30 de mayo de 2014

DESATAR EL CONGRESO.

El PSOE ha sido abocado a un congreso extraordinario. Así, de golpe, como respuesta al golpe de la derrota en las elecciones al parlamento europeo. Golpe a golpe. ¿O golpe por golpe? Lejos del verso a verso machadiano, muy prosaico ha sido poner la convocatoria del congreso por delante de las previstas elecciones primarias para candidatura socialista a presidencia del gobierno. Eso de controlar los tiempos es tan atributo del poder como modificar el sentido de las palabras.

El término "congreso", entre otras acepciones, designa asamblea de delegados de un colectivo, con capacidad para decidir mediante procedimientos democráticos, como es elegir dirigentes de un partido político, por ejemplo. Pero si se utiliza la palabra "congreso" para una reunión de personas cooptadas, susceptibles de ser manipuladas en las decisiones que se tomen, designa otra cosa. Ocurre siempre que un congreso se convoca bajo control para que arroje un resultado predeterminado, de modo que todo se produzca conforme al guión establecido por quienes mandan. Eso es justamente lo que se teme cuando se observa cómo se fragua y se presenta la decisión sobre un congreso extraordinario del PSOE. Si se quiere que éste sea eficaz respuesta ante y para la ciudadanía después de otro desastre electoral más, esa posible percepción de un congreso amañado debe quedar ahuyentada de raíz. ¿Cómo? Con transparencia, participación y juego democrático, a la vez que todo ello propicia auténtica apertura a la sociedad.

Visto todo, la militancia socialista parece estar acordándose del aforismo inmortalizado por Benedetti a partir de una lúcida pintada en las calles de Quito: "Cuando teníamos las respuestas, nos cambiaron las preguntas". Pensábamos en primarias y convocaron congreso. ¿Qué hacer tras cambiazo seguramente irreversible? Exigir que se aplique al congreso la lógica participativa de las primarias: elección directa del secretario general conforme al principio un militante, un voto. Y para que la dinámica sea clara, empezar por dimisión efectiva de Rubalcaba y nombramiento de una comisión gestora para sacar adelante, sin favoritismos de aparato, el congreso anunciado. Son condiciones para un proceso democrático creíble. El Comité Federal del PSOE, máximo órgano entre congresos, debe tomar la palabra para iniciar una partida de juego limpio. Hay que desatar todo lo relativo a un congreso que algunos quisieran atado y bien atado.
José Antonio Pérez Tapias
Fuente: argumentosptapias.blogspot.com

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