2 de junio de 2017

EL DEBATE ENTRE LA CULTURA BURGUESA Y LA CULTURA OBRERA CONTINÚA...


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Los significados de la palabra “cultura” son tan amplios que es imposible definirlos pues abarca todo el saber de la humanidad. Depende por tanto, del contexto donde se emplea la palabra y con qué objetivos. Se habla de cultura política, cultura clásica, cultura  moderna, física, organizacional, filosófica, científica,  popular, antropológica, etc. etc… pero aportamos en este artículo una breve introducción al debate entre la cultura burguesa y la  cultura obrera.  

La cultura burguesa de la clase dominante  educa a los ciudadanos para creer en la ficción y en la religión porque se soporta sobre una base metafísica. Eso equivale a enseñar a creer en lo que no se ve, sea mentira o sea verdad. Con esa técnica la burguesía se permite servirse a base de la “alienación mental” para su provecho de clase y perpetúa la explotación del pobre por el rico, de los asalariados por la clase dominante.  A la burguesía no le interesa enseñar a pensar, sino enseñar a obedecer. 


Resultado de imagen de Francisco Largo Caballero.

La cultura obrera, (que como decía Largo Caballero)  “es una lucha permanente contra la ignorancia impuesta por la clase dominante”, debe basarse en el conocimiento científico, es decir, que se soporte en una filosofía basada en el materialismo dialéctico, que nos enseñe a buscar la verdad ética para mejorar la humanidad, rechazando el individualismo, la opresión, la explotación, el engaño y demás  valores impartidos por la clase de los poderosos y corruptos para mantener en la miseria material e intelectual a los pueblos.  A la moral hipócrita de la burguesía tenemos que contraponer la ética socialista que es la filosofía más adecuada para la clase trabajadora. 

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Bajo el sistema capitalista no se puede aplicar una educación científica global porque los poderes fácticos se oponen. La clase dominante, a través de su brazo ideológico que son las religiones, se opone a que se tomen las medidas adecuadas porque están defendiendo intereses privados. No pueden defender lo público porque contradice su propia filosofía individualista, competitiva y liberal, que antepone el beneficio privado a los derechos de los ciudadanos. No defienden una educación, laica, científica, pública, igualitaria y de calidad, porque necesitan fomentar las élites formadas por los retoños de la burguesía para perpetuar su dominio de clase.  Es imposible que la burguesía pueda defender una política social solidaria, igualitaria, basada en la ética y en bien común,  que satisfaga las necesidades humanas porque perjudica su móvil, que no es otro que el lucro privado del capitalista, sus beneficios, que es el producto de la explotación del asalariado. 


Al impartir el conocimiento bajo un cierto método y con unos objetivos concretos, el  pensamiento de los economistas burgueses está deformado o comprado. La producción es para el “Mercado” pero no para “satisfacer las necesidades humanas” como debiera ser el objetivo fundamental bajo un sistema democrático y socialista. En el modelo económico burgués, atrapado en la lógica del beneficio para los menos,  no se estudia para producir encaminados a satisfacer las necesidades de la población, sino para el lucro privado del beneficio.  Los que entran dentro de esa categoría profesional, son unos simples “mercenarios”,  se admita o no, que actúan por ignorancia o hipócritamente en defensa de sus amos los capitalistas. Están al servicio de los intereses de quien les paga a sabiendas que con sus planteamientos y sus técnicas perjudican a la clase trabajadora y a los sectores más empobrecidos.


Nos han bombardeado con la propaganda de que la “economía de mercado” es la más eficiente. ¿Para quién? Es siempre más eficiente para los que tienen recursos. Hagan la prueba de ir a cualquier mercado sin dinero y comprobarán la “libertad de la que gozan”. En el mercado se ejerce la “Libertad del Poderoso”, contra el débil, que es el obrero, que pierde su libertad cuando el patrón le arranca la plusvalía, o cuando lo manda al paro, y que no puede ser fuerte porque está desorganizado y desunido, viéndose sometido, tanto por la cultura de la clase dominante como por la fuerza de los poderes instituidos. 


En esta  Unión Europea ponen en marcha una serie de políticas a base de Directivas emanadas de grupos financieros, que actúan al margen del control político, cuyo fin concreto es la defensa de los intereses de esa “Europa de los Mercaderes mafiosos” que tanto hemos venido denunciando desde Izquierda Socialista de Málaga-PSOE-A, y que nos prometieron que tan beneficiosa sería, porque el comercio iba a favorecer el desarrollo, eso ha sido cierto solo en parte. Ha sido cierto para la burguesía, en cuanto que ha beneficiado el desarrollo y la potenciación de la banca, los monopolios y los grupos de presión de los imperialistas europeos, perjudicando los intereses de los ciudadanos. 


Ejemplos hay miles, pero para muestra basta un botón. La Unión Europea entró en recesión y en los primeros cinco años pasó de tener 18 millones de parados a 23 millones. El paro se ha hecho estructural y no pude ser resuelto con el modelo de austeridad exigido por la Troika. Hay millones de personas que buscan desesperadamente un puesto de trabajo sin posibilidad de encontrarlo en el corto plazo. Los niveles salariales están retrocediendo en términos relativos. Los recortes sociales son evidentes. El sistema capitalista ejerce una tremenda violencia contra los trabajadores, cuando vemos que el paro golpea sobre todo a los jóvenes menores de 25 años, siendo el desempleo juvenil muy traumático ostentando el Estado español la tasa más catastrófica de toda Europa al terminar 2016 con una tasa del 42,91 %, según la EPA (El Confidencial 26-1-17) cuando la media europea está en el 20 %, lo que también es una barbaridad y un verdadero escándalo público. 


Para salir del atolladero en el que nos ha metido el “libre mercado” capitalista, no queda otro remedio que luchar en líneas de clase para avanzar hacia un nuevo modelo de sociedad, donde se pueda planificar la economía. Como no se puede planificar lo que no se controla y no se puede controlar lo que no se posee, lo natural es que se plantee claramente sobre la mesa un programa verdaderamente socialista, donde se contemple la nacionalización de los sectores básicos de la economía, entre ellos la banca, los monopolios y los latifundios, indemnizando en casos de necesidad, para planear de manera científica y armoniosa el futuro de la producción y la distribución de bienes y servicios. 


Con un modelo cultural diferente, con sindicatos fuertes y combativos, con una democracia socialista sana, y una economía al servicio de la humanidad, trabajando todos, produciríamos más y si a su vez se repartiese mejor,  con una lucha masiva y permanente para erradicar las estafas y los despilfarros,  sería el inicio de la salida de la recesión con  el rumbo puesto hacia un nuevo modelo de sociedad, que deje en el basurero de la historia el corrupto modelo capitalista que está obsoleto y ha colapsado corroído por la especulación, la corrupción y sus propias contradicciones. ¿Por qué a la burguesía con sus potentes y casi monopolizados medios de comunicación no permite que se continúe este debate?

¡Únete a nuestra corriente;  movilízate y lucha con nosotros por cambiar la sociedad y avanzar hacia la transformación de este corrupto modelo capitalista, porque otro mundo es posible, pero con el Socialismo. ¡


AREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A

ispsoeandalucia.malaga@gmail.com

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