10 de diciembre de 2013

REFLEXIONES PRE-NAVIDEÑAS.

Cuando se acercan fechas señalas para la cultura de la cristiandad, como son las fiestas navideñas, todos nos deseamos paz, bienestar y un futuro digno para los seres humanos, pero esas promesas duran solo unos breves días, porque en realidad impera la hipocresía del modelo burgués dominante y la lógica del lucro privado,  que en vez de aminorarse, incluso se aceleran cada Año Nuevo, con una vida peor para la mayoría.  

La clase dominante está compuesta por privilegiados banqueros, especuladores indignos, mercenarios de tres al cuarto, déspotas caudillistas, oportunistas apátridas y carreristas de toda laya, todos ellos imbuidos por el gran egoísmo que les exige el modelo al cual sirven, cuyo objetivo viene determinado por la lógica del lucro privado a las órdenes de los cárteles de las finanzas.

A través de sus lobbies bancarios y empresariales,  condenan a los trabajadores al paro y la miseria, sin miramientos de ningún tipo, para continuar obteniendo ganancias astronómicas que se acumulan y atesoran cada vez en menos manos.  El colapso del mercado libre, cuando estalló la crisis,  demostró el desastroso funcionamiento del modelo de democracia burguesa que está laminando los derechos adquirido por pasadas duras luchas del movimiento obrero durante la transición y el auge posterior del capitalismo.

La debacle del sistema capitalista está llegando a ser de tal magnitud que sus consecuencias, pese a las reiteradas campañas de “brotes verdes” y “salidas de túneles”, serán difíciles de restaurar en un futuro inmediato si la clase obrera no se pone en pié y recupera su empuje, porque como estamos viendo, en este sistema burgués el robo es ilegal y punible, pero el producto de lo robado es sagrado y se convierte en muy rentable para los ladrones de cuello blanco, que, por la lentitud de la Justicia, por la levedad de las penas a los grandes defraudadores, por los arreglos y amnistías a favor de los Poderosos, esos grandes desfalcos les son  de bastante utilidad. 

Los numerosos casos de corrupción que se siguen dando continuamente son el síntoma de una sociedad capitalista fracasada, e incapaz de cortar esas injusticias,  pues el sostener con fondos públicos las empresas de esos ladrones de guante blanco especializados en la especulación y saqueo de los bancos, es una perversión que el gobierno ampara contra el pueblo indefenso, pero sabemos que ningún gobierno que siga sometido a la lógica del capital privado puede solucionar los problemas sociales que necesita la clase trabajadora.

La ciudadanía observa con espanto la aplicación de los planes de recortes del PP que van encaminados a desmantelar totalmente lo que empezó a llamarse Estado de Bienestar, planteando la privatización de todo lo público, sean empresas o bienes,  lo que más temprano o más tarde, traerá fuertes encontronazos con la clase trabajadora que pasará de observador paciente,  a la acción decidida, mediante convulsiones sociales y levantamientos como vemos ya en algunas zonas.

Eso no puede ser de otra manera supuesto que el liberalismo ha fracasado como modelo de gestión del capitalismo, que ahora se tiene que apoyar en las muletas del Estado para robar al pueblo y entregarles dinero de nuestros impuestos a los banqueros para que sigan manteniendo colosales tasas de ganancias. El pueblo está harto y no entiende que los recursos públicos de nuestros impuestos sirvan para tapar agujeros y desfalcos bancarios producidos por los propios capitalistas que se van de rositas.

El sistema capitalista ya no es capaz de hacer avanzar el nivel de vida medio de la población, sino que lo destruye, retrotrayendo los niveles de vida a tiempos de la postguerra.  Con ello, la frustración y el malestar de la población siguen aumentando agravado por el grado de corrupción, el azote del paro y la situación de degradación de los niveles de vida a la que nos conduce la política antisocial del PP que está practicando lo contrario de las promesas electorales.

Pero el movimiento en la lucha de clases está resurgiendo con una fuerza colosal, como hemos visto con las oleadas de las diversas “mareas”, conflictos sociales y huelgas generales, cada vez más duros, actuando como punta de lanza el movimiento estudiantil que viene dando ejemplos de madurez y organización, dirigidos por el Sindicato de Estudiantes,  lo que indica que las izquierdas, tanto socialistas, comunistas como anarquistas, deben sacar pecho y demostrar que lo que en realidad ha fracasado no es tanto los gobiernos en si, (que también) sino el modelo liberal capitalista que ya no puede ni siquiera cumplir su misión fundamental como es explotar a la clase obrera, como se demuestra por el enorme “ejercito de reserva de mano de obra” que de forma crónica se ha acumulado y que al ritmo de salida de la crisis del último mes, tardarían 160 años en salir del agujero.

Esto nos tiene que hacer reflexionar a todos, principalmente a las cúpulas de las organizaciones de las izquierdas, que deben modificar sus modelos de análisis y programas, porque si asumen la lógica del capitalismo, se quedan sin alternativa viable porque en verdad, el verdadero socialismo, democrático y libre, al servicio de los seres humanos, no cabe dentro del capitalismo.

En realidad, necesitamos luchar los 365 días del año por un mundo socialista, donde se antepongan las necesidades de los seres humanos al lucro privado de los especuladores, pero eso requiere unas transformaciones profundas en las estructuras del modelo ya que el socialismo estará justificado si supone una garantía de desarrollo de las fuerzas productivas en beneficio de la clase trabajadora y los pobres para atender sus necesidades vitales.

El péndulo de la historia ha empezado a girar hacia la izquierda porque el modelo burgués capitalista agrava constantemente las contradicciones entre la producción y el consumo social, por una parte y el lucro privado por otra, que aumenta las necesidades  y penurias de las masas que se empobrecen, crece el paro, la miseria y la explotación, empujando la demanda hacia abajo y preparando como único camino, otra burbuja financiera que tendría unos efectos todavía más dañinos en el futuro. Todo eso, los burgueses lo saben, pero cuando dicen algunos que tienen la conciencia limpia, y que los recortes y ataques a los trabajadores es lo único que pueden hacer, es que han perdido la memoria o la vergüenza.

Se habla cada vez con más insistencia de la necesidad de una reforma de la Constitución, de pasar a un estado Federal, de la República,  de romper el Concordato con la Santa Sede y demás reformas democrático burguesas que tendrían que haberse hecho ya hace tiempo.

Desde  nuestra corriente Izquierda Socialista venimos denunciando permanentemente la necesidad de cambios profundos, porque lo que la clase trabajadora necesita no es solo esta “democracia burguesa, corrupta, decadente y en declive”, detrás de cuya careta se esconde la más cruel dictadura del capital, sino que reclamamos una democracia auténtica, una democracia socialista, republicana, con la aplicación de un programa nuevo,  verdaderamente socialista, donde se garantice un puesto de trabajo para cada persona, unos salarios dignos y decentes, una vivienda adecuada, una educación de calidad y unos servicios sociales universales,  que mejoren sustancialmente las condiciones de vida que son las verdaderas aspiraciones de las masas en sus luchas por una sociedad mejor y más humana.

ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE-A.




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