dictadura, fueran encargados de intentar la conciliación antes de que se declarase una huelga. Fue un arma legal para reprimir a los sindicatos más combativos, especialmente a los encuadrados en la CNT, aunque también se utilizó contra las huelgas campesinas lideradas por los sectores cada vez más radicalizados de la FNTT (Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra de la UGT).

            

“Ante el incremento de la conflictividad laboral y las ocupaciones de tierras, el gobierno aprobó, el 21 de octubre de 1931, la Ley de defensa de la República que incluía la prohibición de promover huelgas políticas y todas aquellas que no hubieran seguido el procedimiento del arbitraje. Bajo el paraguas de esta ley, y alentados por el gobierno de conjunción, los mandos de la Guardia Civil se emplearon a fondo en el asesinato de cientos de campesinos y trabajadores. Posteriormente, esta ley sería utilizada por la derecha durante el bienio negro para reprimir con saña al movimiento revolucionario de octubre de 1934.


       “En cuanto a la cuestión nacional y las colonias, el gobierno de coalición republicano-socialista concedió a Catalunya una autonomía muy restringida, pero se negó el estatuto de autonomía a Euskadi con el pretexto de no fomentar el nacionalismo vasco, cuyo carácter reaccionario y clerical era evidente. Obviamente, la posición gubernamental ante la cuestión nacional reflejaba, una vez más, las cesiones al nacionalismo español, y no evitó que el PNV recurriera a un discurso demagógico para aumentar su influencia. Por otra parte, el gobierno republicano-socialista siguió gobernando Marruecos como antes había hecho la monarquía: como una potencia colonialista.

 

El gobierno republicano-socialista frente al movimiento obrero.

“La incapacidad de los líderes republicanos y socialistas para satisfacer las demandas de tierra, empleo y buenos salarios —incompatibles con el mantenimiento de las relaciones capitalistas de propiedad—, y sus continuas concesiones a los poderes fácticos, se tradujeron en un constante y violento enfrentamiento con el proletariado urbano y el movimiento jornalero.

 

“Para las masas que habían protagonizado el movimiento revolucionario que derrocó a la monarquía, el advenimiento de la República tenía que significar una solución a sus terribles condiciones de vida. La represión tuvo escenarios sangrientos: Castillblanco, Arnedo, Castellar de Santiago, Casas Viejas, Espera, Yeste... en todos ellos los guardias de asalto y la guardia civil fueron utilizados, por orden gubernamental, para defender la propiedad terrateniente asesinando a decenas de campesinos.

 

“Por otra parte, las huelgas obreras en los dos primeros años de régimen republicano fueron acompañadas de una profunda desilusión política de las masas. Las esperanzas depositadas en la República, la confianza en que los ministros socialistas realizarían reformas progresivas, que las medidas del gobierno abrirían nuevos horizontes para la vida de millones de personas, se convirtieron en frustración, rabia y luchas de gran envergadura. Las huelgas generales se extendieron: Pasajes, entre los mineros asturianos, en Málaga, Sevilla, Granada, en la Telefónica… y una gran mayoría terminaron como en el campo: con decenas de trabajadores muertos.

 

“La deriva represiva del gobierno de conjunción era el resultado inevitable de sus posiciones políticas y su negativa a depurar el aparato del Estado. En palabras de Julián Casanova: “Utilizaron los mismos mecanismos de represión que los de la Monarquía y no rompieron “”la relación directa existente entre la militarización del orden público y politización de sectores militares””.

 

“El poder militar siguió ocupando una buena parte de los órganos de administración civil del Estado, desde las jefaturas de policía, Guardia Civil y de Asalto, hasta la Dirección General de Seguridad, pasando incluso por algunos gobiernos civiles. Sanjurjo, Mola, Cabanellas, Muñoz Grandes, Queipo de Llano o Franco, protagonistas del golpe de Estado de 1936, constituyen buenas muestras de esa conexión en los años treinta, como lo habían sido Pavía y Martínez Campos en 1873.

 

“La subordinación y entrega del orden público al poder militar comenzó desde la misma proclamación de la República. El 16 de abril llegaba Cabanellas a Sevilla para ponerse al mando de la Capitanía General de la 2ª Región Militar y declaró el estado de guerra. Mantenido inicialmente durante casi dos meses, sirvió para clausurar todos los centros obreros de la CNT, dirigidos, según declaraba el general en un Bando del 22 de mayo, ‘por una minoría de audaces e indocumentados, muchos de ellos antiguos pistoleros, profesionales de la revuelta y del desorden, que en la época de dictadura fueron modelo de mansedumbre y contención’ (...) Ese tono despreciativo y amenazante con los sindicalistas y socialistas era muy típico de los militares encargados de dirigir la represión de los conflictos sociales”. 

 

“Cuando el presidente de la República disolvió las Cortes y fueron convocadas nuevas elecciones para noviembre de 1933, la reacción de derechas había reconquistado una parte importante del terreno perdido el 14 de abril, especialmente entre las capas medias urbanas y sectores atrasados del campesinado. En este contexto, la reacción agazapada ante los primeros empujes de las masas empezó a levantar cabeza, como demostró el intento de golpe de Estado de Sanjurjo en agosto de 1932. Entre la burguesía española empezaba a tomar fuerza una salida política similar a la que se estaba desarrollando en Alemania. El peligro del fascismo se concretaba.

La lucha contra la amenaza fascista.-

“Con una diferencia de varias decenas de miles de votos a su favor, los radicales de derechas de Lerroux junto a la CEDA de Gil Robles se hicieron con la mayoría en el Parlamento. A partir de ese momento la burguesía realizó una amplia labor contrarrevolucionaria endureciendo la legislación laboral, aumentando la represión contra las organizaciones obreras, especialmente contra la CNT y la UGT, y enfrentando militar y policialmente el movimiento huelguístico.

 

El poder de los terratenientes se fortaleció.

“En definitiva, la burguesía impulsó todo tipo de  medidas, basándose en su mayoría en el parlamento, con el fin de imponer una salida fascista, siguiendo los pasos del triunfo de Hitler en 1933 y de Dolffuss en 1934. Pero la tensión de los acontecimientos obraba también en otra dirección: acelerando la radicalización de las masas y de sus organizaciones.

 

“La escisión de la CNT entre treintistas y faistas y el giro de las organizaciones socialistas con el surgimiento de la izquierda socialista liderada por Largo Caballero, con una gran influencia en la UGT, especialmente en su federación campesina, y en las Juventudes Socialistas, eran la prueba más acabada de este proceso.

 

“La reacción del movimiento obrero ante el peligro fascista no se hico esperar: la formación de las Alianzas Obreras, un intento de frente único proletario, constituyó un ejemplo inédito en la Europa de los años treinta. La amenaza de la entrada de dirigentes cedistas al gobierno de Lerroux desató la insurrección proletaria de octubre de 1934. Sin el levantamiento revolucionario del proletariado asturiano, muy probablemente se hubiera culminado con éxito la imposición de un Estado de corte fascista utilizando la maquinaria del parlamentarismo burgués.

 

“La represión contra la Comuna asturiana a manos de los futuros jefes militares del golpe del 18 de julio fue terrible. Cerca de dos mil muertos en los combates, cientos de fusilados, miles de detenidos y torturados, a los que sumar decenas de miles de trabajadores represaliados y despedidos de sus trabajos…/…

(Continuará mañana con la Parte 4 de 5). 

(*) Extracto del libro “Revolución Socialista y Guerra Civil (1931-39).   Autor: J.I. Ramos.   

Editorial: Fundación de Estudios Socialistas Federico Engels. La persona interesadas en su adquisición pueden dirigirse a

ffe.andalucia@gmail.com

Teléfono: 679.990.319.