27 de noviembre de 2015

NI GUERRA NI TERRORISMO: ¡¡ DEMOCRACIA Y SOCIALISMO ¡¡


 

Cuando se produjo el brutal atentado terrorista que sufrieron los ciudadanos de París,  condenamos  públicamente la carnicería que dejaba centenares de muertos y  heridos.  Mostramos “toda la nuestra solidaridad con el pueblo francés. Nos posicionamos claramente  ¡Contra el terrorismo y la guerra¡”.  Reafirmamos la  condena a tan brutal atentado pero como decíamos también, “el terrorismo es una guerra psicológica.  La guerra es un terrorismo psicológico. Sin respeto, justicia e igualdad, nunca encontraremos la PAZ”.  Nuestra corriente sigue debatiendo en diversos foros sobre esta cuestión, con matices y posiciones al respecto,  por lo que vemos la necesidad de profundizar algo más, aunque este debate va a ser largo porque la situación se agrava por momentos, así que invitamos a profundizar en el análisis.  

Una de las características históricas del PSOE, que continuamos defendiendo algunos miembros de la corriente Izquierda Socialista es el antimilitarismo porque entendemos que la guerra es algo inherente al funcionamiento lógico del beneficio privado que busca el capitalismo y perjudica a los más pobres, por tanto, contrario a los objetivos que defiende el socialismo.   La lucha por los mercados y materias primas, entre los capitalistas de diversas naciones, agudizada ahora por la pugna inter-imperialista,  llevadas a su extremo, sigue produciendo conflictos que a veces derivan en guerras y en grupos que practican el  terrorismo.

La economía capitalista se encuentra en una grave crisis desde 2007/2008 que afecta al conjunto del planeta y la contracción de los mercados ha desatado una disputa con extremada violencia y saña por la hegemonía mundial y sobre todo, por las fuentes de petróleo, que es la palanca que mueve los grandes negocios de las multinacionales.  Detrás de cada guerra, como vimos claramente en la de Irak, fomentada con la gran mentira demostrada y asumida por el Trio de las Azores,  (excepto por el “listo de Aznar), se encuentran los enfrentados intereses de los grandes magnates que manejan las potencias imperialistas como EEUU, U. E. Rusia y China, que se ven de nuevo enzarzadas en esta terrible guerra de Siria, remanente y continuidad de la “sinrazón” de Irak,   que ahora ante el ataque terrorista sangriento perpetrado en Paris, ha sido respondido por el Presidente de Francia con la declaración de guerra y el incremento de los bombardeos, buscando a la desesperadas en visitas relámpagos, apoyos políticos y financieros.  De aquellos polvos vienen estos lodos.

El capitalismo en su fase imperialista no ha dudado en organizar guerras, mantener a dictadores afines, preparar golpes de estado para descarrilar las “Primaveras Árabes”, y cualquier otra maniobra para mantener,  poner o quitar gobiernos,  que sean títeres dóciles y afines,  para garantizar sus intereses económicos, el control del petróleo,  las materias primas y las rutas comerciales de gran valor geoestratégico para mantener su hegemonía.

Uno de las tareas fundamentales del debate del socialismo es señalar los diversos intereses en líneas de clase, que la burguesía intenta ocultar detrás de esas guerras y de los terrorismos, que son el producto de la desigualdad, la escasez, la miseria y la neocolonización económica a la que se ven sometidos los pueblos.  Con una campaña permanente de mentiras intentan cerrarle los ojos a los trabajadores y a las capas medias.  Algunas veces nos han vendido el producto bajo la excusa de guerras humanitarias, o para instalar la “democracia y la libertad”, mentira descarada comprobada por los resultados posteriores a las intervenciones bélicas recientes, cada vez más sangrientas y peligrosas.  Como han explicado los clásicos,  “ las guerras son la continuación de la política por otros medios”, por lo que representan un fracaso de la diplomacia capitalista, incapaz de encontrar una salida política cuando la situación se les va de las mano, o las provocan cuando les interesa para obtener más beneficios.

Las élites financieras dominantes  de los  cuatro grupos imperialistas más importantes,  enunciados anteriormente,  se enfrentan al terrorismo porque necesitan controlar una materia prima vital como es el petróleo porque les va en ello la supremacía mundial y el control de las reservas de crudo más importantes, que después de Arabia Saudita es la zona de Irak y Siria, como la de mejor producción y de más fácil salida hacia Europa.   No debemos olvidar que para atacar a Irak se desató una campaña internacional montada por la maquinaria de propaganda imperialista, que  no era más que una cortina de humo para ganar el apoyo de la opinión pública mundial y ahora están repitiendo la misma operación a una escala superior. Es preciso reconocer que desde  entonces han llevado a cabo enormes masacres contra todos los pueblos que han querido buscar un camino democrático, ahogando incluso en sangre las “Primaveras Árabes”, sumiendo a los pueblos en la misma situación de opresión de las dictaduras de los tiranos,  que antes eran sus aliados hasta que se rebelaron por los abusos y saqueos.

El balance de los desastres no ha podido ser ocultado por más tiempo, pues representa centenares de miles de muertos entre la población civil, con hospitales y escuelas destruidos, barrios enteros derribados, ciudades arrasadas, saqueo permanente del patrimonio cultural, desmembramiento de los países, con surgimiento de diferentes tribus enfrentadas, algunas fanatizadas y radicalizadas por sectores fundamentalistas religiosos, que olvidando el significado de PAZ que dice representar el Islam, se dedican al terrorismo más brutal e inhumano, al saqueo al chantaje,  habiendo surgido Al Qaeda antes,  y ahora el Estado Islámico, producto de la financiación y formación de Arabia Saudita, EEUU y otras potencias que fueron sus creadores, cuando ahora se alarman porque se les han rebelado y no se les someten.  

En la medida que EEUU y sus aliados, perdieron la guerra contra Sadam Husein, pese a su eliminación física y el empleo del enorme potencial bélico de última generación,  no quisieron implantar una democracia, ni fueron capaces de organizar un Estado que procurase la paz y el bienestar del pueblo, como se les prometía desde el aparato de propaganda imperialista.  Ocurrió todo lo contrario, cuando tuvieron que proceder a la evacuación de tropas por la coalición imperialista, la situación quedó totalmente desestabilizada con una enorme destrucción y gran sufrimiento para la gente a los que dejaron sumidos en la edad de piedra y tanto para el pueblo iraquí como para todo Oriente Medio  la situación de desgobierno se ha convertido en un polvorín tremendo.   Aquella operación de intercambio de sangre por petróleo ha creado toda esta situación convulsiva y las consecuencias de su extensión son muy preocupantes.

El imperialismo no podrá llevar nunca una solución a los problemas sociales de las masas oprimidas y empobrecidas por tanto sátrapa y mercenario al servicio del capital.  No podemos caer en la trampa del aparato burgués, porque el capitalismo y imperialismo juegan hoy el mismo papel opresor y de guerra de rapiña contra los pueblos, sean lejanos o cercanos. Necesitan las guerras para mantener el enorme complejo militar industrial que se han desarrollado como un monstruo y que ha consumido en el año 2014 un gasto global mundial de 1,8 BILLONES de dólares en presupuestos de guerras, que ellos llaman “Defensa”,  cuando habría que preguntarles, qué defienden,  quién atacó primero y cuál es la causa de esas guerras que siguen consumiendo ingentes recursos que son pronto convertidos en chatarra, destrucción, refugiados,  heridos y muertos.

El imperialismo salió tocado y desprestigiado de aquella aventura de Irak,  porque no pudo calcular con precisión el coste que tendría aquella ofensiva bélica “ilegal” que iba a provocar un movimiento de rechazo contra la guerra de cientos de millones de ciudadanos de todo el planeta, que puso de manifiesto el enorme potencial de fuerza de los trabajadores y la juventud, cuando se movilizan a favor de la PAZ,  con enormes manifestaciones permanentes (Y en nuestro país con la retirada de las tropas por el Presidente Zapatero). Se notaba una moral de victoria de las masas y una posición de derrota de los imperialistas, que tuvieron que cambiar momentáneamente de estrategia, aunque en la actualidad están incluso más crecidos y violentos, pero el ambiente de protesta contra “La guerra y el Terrorismo”, se empieza a caldear, pues hay convocada para el sábado próximo 28 de Noviembre, manifestaciones y concentraciones de “NO a la guerra” en Madrid y otras ciudades.  

Desde el socialismo democrático, (No así desde algunas corrientes socialdemócratas que han caído rendidas en los brazos de los imperialistas),  seguimos defendiendo que debemos luchar contra las guerras de los capitalistas, porque es una tarea irrenunciable que la juventud,  la clase trabajadora y los sectores menos favorecidos de esta sociedad tenemos, ya que nuestros intereses son  antagónicos a los de ellos, ya que ellos pones las bombas y la maquinaria de guerra pero es el pueblo quién pone siempre los muertos.  Al igual que hicimos cuando aquella horrorosa agresión imperialista a IRAK impulsando y participando en movilizaciones masivas con consignas como ¡¡ NO A LA GUERRA¡¡   debemos explicar que mediante movilizaciones masivas,  que deberían ser convocadas por los sindicatos de clase y los partidos de izquierdas, podremos frenar esta carnicería a la que nos quiere arrastrar el imperialismo, con Hollande a la cabeza, arrastrando al gobierno del PP de  Rajoy y a los que se les han sumado acríticamente.  

La situación es muy complicada porque todo el aparato de propaganda está dando a entender que no hay más que una alternativa que es llevar la guerra hasta el final arrasándolo todo,  a los terroristas y a los millones de personas que no han podido abandonar esos territorios, que son los más pobres, porque todos los que ha tenido algunos recursos para huir de la guerra, se han jugado la vida buscando llegar a Europa para pedir asilo político y en torno a dos millones de personas este año, aunque la visión humanitaria de los gobiernos europeos brilla por su ausencia,  manteniendo un comportamiento criminal e inhumano, no cumpliendo las Leyes de Asilo, cerrando fronteras y dejando a miles y miles de personas abandonadas.

Como el socialismo marxista siempre ha venido explicando, la alternativa para esos pueblos oprimidos del mundo árabe, sean del credo que sean, es plantearse la lucha por un nuevo modelo de sociedad democrática y socialista, que los sindicatos, asociaciones sociales y partidos de izquierdas deberíamos estar apoyando,  pero ello implica la movilización y el apoyo solidario de la clase trabajadora internacional, condenando tanto el fanatismo terrorista religioso, como los imperialistas y sus aliados que apoyan guerras, bombardeos y carnicerías indiscriminadas. El pueblo necesita poder quitarse de encima los gobiernos corruptos, sean tanto de las burguesías árabes como europeas y el resto del mundo.  Necesitamos una lucha firme y sostenida en el tiempo,  para superar al capitalismo y transformar la situación, de forma solidaria entre la clase trabajadora de todos los países.

Las organizaciones sindicales y políticas deberían convocar con urgencia, después de las manifestaciones del sábado una Huelga General, exigiendo a la C.E.S. extenderla a toda Europa,  que se plantee un Alto el Fuego inmediato, por todos los bandos en litigio. Tampoco debemos tener mucha confianza en las medidas de la ONU, que está al servicio y a las órdenes de las 5 potencias que tienen derecho a veto.  Necesitamos luchar hacia el objetivo de una Confederación Socialista Mundial, que represente de verdad a todos los pueblos del planeta, mediante elecciones democráticas, para hacer posible la liberación social, nacional y económica de los pueblos del planeta. Pero no somos utópicos, sino que somos realistas, por lo que vemos que la situación es difícil,  pero debemos recordar aquella frase que dice “solo el pueblo salvará al pueblo” y aquella otra: “la emancipación de la clase trabajadora será obra de la propia clase, o no será”, por lo que seguiremos luchando por la alternativa, pues,  si queremos la PAZ solo la podremos conquistarla  mediante una lucha por una sociedad diferente, que ponga los recursos financieros y los grandes medios de producción que existen en la actualidad,  no al servicio de los imperialistas y sus guerras,  sino de los seres humanos para satisfacer las necesidades vitales, es decir, empezar a construir una sociedad democrática con respeto, dignidad  y Justicia,  que nos abra el camino hacia el genuino socialismo.

¡¡NI GUERRA NI TERRORISMO¡¡
¡¡ DEMOCRACIA Y SOCIALISMO ¡¡

José Martín Rodríguez.
Área de Comunicación.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com












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