2 de enero de 2014

COMENTARIOS Y CRÍTICAS POLÍTICAS EN 2014.

Debido a la acumulación de las profundas contradicciones que lleva en su seno el modelo capitalista, que se han visto agudizadas con motivo de la crisis estructural que ha sufrido el sistema, la correlación de fuerzas entre la clase trabajadora y la capitalista están cambiando.

Hemos entrado de lleno, tras la crisis de 2007/08, en un periodo de cambios bruscos y giros repentinos e insurreccionales en todos los continentes, como pudimos ver en las revoluciones del mundo árabe en los últimos años y las tremendas dificultades incluso en Europa para superar la recesión.

Esta recesión de onda larga y profunda es mucho más grave que las demás crisis pequeñas y medianas del periodo vivido desde la otra gran crisis de 1973/74, al aparecer de forma simultánea, el paro masivo y las deudas impagables, haciendo de dicha recesión un proceso prácticamente universal que afecta principalmente a los países más desarrollados y hundiendo a los económicamente más débiles, como Grecia, Portugal, Irlanda, España e Italia, en la más cruda miseria para sus habitantes menos favorecidos.

La tasa de ganancia de las empresas cayó abruptamente, arrastrando por los suelos a la inversión productiva que se desplomó, produciendo un colapso fulminante en las ilusiones de la burguesía de un enriquecimiento permanente, echando por tierra la falsa teoría de que habían acabado con la lucha de clases y que habíamos llegado “al fin de la historia”.

Las derechas “liberales” en el poder se quedaron sin paradigma para poder manejar la economía y tuvieron que sacar las muletas para apoyarse en el Estado, con el objetivo de salvar a la Banca, saqueando y endeudando a sus pueblos de por vida, dado que la famosa “mano invisible” de la que hablaba Adam Smith no aparecía por ninguna parte, para que se produjese ese equilibrio teórico de la economía, demostrando el fracaso estrepitoso de su modelo “de libre mercado”.

A su vez, en los países gobernados por la socialdemocracia, ni se atrevieron a hacerles frente a los dictados de los “mercados financieros”, aplicando una política Keynesiana y agobiados por las abultadas deudas privadas, iniciaron su traslado a la pública, sucumbiendo de forma genuflexa a la Dictadura financiera que les impuso el F.M.I. y la Banca mundial.

Como se ha demostrado por la falta de inversiones productivas que reactiven el ciclo económico, los representantes y estrategas mercenarios del gran capital, tienen más miedo que nunca ante el futuro de los acontecimientos que pueden sucederse, como queda expresamente claro por su apresuramiento en atesorar y evadir ingentes recursos dinerarios a sus Paraísos Fiscales que han sido detraídos de la circulación financiera, lo que indica el pánico que ha venido motivado por la desfavorable correlación mundial de fuerzas, al entender la burguesía el aplastante potencial de lucha de la clase trabajadora, pero por desgracia, los dirigentes de los partidos y sindicatos mayoritarios de la izquierda, no se enteran de esta realidad y siguen cobardemente la consigna capitalista de que “no hay otra salida que la austeridad y los recortes”, quedándose paralizados sin pasar a la ofensiva, tolerando los ataques del gobierno y asumiendo sumisos las “contra-reformas laborales” y la pérdida de Derechos Sociales, sin elaborar un plan acabado de luchas, manifestaciones y huelgas unitarias para frenar a la política de la derecha.

La desmoralización, el pánico y la paralización de la clase dominante son factores claves y favorables para el desarrollo del proceso de lucha para que pueda producirse un avance en el desarrollo del proceso de cambio y transformación socialista de la sociedad, pero para ello, se requiere una dirección del movimiento obrero que esté a la altura de las circunstancias, dispuesta a pasar a la ofensiva, con un análisis correcto de la realidad, con un programa alternativo genuinamente socialista de transición y dispuesta a movilizar, encuadrar y unir a la clase trabajadora para llegar hasta el final, llamando a marchar juntos todas las izquierdas para derrotar a la derecha.

En los países claves del capitalismo han aparecido divisiones ascendentes en el seno de la clase dominante y miran con bastante preocupación los procesos que se están desarrollando, tanto en Europa, como en África, Latinoamérica o Asia, donde se han llevado a cabo movilizaciones masivas  que a veces retan el dominio del imperialismo.

La potencia capitalista más fuerte, que sigue siendo EEUU, hasta hace poco más de un lustro pensaban que tenían por delante muchos años felices de dominación y hegemonía mundial, y eran vistos como los “gendarmes del mundo”, pero han estado al “borde del abismo económico” más de una vez y han sufrido un retroceso en su hegemonía geoestratégica ante el avance de China y Rusia.

Los EEUU, a pesar de consumir en torno a los 800.000 millones de dólares en los presupuestos de guerra y defensa, que posee los más adelantados y mortíferos ingenios bélicos, los más diabólicos arsenales de armas químicas, bacteriológicas y atómicas, con sus modernos Drones no tripulados, etc, el imperialismo norteamericano ha fracasado en Iraq, en Afganistán y recientemente en Siria, que están prolongando artificialmente la terrible matanza de ese pueblo.  La ruptura del equilibrio se hace notar en los conflictos recientes como los levantamientos en Tahilandia, en Ucrania, Pakistán, e incluso con un incremento de las luchas obreras y huelgas en China y otros países.

La oleada revolucionaria abierta en los últimos años en el mundo árabe, que puso en ebullición a todo el Norte de África un país tras otro, no fue prevista con detalle por los “servicios de inteligencia” del imperialismo, que quiso maniobrar a la desesperada, tarde y mal, a la vez que estaban preparando medidas de recortes en los presupuestos de guerra, lo cual les pilló con el paso cambiado, lo que no indica precisamente una expresión de fuerza, como puede parecer a simple vista con la propaganda de la potente maquinaria de los medios de comunicación en manos de la burguesía, sino que demuestra la creciente debilidad de la clase dominante, y su falta de confianza en sí misma, tanto del imperialismo USA como en la Unión Europea.

La tremenda presión que la clase trabajadora está acumulando con su oleada de “indignación” que vimos ante los ataques y recortes a los que está siendo sometida,  reflejan un poderío potencial impresionante, que en las próximas luchas se darán por los batallones pesados del movimiento obrero. Si no lo han hecho ya de forma organizada y unitaria, se debe a la completa ceguera, falta de análisis correctos, de perspectivas claras, diríamos incluso de su cobardía, o estupidez o pesimismo por parte de las cúpulas de las direcciones de las organizaciones mayoritarias de la izquierda, que han demostrado su incapacidad para defender con “honradez y firmeza” los intereses y los Derechos de la clase trabajadora a la que dicen representar.

En este período de desorientación y decadencia de la clase dominante, las direcciones reformistas que han caído presas de la deriva “socio-liberal-socialdemócrata”, en vez de desmarcarse claramente de los gobiernos de derechas y de la corrupta patronal bancaria, que ampara a mafiosos y especuladores de todo tipo, practicando una oposición firme y coherente que favorezca a la clase trabajadora, se siguen acercando y cobijando bajo el aparato del Estado burgués, decrépito, corrupto, degenerado y senil, lo cual les aleja de la confianza de las masas.

Esa es la causa principal de que las cúpulas dirigentes hayan perdido el apoyo de muchos trabajadores porque las ven como una nueva casta burocratizada que se ha elevado por encima de la clase, incumpliendo las promesas de la defensa de los intereses de la clase trabajadora a la que se deben y por ello, muchos miran con desprecio y apatía a las direcciones actuales como demuestran las encuestas recientes donde la abstención en las urnas se dispara sobrepasando el 50 % en el número de encuestados que indican que no irán a votar, lo que merece una reflexión profunda, una autocrítica y una profunda rectificación en las direcciones del movimiento obrero.

La “indignación” de la clase trabajadora contra la política de recortes y pérdidas de Derechos Sociales que practica el Gobierno del PP va en aumento y, pese a la ceguera de los dirigentes del movimiento obrero, se darán saltos en el proceso molecular de la toma de conciencia del pueblo que retará al aparato del Estado y a través de cambios bruscos y repentinos en el espíritu de lucha, llegará un momento en que, pese a que el gobierno prepara leyes represivas, se verán en un brete y no se descartará que tengan que adelantar las generales,  sobre todo, si las próximas elecciones Europeas indican claramente el nivel de desprestigio y rechazo que la ciudadanía experimentará a la actual política gubernamental.

No obstante, estamos seguros que la dialéctica operará más temprano o más tarde y la clase obrera con sus luchas buscará el camino adecuado para resolver todas esas carencias y desarrollará el proceso de dotarse de un nuevo programa y de la dirección que esté acorde con la situación, para vencer a la derecha de los banqueros corruptos, empresarios especuladores,  tumbando al gobierno del PP que les apoya, porque las posibilidades para la superación del capitalismo están dadas y alcanzarán nuevos niveles poniendo a prueba cualquier dirección que la quieran frenar exigiendo a los partidos y sindicatos de izquierdas que sean capaces de ofrecer un programa auténticamente socialista, que represente una verdadera alternativa y que merezca la pena luchar por él, para avanzar en la transformación socialista de la sociedad, porque el socialismo ya no es una Utopía como nos quieren hacer creer sino que se ha convertido en una necesidad imperiosa y el único camino para resolver los problemas sociales de la humanidad.

ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA.
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com





No hay comentarios:

Publicar un comentario