6 de diciembre de 2017

¿Ha fracasado la República Catalana?


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            Una República Catalana aislada del resto de la clase trabajadora y fuera de Europa, es inviable y sus dirigentes la han llevado al fracaso, aunque la conciencia del pueblo que ha luchado de forma pacífica y masiva ha salido reforzada.  Muchos sectores continúan sintiéndose  de esa Izquierda Republicana, en el resto del Estado y a escala internacional y ven con simpatía ese esfuerzo de lucha cuando millones de personas han tomado calles y plazas una y otra vez, de forma admirablemente pacífica exigiendo un Referéndum  Democrático pactado donde se les permitiera votar.    
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            Como casi siempre ocurre en la historia, son las direcciones de los Partidos las que llevan a la clase trabajadora a la derrota por sus errores y políticas nefastas. En bases capitalistas, la “Unidad de Europa es una utopía reaccionaria” máxime si plantea la lucha aislada en términos nacionalistas. Hace falta mucha unidad y mucha fuerza para conquistar incluso reformas, que solo serán posibles en estos momentos, con métodos masivos y revolucionarios, avanzando hacia el apoyo y la simpatía de las masas en acción.

            Para conseguir apoyos es necesario ganar la confianza de la clase trabajadora, no solo de  Cataluña, también  del Estado español y los del resto de Europa.  Eso sería posible si en realidad,  para las masas que están despertando a la lucha,  fuese a  significar un cambio real en la vida y las condiciones de trabajo de la mayoría de los asalariados y sectores oprimidos por el modelo capitalista.  No es posible basarse solo en un programa “nacionalista” para lograr la independencia catalana en líneas burguesas, sino que es preciso presentar y defender un programa que termine con la pobreza, que acabe con el paro forzoso y la discriminación que sufren las clases asalariadas, los pobres,  la mujer trabajadora y la juventud: Es decir, un programa socialista genuino con un método de lucha implacable por la Democracia Social, para arrebatarle el Poder a la Burguesía corrupta.   


            El intento revolucionario en líneas pequeño burguesa  y nacionalista en Cataluña, bajo una dirección nefasta,  ha sido descarrilado por los poderes fácticos, llevando al pueblo al desengaño pero no se siente derrotado, sino engañado.  Necesitamos poner a debate la elaboración del programa de clase que permita a los trabajadores enfrentarse a la “reacción nacionalista españolista”, cuyos gérmenes patógenos del franquismo siguen incubando, y  explicando que la lucha tiene que elevarse en líneas de clase. Los trabajadores de forma organizada y unida, tendrá que enfrentarse a ambas clases explotadoras de las  burguesías “catalanistas y españolistas”, que son los verdaderos responsables de la situación actual, de la crisis económica,  los recortes y la austeridad. Necesitamos poner freno a este desaguisado, a la vez que encontrar el camino de salida.  Cada vez más trabajadores han comprendido que el “veneno nacionalista” no  puede ofrecer una alternativa a la problemática social y tienen miedo a las consecuencias de esa “independencia fallida”, que pone en peligro sus puestos de trabajo y los medios de subsistencia.


            La clase trabajadora de todo el Estado necesitamos un programa socialista  y una dirección combativa que represente la base de la unidad y la recuperación de organizaciones de masas potentes,  políticas y sindicales, que unifiquen las luchas de los trabajadores catalanes y el resto del estado español, tomando conciencia que el enemigo común es el capitalismo mafioso de casino que ampara el Gobierno PP,  permisivo con corrupciones de “gürteles y  pujolismos”.


            La idea de una República Catalana, ha iniciado un proceso contradictorio entre los trabajadores y las izquierdas, que se reclaman del socialismo, del comunismo y del anarquismo, junto a muchos otros que se reclaman solamente progresistas, que lejos de sentir la lucha vivida por el pueblo catalán como un problema y recibirlo con cierta hostilidad, ha inspirado a muchos trabajadores que quieren un verdadero cambio de modelo de sociedad. Eso sería posible luchando todos unidos por avanzar hacia cambios que representen una palanca para avanzar hacia la República Federal y Socialista en la Península Ibérica, pero para ello se necesita una unidad real de las izquierdas que luchen por ese objetivo común, junto con los sindicatos de clase y los sectores sociales más avanzados, para contrarrestar y derrotar el foco reaccionario y “nazi-fascista” que existe incrustado en el aparato del Estado que impide una verdadera democracia sana, porque apoyan y defienden este modelo actual  de “democracia corruptiva” que todo lo contamina.

            Un cambio de orientación de las direcciones de las izquierdas es más necesario que nunca. Necesitamos abrir la posibilidad de una unidad real y duradera de los trabajadores del Estado español que promueva el cambio mediante una lucha implacable contra la corrupción y los despilfarros. Debemos exigir votar en todas las zonas del Estado, mediante un referéndum ganado por todas las fuerzas de las izquierdas, para formar una Federación donde cada cual,  de forma libre y voluntaria,  elija su destino y los contenidos del programa a desarrollar, siempre que estén orientados hacia el progreso y el socialismo, utilizando la Democracia y rechazando la Represión, pues ésta es incompatible con aquella.

            Algunos dirán que la aspiración legítima de la clase trabajadora de todos los pueblos para conseguir una sociedad socialista es una utopía, pero la realidad es que la verdadera utopía es un sistema capitalista, corrupto y degenerado que es incapaz de dar respuestas a los dos problemas fundamentales que padece la humanidad, como son la cuestión de las “nacionalidades”,  que produce enfrentamientos y guerras por las fronteras,  y la “problemática social”, que produce desigualdad, paro, miseria y desesperación. 


            Solo una clase trabajadora unida en la lucha por una república socialista, que vincule al movimiento obrero en la gran batalla por el cambio social a escala internacionalista, podrá hacer frente a la represión y rechazar la opresión que sufren los pueblos, para abrirse el camino hacia el Cambio Social en el Estado español, en Europa y el resto del planeta, porque bajo el capitalismo NO hay salida a largo plazo para la Humanidad.

José Martín Rodríguez.
Área de Comunicación.
Izquierda Socialista de Málaga-PSOE-A.  

ispsoeandalucia.malaga@gmail.com  



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