13 de diciembre de 2013

TRAS LA CONFERENCIA POLÍTICA, EL PSOE SIGUE EXACTAMENTE DONDE ESTABA:

Después de la Conferencia Política, el PSOE sigue
exactamente donde estaba. Plantear seriamente que
en esa conferencia el Partido Socialista  ha
enmendado errores y reflexionado sobre la situación
social y económica actual por la que atraviesa el
capitalismo no sólo sería engañarnos a  nosotros
mismos, sino que pretenderíamos engañar a los
trabajadores. Todos sus documentos rezuman
palabrería hueca, brindis al sol y, en el mejor
de los casos, esbozos de promesas
condicionadas al consenso de “todos”.

Cualquier problema serio de los que estaban planteados
fue dejado de lado, incluyendo el de la cuestión nacional
 en Catalunya. Síntoma de lo poco que han cambiado
las cosas para la dirección del PSOE es el hecho de
que hayan acordado, ante la protesta de gran parte
de los delegados, el apoyo a la monarquía; incluso
se han “preocupado” de que una mujer pueda
reinar, para lo cual proponen cambiar la
Constitución (página 8, apartado 3,
del documento Reformas Constitucionales).
Y esto sucede en un ambiente de descrédito  
de la institución monárquica, salpicada con
gravísimos casos de corrupción y despotismo
tan habituales entre los  Borbones.

El proceso de esta Conferencia fue puesto en marcha
con la desgana con la que se hacen las cosas
para cumplir. La participación de las bases no
ha sido especialmente destacable y nadie sabe de donde
han salido esas 250 entidades sociales que han participado
ni quién ha elegido los 750 delegados. No es de extrañar,
por tanto, que no se hayan aprobado
ni convocado las   primarias.


Rubalcaba afirmaba que “el PSOE ha vuelto”, e incluso
otros se atrevían a decir que había girado a la
izquierda. Eso no ha ocurrido ni en la terminología
ni en los hechos, todo lo más, discursos lamentables
como el de Susana Díaz babeando palabrería patriótica.
Pero de medidas concretas para las familias
obreras, ni  mención.


La dirección del PSOE deposita todas sus esperanzas
en los ya manidos pactos y consensos. Pretenden recuperar
los derechos perdidos y consolidar nuevos sobre la base
de reformar la  Constitución. 


Este es un grave problema. Los socialdemócratas nos
dicen que hay que incorporar a la Constitución los
derechos sociales básicos para que no puedan ser
atacados. Sin embargo, todos esos derechos, de
manera genérica, ya están recogidos en la misma.
¿Acaso Rubalcaba y compañía se creen que la
burguesía española va a respetar los derechos
de nadie por el simple hecho de que vengan
recogidos en un papel? Y de llevarse adelante,
¿cómo se garantizarían los recursos económicos
destinados a ello?

De dónde sacarían el dinero es algo que no
aclaran, mientras en la página 3 del apartado
‘Crecimiento y Empleo’ afirman que uno
de los tres retos mas importantes de la
economía española es el de “cerrar nuestra
brecha fiscal para garantizar el estado de
bienestar y la sostenibilidad de nuestras
cuentas públicas”(¡!).

Un programa que no cuestiona el capitalismo
El documento de 130 medidas fija las intenciones
y voluntades de la dirección socialista en relación
a la pérdida de poder adquisitivo de los salarios
cuando prometen “recuperar el poder adquisitivo
de los salarios en cuanto se asiente el crecimiento
de la economía española” (medida 30, página 11).
 Esto es, no se sabe para  cuando.

Otra cosa que deja para mejor ocasión es el
aumento del gasto en Educación hasta el 7%
del PIB en un plazo de ¡ocho años¡ Y lo peor
está por llegar.En el apartado “derecho a la
educación” del documento “Reformas
Constitucionales” no hace mención a la
derogación de la Ley Wert  (posiblemente
lo dejen en manos del “consenso” prometido
por “todos” para su derogación, incluida
la derecha nacionalista), y en referencia a
los centros concertados les concede un claro
espaldarazo dado que les da el nivel de
escuela “subsidiaria de la pública”
(medida 62, página 18).

En referencia a las pensiones, sólo plantea volver
a la reforma de 2011. ¡Como si ello significara
una mejoría sustancial para el sistema!
No es nuestra intención destripar las resoluciones
de la Conferencia, porque no aportan nada
nuevo. Lo que sí es destacable es que Rubalcaba
y el resto de los dirigentes socialdemócratas se
han lanzado, como hasta ahora, a detallar toda una
serie de medidas que lo único que pretenden es ser
la bala en la recámara de la estabilidad del
sistema burgués y del capitalismo en general.

Para luchar consecuentemente por recuperar
los derechos robados, el PSOE debería
cambiar diametralmente su acción política,
dado que la actual, por su inacción en
unas ocasiones y por su colaboración en otras,
 le han convertido en uno de los pilares
del desacreditado y aislado gobierno de la derecha.

No hay una sola palabra ni una sola medida que nos
haga pensar que un hombre como Rubalcaba,
que participó en el Gobierno de los recortes
con Zapatero vaya a cambiar tanto como para
luchar por devolver los derechos robados por
el gobierno del PP.  Ello debería haber ocasionado
un cambio radical desde ya, en la forma de
gobernar del PSOE allá donde mantiene
gobiernos autonómicos y locales, donde
sus cargos públicos se afanan en la
aplicación de las directrices del gobierno
Rajoy como alumnos aventajados.

JOSÉ LUIS RUIZ.
Militante del PSOE.

(Socialistas por la Izquierda- I.S. MADRID)

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