28 de septiembre de 2015

PARÍS: CUMBRE SOBRE CAMBIO CLIMÁTICO-2015.


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París será la sede de la nueva Cumbre sobre el Cambio Climático que se va a celebrar en diciembre de este año. Tras los diversos encuentros llevados a cabo por las grandes potencias durante los 20 años últimos, la situación sigue agravándose ante la falta de acuerdos para financiar proyectos que tiendan de forma seria y definitiva a frenar las consecuencias que está sufriendo ya la humanidad por la depredación y la contaminación del planeta Tierra.

Nuevamente las grandes potencias prometen que ésta deberá ser la cita definitiva donde salga un  compromiso serio para atajar la problemática del Medio Ambiente, pero no podemos tener ninguna confianza en la pandilla de saqueadores y explotadores que son los mismos que han creado este grave problema, porque siguiendo la lógica del capitalismo del máximo beneficio para los poderosos y sus multinacionales, no podrán entenderse ni llevar a cabo un acuerdo con la financiación suficiente y necesaria, como ha venido ocurriendo año tras año. El objetivo de los acuerdos universales sobre el Cambio Climático que se pretende debatir en París, es solo limitar el aumento de 2ºC la temperatura del planeta, lo cual es ya de por si totalmente insuficiente y representará una vez más, otra tomadura de pelo y otro fracaso  como los de Compenhague, Kioto, Rio, Estocolmo y las demás.

Se  recrudece y sigue abierto el debate sobre el deterioro del Medio Ambiente por los efectos nocivos de la acción devastadora de la contaminación, que ya se están notando,  cuyas consecuencias se han convertido en un peligro para el género humano, pues se continúa poniendo en evidencia la situación tan grave a la que el sistema capitalista está abocando a la Humanidad.  La causa fundamental de esta cuestión es el control de la economía mundial por parte de un puñado de grandes monopolios, que bajo el prisma del lucro privado del sistema capitalista, anteponen los intereses de una minoría de archimillonarios a las vidas de los trabajadores y de la especie humana en general.

Esta situación tan grave de la cuestión climática, junto a la persistente crisis estructural del actual modelo, demuestra que existen dos contradicciones insalvables bajo este agónico sistema imperialista, como son, la propiedad privada de los medios de producción y las fronteras nacionales que impiden el desarrollo armonioso de las fuerzas productivas. Cierto sector de la comunidad científica compuesta por liberales mercenarios y defensores de sus intereses privados, atribuyen de forma tajante el calentamiento global a lo que denominan de una forma ambigua a la acción del hombre, diciendo que la degradación del Medio Ambiente es culpa de nuestro desaforado consumismo, que los ciudadanos consumimos demasiado y que se recicla poco para mantener equilibrado el modelo actual.

Tenemos que decir ante esas simplezas que el método de análisis empleado está impregnado de la ideología de la clase burguesa dominante, pues intenta responsabilizar a los individuos para exculpar al sistema capitalista, que es la causa de todos los males sociales y medioambientales que ya sufre la humanidad.  El consumo de los individuos es un problema relativo, pero la depredación del sistema capitalista, el militarismo y los horrores de las guerras, los despilfarros de recursos, que siguen la lógica de acumulación capitalista y el atesoramiento de bienes en Paraísos Fiscales y cajas fuertes de seguridad bancarias y privadas, cada vez en memos manos,  es un problema absolutamente mayor, siendo esa su causa y como dice el Derecho, “lo que es causa de la causa,  es causa del mal causado”.   

El empeoramiento de las condiciones de vida de la población mundial es patente, sobre todo, en las poblaciones más empobrecidas por la rapiña del capitalismo, y el azote de las guerras, los chantajes y el expolio permanente,  profundizadas por la actual recesión que lanza a la pobreza y al hambre a millones de seres humanos, con una situación de degradación del medio natural, con la contaminación de los mares y ríos que afectan a los recursos hidrográficos, la amenaza nuclear, las emisiones descontroladas de CO2, la deforestación y destrucción consciente de bosques, unido a la utilización constante de pesticidas y contaminantes en la producción agrícola, están llevando a la humanidad al borde de su desaparición como especie y al padecimiento de hambrunas terribles. (*)

El motor de la actividad económica capitalista, que es la lucha por el máximo beneficio para unos pocos en detrimento de la mayoría de la población se ha convertido ya en una amenaza muy peligrosa contra la salud de la humanidad y contra la propia naturaleza. Accidentes nucleares y otras catástrofes ecológicas ponen de manifiesto que la naturaleza del capitalismo es cada vez más un peligro para los habitantes del planeta Tierra. Por tanto, para los partidos obreros y demás fuerzas de izquierdas, la integración de las problemáticas medioambientales, así como a las que conciernen a la soberanía alimentaria y a la autosuficiencia productiva encaminadas a atender las necesidades alimenticias de los habitantes del planeta y al cumplimiento de los Derechos Humanos, resulta una prioridad cada vez más urgente e imprescindible, vistas las tendencias que el Capitalismo está desarrollando en esta recesión en la que ha quedado anclado. 

Contrariamente a lo que se nos quiso hacer creer, cuando nos decían que los avances de la ciencia y de las nuevas tecnologías iban a servir para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, verborrea y propaganda capitalista, que solamente los analistas marxistas cuestionaban, vemos en estos momentos actuales que no ha sido tal como la burguesía anunciaba, sino que ha servido, como siempre bajo el capitalismo, para aumentar y concentrar escandalosamente el lucro privado y los beneficios de unos cientos de grandes monopolios que se consideran los amos del capitalismo mundial.

La banca privada y unos cientos de multinacionales concentran en sus manos la dirección de la economía, y las vidas de la mayoría de la humanidad. En un polo nos encontramos con que menos del 2% de la población del planeta posee una riqueza equivalente al más del 50% de toda la riqueza mundial. En el otro polo nos encontramos un océano de pobreza con cerca de 1.500 millones de parados y alrededor de otros 3.500 millones de seres humanos que malviven con rentas en torno a los dos dólares diarios, por lo que en la actualidad es más necesario que nunca luchar organizados y unidos por un  cambio de modelo de sociedad para frenar el Cambio Climático y resolver las cuestiones sociales.

Incentivados por el verdadero motor del sistema capitalista, que es la búsqueda feroz del beneficio, las multinacionales tratan los recursos naturales como un factor de producción. Tratan de conseguir el consumo de los recursos naturales como materias primas, agua, aire y demás, con el menor coste posible, para aumentar la tasa de ganancia de sus inversiones. No les importa que esos recursos sean o no renovables, que dejen secuelas por su consumo incontrolado, terribles contaminaciones, deforestación, envenenamiento de mares y ríos, polución de la atmósfera, desertificación, lluvia ácida, cambio de temperatura degradante… porque eso no entra en el cómputo de gasto en sus cuentas de Pérdidas y Ganancias de sus empresas, sino que lo sufre y lo paga el pueblo. Las consecuencias a largo plazo de la degradación medioambiental les importa poco a los capitalistas, como tampoco nunca se han preocupado por las matanzas y las destrucciones causadas por sus guerras, sus masacres, sus rapiñas y saqueos, porque anteponen sus ganancias al bienestar de la Humanidad.

ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE. A

(*) Si te interesa recibir de forma gratuita la Revista Cambio Climático, editada por nuestra corriente, que recoge el debate y las conclusiones de la II Conferencia de nuestra corriente celebrada en Torremolinos, te rogamos nos mandes un correo a la dirección de abajo, no olvidando poner en asunto: “Cambio Climático".
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com







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