22 de marzo de 2017

EL PP Y SU CORRUPCIÓN PRESAGIAN LA REBELIÓN.

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Respondiendo a los ataques de la clase dominante la clase trabajadora empieza su lenta recuperación ante la pérdida de poder adquisitivo y la caída de la masa salarial global que ha descendido abruptamente. Se trabajan más horas extras y existe un aumento de los puestos de trabajo pero precarios y mal pagados. Hemos asistido en los últimos años de gobierno del PP a una recuperación importante de los beneficios empresariales que se lo han repartido unos cuantos cientos de burgueses, que se han dedicado al saqueo de las arcas públicas y a la evasión fiscal, descargando el costo de la crisis y de las estafas sobre las espaldas del contribuyente, sea clase asalariada, sean clases medias.  El capitalismo no puede combatir la corrupción porque la corrupción es el propio capitalismo.

Debido a la ofensiva política del PP para salvar a banqueros corruptos y multinacionales, podemos caracterizar a este periodo como de semi-reacción, por las políticas regresivas y reaccionarias aplicadas, pero la situación de la lucha ha empezado a cambiar. Se ha abierto un nuevo escenario de perspectivas de cambios que se vislumbra ya de manera palpable. No es el producto de unos deseos utópicos, como dicen algunos, sino que coinciden con el análisis de los estrategas más inteligentes del capital, que frecuentemente llegan a conclusiones en las que afirman que las crisis van a ser cada vez más profundas, debido a las contradicciones insalvables del capitalismo.  La desigualdad entre ricos y pobres se ha profundizado, en lo que se ha dado en llamar eufemísticamente “dialéctica Norte-Sur” y que esconde la realidad de lucha por los beneficios entre países ricos contra países pobres, entre las masas hambrientas del mundo y un puñado de multinacionales. Hemos entrado de lleno en la fase del imperialismo de rapiña internacional.

El hundimiento de las condiciones de vida de la mayoría de la población con el empobrecimiento de amplios sectores de las capas medias, la agobiante situación del paro crónico que afecta mayormente a la juventud, la precariedad escandalosa, la lacra de los desahucios, la explotación y la pobreza, están espoleando la lucha de clases y se acelera el proceso molecular de toma de conciencia de las masas que podría traducirse en cambios bruscos y repentinos y rebeliones espontáneas.  En sus inicios, esta rebelión social está alcanzando une envergadura impresionante, con el triunfo de los Estibadores, la Huelga de la Enseñanza, las movilizaciones por la Sanidad pública, que recuerdan los inicios de las grandes movilizaciones de los últimos años del franquismo y la conquista de la democracia, lo que explica que el régimen político del 78 y el modelo bipartidista ya ha llegado a su fin. Las instituciones burgueses, atascadas en el lodazal de la corrupción sufren un gran desgaste y deslegitimación que contamina incluso a la monarquía.  Los efectos de la indignación de las masas ya se han expresado en su primera fase con la irrupción de una nueva formación como Unidos Podemos surgida  a la izquierda de la socialdemocracia.  Estos terremotos que algunos no han notado y a otros pone de los nervios, ha tenido una clara expresión política, pues ha trastocado profundamente el panorama político, canalizando gran parte de los deseos de cambio expresados por las masas, pero todavía insuficientes: La debilidad de Rajoy es manifiesta pues ha permitido en menos de una semana derrotar al PP en el Parlamento varias veces: La de los Estibadores, la del rechazo a su Ley Mordaza y la de investigación sobre la financiación ilegal del partido, lo que aviva el fantasma del adelanto electoral.


La situación internacional, con el triunfo de Trump y la pugna entre los 4 bloques imperialistas es cada vez más crítica, y podría arrastrar al sistema a una recaída de la recesión. Cuando ocurra eso se destruirá de nuevo el mito cíclico que se ha dado en llamar modelo de la “globalización”, que fue una ola expansiva permanente donde existía un aumento constante y automático de los niveles de vida de los trabajadores pues ese modelo colapsará de nuevo. El rosario de promesas incumplidas por parte de del PP y el resto de las burguesías europeas y demás países,  ha resultado un fracaso.   De nuevo la clase obrera se verá obligada a afrontar la cruda realidad de la crisis pasando a la acción, luchando por la supervivencia y por recuperar el poder de compra de los salarios y los puestos de trabajo, que se verán de nuevo amenazados. No es una cuestión de mala voluntad de los capitalistas, a los que no les interesan estos problemas, sino que es un producto de la crisis orgánica de un sistema que se basa en la explotación del trabajador, acumulando riquezas en un polo y empobreciendo a la mayoría cuando la crisis golpea de lleno, viniéndose abajo las tasas de ganancias empresariales y derrumbándose las bolsas como un castillo de naipes.

En esa vorágine viciosa de capitalismo mafioso, de economía de casino, de “globalización salvaje” tan explosivamente combatida y contestada por cientos de miles de personas en las calle, vemos las burbujas financieras que  estallan en mil pedazos, arrastrando a la miseria a miles de pequeños ahorradores que ven la estafa colosal a la que han sido sometidos por la avaricia del modelo económico imperante dominado por unas cuantas multinacionales a las que,  para mantener su tasa de beneficios,  no les importa destruir miles de puestos de trabajo y arruinar a la clase obrera y las clases medias.


Esta es la barbarie a la que está arrastrando este podrido sistema a la humanidad, con millones de niños sin comida, el auge de la trata de blancas, la explotación infantil, el incremento del consumo de drogas y de la delincuencia, paro masivo en muchísimos países, las oleadas de inmigrantes buscando ese paraíso que les muestran los programas de televisión y que luego se dan de bruces con la cruda realidad de la explotación clandestina, viviendo en las calles, sin trabajo o trabajando de sol a sol sin los derechos laborales mínimos, por un salario de miseria, sin derecho a vivienda digna y sin que el sistema les reconozca el derecho a ser persona, pues los “sin papeles” no existen para el Estado.

Todos estos problemas y el cambio de ciclo nos indican que se ha iniciado un repunte en el incremento de las luchas del movimiento obrero, que empieza a reclamar su parte de las ganancias obtenidas. Con la débil postura de las direcciones sindicales, debido a la táctica errónea y desmovilizadora del pacto por el pacto, sin presionar desde la base, y por tanto sin arrancar conquistas para la clase obrera, ésta ha dejado notar en este reflujo su sentimiento de impotencia, escepticismo y apatía que ha estado bastante generalizado en el último período, pero que ahora está empezando a cambiar dialécticamente.

Antes de que se consolide la recuperación de la crisis que dura ya cerca de diez años, entramos en un nuevo cambio de tendencia económica, con negros nubarrones cerniéndose sobre todo en las guerras interminables de Siria y toda esa zona, con la reanudación de la carrera de armamento empezada por Trump, presagian o casi confirman una ralentización del crecimiento económico o una nueva recesión económica, que  obligará a los empresarios, debido a la caída de su tasa de ganancias, a profundizar en los ataques a las condiciones de vida y de trabajo de las masas, lo que provocaría un repunte del paro y la conflictividad social.



Esta situación, más tarde o más temprano, va a provocar un cambio en la psicología del movimiento obrero, que podría espolear un incremento de la lucha en el terreno sindical, pasando de la apatía y de la dejadez a la actividad sindical e incluso política  Los dirigentes sindicales, si no actúan con inteligencia y les coge desprevenidos, se verán en un compromiso, obligándoles la situación a girar a la izquierda, o serán sobrepasados por los acontecimientos. Si en un momento dado no sirven para satisfacer las necesidades reivindicativas que exigirán los trabajadores, serían sustituidos por otros más a la izquierda. Se podría dar el caso de indisciplina sindical, con el fortalecimiento de las incipientes corrientes críticas que están surgiendo cada vez con más fuerza en el seno de los sindicatos y partidos obreros.



Estamos viviendo el período de transición desde una recuperación económica débil en toda Europa, a una nueva recesión que se avecina a pasos agigantados. El aumento de las horas perdidas por huelgas es un barómetro que expresa la elevación de la presión social y refleja el incremento de la confrontación de clase: obreros y patronos se ponen frente a frente. Normalmente la toma de conciencia camina por detrás de las llamadas condiciones objetivas, de la realidad, excepto cuando se producen situaciones anómalas, de fuertes luchas y convulsiones sociales. Entonces se puede producir un salto cualitativo, y la conciencia se pone al nivel de las condiciones objetivas. El factor subjetivo y el factor objetivo se igualan a un mismo nivel; entonces la lucha de clases se hace irresistible para cualquier sistema, que recurre a la represión, que en vez de aplacar las luchas, las espolea y despierta a la acción a nuevas capas de luchadores.


La actual percepción de los trabajadores de que los empresarios están ganando mucho dinero con la incipiente recuperación, mientras  que los asalariados  se tienen que apretar una y mil veces el cinturón, podría ser explosiva, si se sigue tensando la cuerda que se podría romper y cualquier medida de recorte salarial o ataques a las condiciones laborales, o medida abusiva que les pretendan aplicar a un cierto sector, podría hacer  saltar la chispa de un potente conflicto de la lucha sindical.

La clase obrera podría entrar en un período de agitación similar al de 1976/77 pero a un nivel superior, con más experiencias, más fortaleza, más libertad, más organización y más necesidades, pues los trabajadores siguen empobreciéndose cada vez más y las condiciones de vida son infames en capas importantes.  La perspectiva, por primera vez en la historia, de una recesión mundial sincronizada en los cuatro grandes polos del capitalismo (China, Rusia, Europa y Estados Unidos) hará que se profundice la crisis económica, política y social. En países intermedios como España, que tienen una gran vulnerabilidad financiera debido a su atraso histórico, en situación de recesión,  los capitales pueden  acelerar de nuevo la evasión de capitales a refugios más seguros, con efectos devastadores en la economía real muy endeudada.

El liberalismo se  está confirmando como realmente inviable y los gobiernos intentarían el proteccionismo que el reaccionario Trump ha comenzado. Esto podría desarrollar una espiral de tendencias nacionalistas que reivindicaran la autarquía lo que sería, como ir de Málaga a Malagón.  La clase obrera buscará una vez y otra tomar el control de la situación, empujando a sus direcciones hacia la izquierda, exigiendo un gobierno de la izquierda que favorezca los intereses de los trabajadores derrotando al PP estrepitosamente en las próximas elecciones.


El movimiento obrero resurgirá con fuerza. Las luchas de la Transición serán pálidos reflejos de lo que acontecerá. Este proceso quizás no se completará en unos meses, lo mismo puede tardar algunos años, o puede producirse en un momento dado, pues, como decía Engels, “hay épocas históricas en las que parece no ocurrir nada en 20 años, y otras en las que parece que ocurre todo en 20 días”. Una vez más, desmintiendo a todos los agoreros que han venido pregonando el fin de la historia y la desaparición de la clase obrera como clase en sí y clase para sí, enterrándola sobre el papel una y otra vez, de acuerdo con sus deseos, pero prematuramente,  el espíritu de lucha y sacrificio de las masas resurgirá de sus cenizas como el ave Fénix, y todos esos oportunistas, trepas, acólitos serviles y corruptos del gran capital y politicastros ignorantes,  se verán sorprendidos. Se asustarán de lo que la clase obrera puede realizar cuando se pone en movimiento, si encuentra una dirección honrada y correcta que esté a la altura de las circunstancias. Y los responsables será la clase dominante, y su caterva de acólitos, y solamente ellos, por su corrupción, sus injusticias y sus abusos de poder. 



La clase obrera intentará una y otra vez transformar la situación y luchará una y mil veces en la búsqueda del camino que necesita recorrer para construir una nueva sociedad de personas realmente iguales, libres y solidarias.  Una nueva sociedad que termine de una vez con la explotación del hombre por el hombre y con las desigualdades, hambrunas, guerras y agresiones ecológicas continuas que están destruyendo la naturaleza y condenan a la miseria a la abrumadora mayoría de la humanidad, en el nombre de la “globalización” y el “libre mercado”. 


Una nueva sociedad que termine de una vez con las lacras generadas por este injusto sistema de reparto que se llama capitalismo e instaure un sistema de democracia obrera y socialista, donde se gobierne a favor de los trabajadores, que somos la inmensa mayoría de la sociedad, implantándose una verdadera “democracia económica, social, cultural y política”, la democracia de los trabajadores, para que acabe la prehistoria de la humanidad y empiece realmente la verdadera Historia, donde la inteligencia, la economía, la robótica y las nuevas tecnologías aplicadas a los medios de producción estén al servicio de la Humanidad, y no de unos cientos de familias muy poderosas que no han sido elegidas por nadie, lo que es totalmente antidemocrático.


Es preciso continuar luchando por esa nueva sociedad de personas “libres, justas, iguales, honradas e inteligentes” basada en una economía socializada y planificada, una nueva sociedad por la que un puñado de trabajadores comenzaron a organizarse para luchar contra las injusticias y debe seguir siendo la aspiración natural de cualquiera que se considere digno de pertenecer al género humano y que honestamente quiera avanzar hacia la superación de esta sociedad de clases mediante la constitución de un “Estado Socialista y Federal”(*), que integre todas las nacionalidades, regiones y pueblos,  decidido de forma democrática, para avanzar hacia una  Federación Socialista Europea que culmine en una Confederación Socialista Mundial. Otro mundo es posible, pero luchando por el SOCIALISMO.

ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A

(*)  Si quieres recibir los textos de la Conferencia de Izquierda Socialista de Andalucía, celebrada en Sevilla el pasado 4-3-17, solicítalos a la dirección de abajo, poniendo en asunto las palabras: “Memoria Conferencia: 

ispsoeandalucia.malaga@gmail.com 

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