25 de septiembre de 2013

¿ PREPARADOS PARA TUMBAR AL PP ?

La política del PP consiste en cargar el peso de la recesión sobre las espaldas de la clase trabajadora que significa meter  la mano en los bolsillos a los más pobres para robarnos  y dárselo a los banqueros y capitalistas.  El gobierno de Rajoy está dispuesto a continuar con sus ataques pese a que en realidad es ya un cadáver político y si la izquierda luchásemos unidos, con firmeza y por una alternativa, Rajoy tendría los días contados.

No obstante, y así ha ocurrido durante la historia,  las relaciones de producción cambian y como ocurrió en la época feudal, el modelo fue desplazado por una nueva economía capitalista. Igual ocurrirá porque,  más temprano o más tarde, el modelo actual será reemplazado por la democracia y el socialismo porque el capitalismo ya no funciona bien.  

Con todo el descaro del mundo, a través de los grandes medios de comunicación, el Gobierno ha lanzado una potente campaña para persuadirnos de que la crisis se ha terminado. Para algunos banqueros, quizás sea cierto, pero para los trabajadores es una mentira más porque hay crisis para rato.  Los grandes empresarios han tenido reuniones con el Gobierno y les vienen apoyando, alentando los ataques contra los trabajadores con gran prestancia y virulencia, exigiendo cada día más y más.  Nuevos ataques a las pensiones, sanidad, educación y derechos sociales están sobre la mesa.  Con las reforma de las pensiones intentan recortar en torno a 33.000 millones de euros, casi lo que el Estado paga de intereses a la Banca cada año.

Existen voces que avisan de la necesidad de otro nuevo rescate bancario. La morosidad bancaria ha subido por encima del 11 %. Las rentas por habitante han caído por debajo del año 2002 y el sector industrial ha perdido un 30 % desde 2007. La desigualdad y la miseria aumentan y el 27 % de los españoles están al borde del nivel de pobreza.  Muchos niños pasan hambre y la juventud entre 18 y 24 años sufre un paro del 82 %, lo que representa una potente bomba en los cimientos del sistema que en cualquier momento puede estallar.

Los partidos tradicionales se están hundiendo en las encuestas electorales, sobre todo el PP, e CiU, pero también el PSOE que no levanta cabeza, mientras los minoritarios crecen con fuerza, sobre todo Izquierda Unida, aunque la abstención sigue muy alta.

Uno de los problemas con lo que se encuentra la clase trabajadora en su lucha por transformar la sociedad, son las trabas que representan sus propios dirigentes que se autodenominan ellos mismos “socialdemócratas” e incluso “socialistas”, pero que al asumir la lógica del capitalismo y no aspirar a defender un programa para superar este podrido sistema capitalistas, se convierten en un freno para llevar a cabo una lucha por el nuevo programa socialista que debe llevar una carga ideológica y activa para que se avance en el fortalecimiento de la unidad y la mejor organización que el movimiento obrero necesita.

Como consecuencia de la política conservadora muy de derechas que practica el PP, está existiendo un trasvase brutal de plusvalías del bolsillo de los trabajadores a las arcas de los banqueros y las grandes empresas, como indican los datos de que la Banca ha obtenido un aumento de sus beneficios en el primer semestre de este año del orden de un 67 % y los empresarios del IBEX-35, aumentan sus ganancias en torno al 19 %, mientras que los niveles salariales se siguen hundiendo y algunos voceros mercenarios del capital se atreven a exigir que los jóvenes tienen que cobrar salarios por debajo del sueldo base que está sobre los 640 euros al mes.

La clase trabajadora asalariada moderna, al igual que ocurre desde sus inicios bajo el capitalismo,  es privada de los medios de subsistencia viéndose lanzada al paro donde no puede ya vender su fuerza de trabajo, porque el desempleo se hace estructural y masivo, entre otras cosas, por la alta productividad de la maquinaria y las nuevas tecnologías y  la crisis que frena el desarrollo de las fuerzas productivas, que debido a la concentración en manos privadas y también por la traba que representan las fronteras nacionales, junto a la crisis estructural del modelo imperialista, se encuentran al borde del abismo de la depresión económica.

La fuerza de trabajo humano incorporado a la mercancía es la fuente de todo valor. La parte del valor generado por el trabajador asalariado, por la utilización de su fuerza de trabajo que queda en poder del capitalista se le llama plusvalía.  La propia dinámica de los mercados, que se mueve a base de una feroz competencia, desata una batalla permanente por colocar cada cual sus mercancías para realizar la venta, como el método final de realizar los beneficios.  Así pues, todo capitalista, al verse obligado a robar la plusvalía al asalariado, se convierte en un pequeño o un gran ladrón, lo admita o no  como sujeto activo en la producción capitalista.

Es bien sabido que el carácter y la estructura de toda sociedad se  hallan  determinados por el modo de producción que impera en cada etapa histórica.  Pero llegado un punto de los procesos históricos, las fuerzas productivas no podrán seguir desarrollándose hasta que las viejas relaciones de producción no sean cambiadas, en el caso actual, por un nuevo modelo basado en la democracia obrera, la planificación científica que tiendan al socialismo, con la participación masiva de la sociedad en su conjunto.

Pero incluso siendo perfectamente posible que los trabajadores tomasen el poder con un programa de transición,  el verdadero socialismo no puede eliminar de golpe las contradicciones de clase, sino que debe crear las condiciones de incremento de producción y justicia distributiva,  suficientes y necesarias,  para eliminarlas superando al capitalismo.

La construcción del socialismo no puede alcanzarse de inmediato pero, si es posible la toma del poder por la clase trabajadora, pero para ello se requiere una dirección firme, armada con un programa genuinamente socialista, que sea capaz de convencer a las organizaciones sindicales, sociales y políticas, que luchen democráticamente a fondo para vencer y doblegar a las fuerzas conservadoras y reaccionarias.

Por tanto, entre otras tareas, es necesario fortalecer el movimiento obrero y juvenil, dotándonos de un programa combativo, democrático y socialista, que signifique una verdadera alternativa al modelo capitalista corrupto y degenerado, porque la deslegitimación de las instituciones burguesas del Estado siguen en caída libre, existiendo una gran hostilidad hacia la burocracia política corrupta que necesitan un recambio, pero éste no puede venir más que de una clase trabajadora en lucha, más activa, participativa y consciente de la realidad que vivimos, para poder transformarla y avanzar hacia la sociedad socialista que todo ser humano merece.  Otro mundo es posible, SI, pero con el genuino socialismo.  

¡¡Organízate y lucha por un mundo mejor ¡¡

ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com





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