15 de diciembre de 2014

POR LA DEMOCRACIA Y EL SOCIALISMO BAJO CONTROL OBRERO.

           La pasada semana estuve en una Asamblea con compañeros socialistas,  donde debatimos entre otros temas, el trabajo que debemos continuar realizando en las organizaciones de masas, principalmente en los sindicatos y en los partidos de izquierdas. Uno de los temas más preocupantes, además del paro y la pérdida de derechos sociales y laborales, se habló de la corrupción de las instituciones del Estado, y también en el interior de los partidos, sindicatos de clase y asociaciones sociales. Un compañero me animó a profundizar en ese debate proponiendo que hiciese un artículo sobre algunas cuestiones interesantes que comentamos, con medidas concretas para combatir la corrupción.  

En nuestra corriente de opinión Izquierda Socialista, nosotros defendemos las enseñanzas fundamentales del socialismo científico, el materialismo dialéctico,  sobre la teoría del Estado burgués, a la vez que venimos aportando enmiendas estatutarias sobre el modelo organizativo que habría que construir para marchar hacia un nuevo modelo de sociedad, que combata la corrupción, las estafas y ponga frenos al saqueo permanente que el gobierno del PP está llevando a cabo metiendo la mano en los bolsillos de los más pobres, cuyos recursos están yendo directamente a las arcas de los ricos, especuladores y banqueros,  en este putrefacto sistema capitalista, por lo que es necesario poner sobre la mesa una nueva transición que nos permita transitar del capitalismo al socialismo.

El genuino socialismo es democrático o es un sucedáneo que se puede convertir en un monstruo. Desde que se inicie, esa nueva transición al socialismo, tiene que ser el sistema más democrático que haya existido jamás, un régimen que supondría que todas las tareas de la dirección de la economía, la sociedad y el estado estarían en manos de la mayoría de la sociedad, la clase asalariada y las capas medias, al servicio de los más desfavorecidos.

De acuerdo con lo que nos enseñaron Marx, Engels, Pablo Iglesias,  Largo Caballero, (el Lenin español) y otros clásicos, es preciso explicar que para que se pueda establecer una auténtica democracia obrera se deben cumplir una serie de condiciones, que combatan radicalmente el surgimiento de tendencias burocráticas en el Estado para avanzar al socialismo.  Algunas de estas aportaciones históricas que han sido negadas por las burocracias dirigentes, y que nuestra corriente I.S. ha seguido aportando a las Asambleas,  Conferencias y Congresos, siendo sistemáticamente rechazadas, son en la actualidad más necesarias que nunca:  He aquí algunas de ellas que venimos defendiendo:
1)   Abrir puertas y ventanas para que entre el aire fresco. 2)    Implantar las primarias a todos los niveles. 3)   Desarrollar completamente la democracia interna. 4)    Garantizar la libertad de expresión plena. 5)   Promover la elección y revocabilidad de los cargos desde las Asambleas de Base. 6)   Las Asambleas serán soberanas y propondrán a los candidatos con plena libertad. 7)   Garantizar la participación de todos los afiliados en igualdad de condiciones, introduciendo la rotación y un máximo de dos mandatos en los cargos.  8)   Los representantes elegidos para las instituciones cobrarán el salario medio de un trabajador cualificado. 9)     Medidas contundentes contra el fraude y la corrupción, con tolerancia CERO exigiéndonos a todos un comportamiento ético de acuerdo con los principios del  genuino socialismo democrático que defendió y practicó Pablo Iglesias.  10)  Un partido más abierto, donde la democracia interna funcione intensamente.  11) Una mayor capacidad de decisión de su amplia base militante haciendo participes a simpatizantes y ciudadanía progresista. 12)  Un programa bien identificado  con nuestros principios, trayectoria, proyecto orientado hacia la mayoría social “de izquierdas” que conforman las clases populares (clase obrera y capas medias, profesionales, funcionarios, autónomos, etc). 13) Un partido transparente, responsable ante la sociedad, que rinda cuentas del cumplimiento de sus programas y compromisos,  y de la labor de sus cargos públicos. 14)  Un partido plural,  más dinámico y donde las ideas emanen del debate (democrático, abierto y transversal). 15)  Un partido en el que sus dirigentes sean elegidos directamente por las bases y accedan a los cargos en función de su esfuerzo y capacidad, con un compromiso social y político constatado en la fidelidad a los ideales socialistas. 16) Un partido coherente, con un comportamiento consecuente entre lo que se piensa, se promete y lo que se hace. Y que acentúe la efectividad de los mecanismos de exigencia de responsabilidades políticas mediante la revocabilidad de los cargos. 17)  Un partido rejuvenecido, con procedimientos de democracia directa (primarias, listas abiertas) para la elección de candidatos a cargos orgánicos e institucionales. 18) Con limitación de mandatos, incompatibilidades y garantizando la representación de su pluralidad en los órganos de dirección.
Con esas medidas anteriores, que están recogidas en el documento programático asumido en la Asamblea de Granada y también en el borrador de documento de propuestas programáticas (1) que hemos sacado a debate recientemente para la Asamblea que celebraremos en  Febrero en Córdoba, junto a algunas más de las que se han planteado en estos debates, como las que comentaremos seguidamente, se acometería con audacia la lucha firme contra la degeneración, los oportunismos y la burocracia carrerista, combatiendo la corrupción, representando una verdadera regeneración ética, no solo del Partido y el Sindicato, sino de la sociedad en su conjunto.
Es necesario exigir en todos los procesos que las elecciones sean libres y democráticas donde la población pueda elegir y revocar de manera inmediata a todos los funcionarios, cargos públicos y representantes de los trabajadores cuando lo considere conveniente.
Para cortar los abusos que representa la enorme brecha salarial entre la burocracia bancaria, política y funcionarial  planteamos que ningún funcionario, cargo público o representante de los trabajadores reciba un salario superior al salario medio de un obrero calificado, para así evitar el arribismo y el peligro de burocratización.
Debemos plantear que las tareas de gestión, administración y control de la economía, la sociedad y el Estado sean ejercidas por la población en su conjunto,  gradualmente y por turnos, para garantizar el control democrático de la población de la marcha de sus asuntos públicos.  De esta manera se evitaría  que estas tareas sean gestionadas por "especialistas" separados del pueblo que pueden utilizar sus cargos para su propio beneficio. Si en la política y en la gestión pública, todos hacemos "tareas burocráticas" por turnos, nadie se convertirá en un "burócrata" para toda la vida.  Pablo Iglesias decía: “Elegid a loe mejores, pero luego vigiladlos como si fuesen canallas”. Para que estas  medidas de vigilarnos unos a otros,  sea efectiva es necesario reducir la jornada laboral, por supuesto sin reducción salarial, para que los trabajadores tengamos tiempo suficiente para llevar a cabo estas funciones y acometer el desarrollo del programa socialista que hemos aportado en el documento antes mencionado.(1)
Los pueblos quieren y necesitan la paz, por lo que no es necesario que exista un ejército permanente, ni policías represivas, ni guardias que estén   separados de la población, sino que las armas, deben estar  organizadamente en manos del pueblo, por medio de comisiones de autodefensa ciudadanas. La existencia de estos cuerpos, que tendrían un carácter rotativo  dejaría de ser una necesidad en la medida que la Sociedad socialista se extendiera y consolidara, caminando hacia el objetivo futuro de la destrucción del armamento a escala mundial.
El mecanismo de participación, control y gestión de la población a todos los niveles de la sociedad se haría a través de los Consejos Ciudadanos y Obreros, siguiendo las necesidades y la tradición de la clase trabajadora, como los mismos organismos creados por los asalariados y los ciudadanos en su lucha contra la explotación, la opresión y la corrupción capitalista.
Estos mecanismos de control social se coordinarían a nivel local, provincial, regional/federal y estatal. Los Comités de fábrica y empresa se formarán con representantes elegidos de entre los trabajadores de dichas empresas, de forma absolutamente democrática y libre,  y para evitar su degeneración, podrán ser revocables en cada momento por los que les han elegido, siendo las decisiones refrendadas en asambleas generales. Los Consejos de barriadas y/o distritos  se formarán con representantes elegidos entre los residentes de dichos barrios y zonas.
Las tareas de estos comités es controlar y gestionar los asuntos de su ámbito,  luchando contra los despilfarros y la corrupción,  en colaboración y coordinación con los Consejos locales. Cada Consejo local llevará representantes a un Consejo Provincial o Ayuntamiento.  Éstos a un Consejo Federal Territorial y estos últimos a la Asamblea Federal Estatal.  También se elegirá un Consejo Sindical Federal, con representación proporcional y democrática  de los sindicatos y asociaciones sociales, vecinales y otras organizaciones populares representativas, como contrapeso democrático y control  social, garantizando todos los derechos de asociación, reunión, libre expresión, petición, manifestación, sindicalización y huelga, es decir, la aplicación más amplia de los Derechos Humanos y Civiles.

ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
(1) Si estás interesado en recibir gratuitamente el borrador del documento mencionado, solicítalo al correo de abajo: (Cualquier crítica o comentario, remitirlo a):

ispsoeandalucia.malaga@gmail.com


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