11 de octubre de 2013

LAMPEDUSA: FOSA COMÚN DEL CRIMEN CAPITALISTA.

 Sigue aumentando el número de muertos por el  naufragio de  migrantes africanos que viajaban amontonados en las bodegas de un barco, que podríamos denominar de “trata de esclavos” que huyen voluntarios buscando una vida mejor.  El número de muertes por el naufragio de la semana pasada de ese barco con migrantes, que naufragó  cerca de la isla siciliana de Lampedusa en Italia aumentó a más de 300  tras la recuperación de más cuerpos,  

Pero la hipocresía de la burguesía es tremenda porque se niega a reconocer la raíz del problema de fondo que no es solo la imprudencia y falta de escrúpulos de los propietarios de esas embarcaciones clandestinas, sino que el verdadero problema es la crisis económica que golpea a África y la política que imponen las potencias económicas imperialistas a los estados en permanente colonización,  sometidos por las armas o por el dinero, a la vez que se les impide la libre circulación a los ciudadanos que quieren salir de ese infierno.

Durante siglos de depredación, esclavismo y colonización, África ha sido destruida y humillada por el capitalismo, pese a ser reconocido científicamente que ha sido la cuna de la humanidad. Ahora es un continente sometido por el capitalismo moderno.  Miles de seres humanos, hombres, mujeres, a veces con sus niños, necesitan escapar de la forma que sea con la esperanza de encontrar un trabajo, aunque sea el más explotado y precario en Europa, para poder quitarse el hambre, para huir de las sangrientas guerras a las que se les somete provocadas para la defensa de los intereses de las multinacionales, que consienten y alientan a gobiernos títeres para que les defiendan sus beneficios privados.

La hambruna que padece África es ya crónica y esa crisis alimentaria  afecta a millones de personas en zonas como Etiopía, Somalia, Kenia, etc, provocando que millones de niños estén desnutridos y hambrientos muriendo por falta de nutrientes, mientras que en Europa se destruyen alimentos para equilibrar precios y que las multinacionales sigan obteniendo enormes beneficios, siguiendo la lógica bárbara del sistema capitalista. La sequia actual y los efectos del Cambio Climático, afectan a zonas inmensas que agudizan la situación.

Podemos afirmar, como así lo atestiguan informes científicos independientes del capitalismo, que “el hambre que afecta a los países africanos o de otras partes del planeta no es una fatalidad, sino que es algo evitable ya que sus causas fundamentales son económicas y políticas. Por ejemplo existen zonas del planeta con sequías muy fuertes (Estados Unidos, Australia) que no padecen hambrunas importantes. En cambio, países donde desde hace millones de años han vivido y evolucionado nuestros ancestros se ven sometidos a cada vez más frecuentes períodos de “crisis alimentarias””.


Existen informes que explican que  “hay un acaparamiento masivo de tierras fértiles por parte de inversores extranjeros, no sólo en el Cuerno de África sino en gran parte de países africanos, asiáticos y latinoamericanos, provocando que miles de campesinos tengan que abandonar sus tierras, lo que a su vez lleva a que desaparezca la agricultura de subsistencia que existía y tengan que comprar los alimentos a multinacionales cuya finalidad es el lucro”.


Existen pruebas alarmantes de que algunas de las tierras de cultivo más productivas les están siendo arrebatadas a los pueblos indígenas locales y arrendadas a empresas extranjeras para el cultivo y la exportación de comida, mientras que miles de sus ciudadanos pasan hambre en medio de la devastadora sequía que afecta a la región. “Enormes extensiones de tierra fértil en la zona del río Omo, en el sureste de Etiopía, se están alquilando a empresas, italianas, chinas  y coreanas.”.


Como explicaba un compañero en un artículo hace meses “Lo mismo está sucediendo en Mozambique, Uganda, Mali, etc. con fuertes luchas por parte de los pueblos afectados ya que, al final, el futuro que les espera es trabajar (si pueden) para la multinacional de turno y comprar los alimentos a un precio cada vez más alto, o abandonar la tierra donde han vivido siempre y trasladarse a las ciudades a engrosar las masas de parados y hambrientos de las capitales africanas. La subida del precio de los cereales, provocada por movimientos especulativos en los mercados internacionales, ha sido una de las causas de las hambrunas en el Cuerno de África. En Somalia, el maíz y el sorgo rojo aumentaron un 106% y un 180% en un año. En Etiopía, el precio del trigo subió un 85%, y lo mismo podríamos decir de Kenia, Uganda, Tanzania,  etc.”



También podemos conocer,  leyendo revistas especializadas,  que en  “Somalia, a pesar de la frecuencia de las sequías, fue autosuficiente en la producción de alimentos hasta finales de los años setenta. A partir de los ochenta, las políticas impuestas por el FMI para que el país pagara su deuda, hicieron que se aplicaran medidas de ajuste también en la agricultura, lo que significó la apertura de sus mercados para permitir la entrada masiva de productos de empresas multinacionales, como el trigo y el arroz. Estas empresas agroindustriales empezaron a vender sus productos por debajo del precio de coste, haciendo la competencia desleal a los campesinos.  Devaluaciones periódicas de la moneda, alza del precio de los abonos, semillas, etc. y, junto con eso, el fomento de una política de monocultivos para la exportación forzaron, paulatinamente, al abandono del campo por parte de los agricultores.”  


“La ONU y su Programa Mundial de Alimentos (PMA) han ayudado a esta política de ataque a los campesinos.  Como explica T. Mountain (11/08/2011): “Retrocediendo hasta 2006, el PMA empezó a distribuir toda la ayuda de grano de años para Somalia justo en el momento en el que los campesinos somalíes llevaban sus cosechas de grano al mercado. Con miles de toneladas de grano gratis disponible, a los campesinos somalíes les resultó casi imposible vender sus cosechas y tuvieron que enfrentarse al desastre. (…) Después, en 2007, justo cuando la cosecha de grano somalí empezaba a llegar a los mercados locales, el PMA de nuevo distribuyó toda su ayuda de grano de años, sólo que esta vez allí estaba el Ejército etíope para protegerle. Con una sequía de cuatro años que volvía a afectar a la mayor parte de Somalia, se podría decir que el PMA ayudó a dar el tiro de gracia a la agricultura somalí. Por tanto, no cabe sorprenderse mucho de que la resistencia somalí, Al Shabab (Los Muchachos), haya sacado a patadas al PMA de la mayor parte del sur de Somalia que controla”.


“Sólo entre 300 y 500 empresas controlan el comercio alimentario global y presionan a los gobiernos para mantener la actual situación que tantos millones de beneficios les da. ¿Que aquí pueden morir 500.000 niños, como advierte Unicef? ¿A quién le importa eso? Son cifras, estadísticas de gente que vive muy lejos y todos sabemos que el hambre no va a acabarse con unas cuantas toneladas de comida. Si queremos acabar con el hambre, primero debemos acabar con el sistema que lo genera, debemos acabar con el sistema capitalista que es el culpable de la miseria de la mayoría para que una minoría de parásitos explotadores acumulen más de lo que pueden consumir ellos y un sinfín de generaciones posteriores”. Los trabajadores europeos y los de todo el mundo, debemos tender nuestros fraternales brazos a los migrantes, porque en la historia todos los pueblos lo hemos sido de una forma u otra, y exigir la libre circulación de las personas al menos como la tienen las mercancías, a la vez que se permita el libre ingreso con pleno derecho a la documentación legal para todos los trabajadores y sus familias puedan ganarse la vida a la que todos los seres humanos tenemos el legítimo derecho.

ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A



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