22 de febrero de 2016

BUSCANDO UN PACTO DESESPERADAMENTE.

Comienza esta tarde una reunión de las fuerzas de izquierdas, a cuatro bandas, que permite abrigar esperanzas para un PACTO favorable a los sectores más castigados que consiga un Gobierno para el CAMBIO. Las elecciones del 20-D señalaron la gran polarización y el giro a la izquierda que se ha venido fraguando en estos últimos años de ataques y recortes llevados a cabo por el Gobierno de Rajoy, totalmente sumido en la podredumbre de la corrupción. Desde la caída de la Dictadura, éste es el Parlamento más dividido de todo el período de la “transición chantajeada” de aquel antiguo régimen que había dejado “atado y bien atado” todos los resortes de los herederos del franquismo,  principalmente en el dominio de la banca, los grandes negocios y los modos de favorecer el robo y la extorsión de forma sibilina, pensando que siempre mantendrían la impunidad, pero les ha estallado esa bomba de relojería en las manos.

Está siendo enorme la dificultad para la formación de un Gobierno a  la vez que llegan presiones muy fuertes del capitalismo europeo exigiendo la profundización de los recortes, ataques y contra-reformas que la burguesía necesita para continuar restaurando la  tasa de ganancias de este capitalismo mafioso de casino dominado por los de siempre y descargando el peso de la crisis sobre las espaldas de la clase trabajadora, los autónomos, las capas medias, los pensionistas y sectores menos favorecidos de la sociedad.

La gran burguesía, (con el auxilio de algunos “santos barones laicos” del PSOE, todo hay que decirlo), vienen marcando la estrategia de la presión hacia la formación de una gran coalición entre PP-PSOE-C’s, con los argumentos de proporcionar una estabilidad  económica y política que les permita mantener la hoja de ruta impuesta por  la Troika, que no es otra que profundizar en la ofensiva de rapiña, recortes y explotación contra la clase trabajadora y los sectores menos favorecidos, pero están teniendo muchas dificultades para llevar a cabo su proyecto, dado que Rajoy es visto como un cadáver político, pese a su resistencia a dimitir, aunque su amiga Aguirre le haya marcado el camino de salida.

Las presiones están siendo terribles, pero Pedro Sánchez se resiste todavía porque sabe que las consecuencias de un pacto con las derechas podría  llevar al PSOE a una catástrofe, siguiendo la senda de la “pasokización”  tan temida y probable en ese caso.  A su vez, eso representaría dejarle el paso libre a PODEMOS que podría posicionarse claramente como la opción hegemónica de la izquierda emergente, alentando a su vez a IU/UP que podría comenzar su recuperación con fuerza.

La primera tanda de negociaciones entre PSOE y C’s había causado un gran desasosiego en los votantes del Partido, sobre todo en la corriente Izquierda Socialista, donde los foros echaban fuego, porque la situación se había complicado con la propuesta de Pablo Iglesias (POD) de plantear el gobierno alternativo al PP, pero adelantando la formación del Gobierno incluso insinuando su composición y algunos de sus componentes, reservándose la Vicepresidencia y algunos ministerios clave, pero marcando algunas líneas rojas.  Parece ser que con la carta viada por Alberto Garzón la pasada semana, respondida positivamente por Pedro Sánchez, aceptando las negociaciones a cuatro bandas, PSOE-PODEMOS-IU/UP y COMPROMIS, existe la esperanza de reconducir la posibilidad de formar un gobierno de las izquierdas que represente a la inmensa mayoría.

Esta inteligente propuesta de Garzón ha descolocado tanto a C’s como a Rajoy, que estaban muy animados viendo cómo se creían más cercanos a un futuro gobierno de las derechas, sin querer asumir el ridículo hecho por el representante del PP, al declinar someterse a la investidura  por dos veces a propuesta del Jefe Del Estado,  ante el temor bastante fundado de que nadie le apoyaría, pues esperaba un estrepitoso fracaso,  porque para el resto de fuerzas parlamentarias,  cualquier voto favorable a Rajoy pudiese ser visto por los ciudadanos como de complicidad en el lodazal de la corrupción que rodea a la cúpula del PP.

La burguesía, con todo el aparato de propaganda en pié de guerra contra las izquierdas, está oponiéndose con uñas y dientes a que se forme un gobierno que represente a los trabajadores y lo van a continuar haciendo de todas las formas posibles empleando todos los medios a su alcance, como hemos visto con estupor echar manos del discurso sobre el terrorismo de ETA e incluso de amenazas y chantajes en la economía,  para desatar una política de terror que prepare el ambiente a su favor.  Es cierto que la situación mundial es difícil, pero precisamente es la política de austeridad del capitalismo, con su crisis, su podredumbre, su corrupción  y sus guerras,  los responsables directos, como puede entenderse con estos argumentos.

Cierto que hemos entrado de lleno en un nuevo periodo marcado por el incremento de la inestabilidad y las guerras, afectando a todo el planeta,  tanto en el plano político, social y económico. Esta situación de crisis prolongada, estancamiento y posible recaída de la recesión, (que expresa el agotamiento del modelo capitalista)  está provocando una atroz guerra inter-imperialista, bajo la excusa de luchar contra el terrorismo, que ellos mismos han financiado y provocado. Por ese camino de empobrecimiento generalizado de las masas, lo más probable es que se den convulsiones sociales y luchas masivas que acelerarán las luchas entre las clases, porque la clase trabajadora está entendiendo a escala internacionalista que si no luchamos unidos contra la guerra y las injusticias que provoca el capitalismo nos llevarán a la catástrofe y al caos.

Nuestra corriente Izquierda Socialista se ha venido manifestando en cada Asamblea y Coordinadora, contra las guerras, el terrorismo y todo tipo de violencia, entre ellas, la violencia que representa la opresión de los pueblos y la explotación de la clase trabajadora, por lo que seguimos apostando por un Gobierno de los trabajadores, en la línea de la posibilidad que se abre  de una Conjunción de las Izquierdas PSOE-PODEMOS-IU/UP y COMPROMIS, en defensa de un programa que desmantele las tramas de corrupción y avance hacia la solución de las cuestiones sociales con carácter de urgencia.

Sigue la incertidumbre sobre qué tipo de gobierno se formará e incluso está en el aire la convocatoria de nuevas elecciones que sería visto por la inmensa mayoría de los votantes como un fracaso más de las direcciones política.  Además podrían incluso producirse unos resultados todavía más dispersos en la composición del Parlamento, o que las clases dominantes, con su gran aparato  mediático y utilizando la política del miedo, sacaran resultados favorables, si el pueblo cansado opta por la abstención,  o que, por el contrario, en un movimiento dialéctico, podría producirse un  cambio brusco y repentino en la conciencia de las masas,  que  profundizara el giro a la izquierda.  Esto pondría claramente en crisis final el Pacto de 1978 y propiciaría el camino para un nuevo proceso Constituyente. Todo está dentro de la situación que habíamos previsto los que utilizamos el método del materialismo dialéctico para el análisis de la realidad, cuando anticipamos que se darán “cambios bruscos y repentinos en la conciencia de los asalariados”, período en el que estamos entrando de forma acelerada.

Amplios sectores de la clase trabajadora, capas medias y la juventud han venido sacando conclusiones y aprendiendo lo que representa un capitalismo mafioso, corrupto y en decadencia, para los intereses de los más pobres y ese aprendizaje no ha sido en vano, como hemos visto la evolución desde el  15-M hasta el 20-D.   La toma de conciencia de la utilidad de las luchas masivas, la necesidad de la  acción directa, la organización desde las bases y avanzar hacia la unidad, está calando cada vez más entre las masas.  El salto cualitativo en el proceso molecular de toma de conciencia  se está ya expresando claramente en las urnas y en las calles, que incluso se refleja, aunque con algunas distorsiones,  en un terreno tan difícil y complicado como es la cuestión territorial, sobre todo en Cataluña que necesita una respuesta  democrática urgente que ha sido incapaz de ofrecer la política inmovilista,  ultra- centralista y torpe aplicada por el PP.

El pueblo soberano e inteligente, los millones de trabajadores, los jóvenes activistas, los pensionistas, los parados, los autónomos y demás capas medias,  están entendiendo que para salir de este estancamiento no basta sólo con un gobierno con buenas intenciones para doblarle el pulso al capitalismo y avanzar hacia un mundo mejor, sino que necesitamos defender  entre todos un programa socialista para el Cambio, que combata radicalmente contra la corrupción, los despilfarros y los abusos.

Para conseguir avanzar hacia esos objetivos,  el primer paso es llegar a un entendimiento de las izquierdas para formar Gobierno, pero a su vez necesitamos  confluir con sindicatos y partidos de izquierdas en un proyecto común de reorganización, de unidad y de participación social,  que permita el control democrático de la Administración del Estado,  para poner en práctica un programa de defensa de los intereses de la mayoría de la sociedad,  poniendo en primer término el rescate de las personas, de los servicios sociales y de inversiones que impulsen la creación de millones de puestos de trabajo y que se oponga intransigentemente a cualquier recorte  que quieran imponer desde la Troika.

Tenemos que prepararnos para las luchas venideras por si se necesita movilizar a las masas exigiendo plantear un combate serio y sostenido que promueva la transformación de la sociedad, en caso de que la burguesía intente torcer la voluntad democrática de un gobierno de los trabajadores que representará a la inmensa mayoría de la población.  Bajo el capitalismo no hay salida para la humanidad, así que no queda otra alternativa que buscar el camino de la izquierda, uniéndonos para la lucha por una verdadera regeneración democrática y defender el genuino socialismo.

JOSÉ MARTIN RODRÍGUEZ.
ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A


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