1 de junio de 2013

SITUACIÓN EN EL ESTADO ESPAÑOL:



EL ESTADO ESPAÑOL: 

El Gobierno del PP está manejando la economía tomando medidas ultra-liberales y negociando con la Troika con el único objetivo de garantizar que los banqueros, los capitalistas y grandes especuladores sigan obteniendo beneficios y los ricos continúen aumentando sus fortunas, que la evaden a paraísos fiscales, lo que representa robar a los pobres para dárselo a los ricos.

En el Estado, el paro ha sobrepasado ya los 6.200.000 parados con más del 27 % de índice de desempleados. Alrededor de 13 millones de ciudadanos se encuentran por debajo del umbral de pobreza. Cerca de 400 familias diarias han venido siendo desahuciadas de sus viviendas, y continúa el PP sin hacer caso a la Directiva de Europa que denuncia como ilegal la Ley obsoleta que están aplicando los banqueros, para más inri, con el dinero público de esos mismos bancos, que están siendo reflotados con nuestros impuestos, para tapar los desfalcos y bancarrotas del sector financiero, cuyos directivos y grandes accionistas capitalistas se han venido forrando.

El nivel de vida y los salarios, en el 2012 han sufrido el mayor retroceso desde los tiempos de la dictadura, por la aplicación de la Contra-Reforma laboral llevada a cabo por el PP, que ha instaurado una verdadera política de terror en las empresas, que equivale a una férrea dictadura de la Patronal que aplica el despido libre y casi gratuito. La Educación pública está siendo desmontada, así como la Sanidad y los Servicios Sociales y las pensiones, que la derecha del PP está dispuesta a privatizar llevando a la sociedad a tiempos del franquismo donde no existían derechos básicos ni libertades políticas  ni sindicales.

Nuestra corriente viene reclamando que existe una alternativa a la podredumbre y degeneración que ofrece el capitalismo. Esa alternativa tiene que pasar por una serie de planes que representen una salida por la izquierda a la situación actual, donde se contemplen en primer lugar los intereses de la mayoría que es la clase trabajadora y las capas medias y no la banca,  los monopolios especuladores y los grandes latifundios.

Es preciso poner sobre el tapete del debate la necesidad de luchar por un sector financiero nacionalizado y democrático, para crear una Banca Pública Estatal, que bajo el control democrático de los trabajadores, que somos la mayoría aplastante de la sociedad, ponga en marcha un programa auténticamente socialista, que fomente la producción,  introduciendo la planificación científica de los recursos productivos de forma racional y orientada a satisfacer las necesidades sociales y no a salvar los intereses económicos de una minoría privilegiada de banqueros y especuladores que han estafado al pueblo.

Esta es la forma de poner toda la maquinaria productiva en funcionamiento, ayudando con créditos baratos a los autónomos y las Pymes, ayudando a que los trabajadores, con el concurso de sus sindicatos, reabran todas las empresas cerradas que sean viables y creen otras nuevas, lo que nos permitiría ver cómo las lacras del pasado, de la escasez de créditos, de lo raquítico de la producción, de la falta de puestos de trabajo y demás lacras del sistema se convertirían en un mal recuerdo del pasado.

Es posible lograr todo eso pero para ello es necesario en primer lugar rechazar los Pactos con la Derecha, con la trampa de un Gobierno de Concentración Nacional o algo parecido, que sería como atarnos  las manos a los trabajadores. De lo que se trata es de  reorganizar, unir y fortalecer el movimiento obrero, tanto sindical como políticamente para obtener un apoyo activo a este programa que indicaremos claramente al final de este documento, para que sea llevado a cabo por la clase trabajadora y la juventud, a propuesta de un gobierno compuesto por una izquierda amplia que abarque desde el PSOE, IU, ERC, BNG, incluyendo a todo partido de izquierda que se quieran incorporar, para formar una plataforma que aglutine a los sindicatos de clase, encabezados por UGT, CCOO, CGT, SAT, S.E. y todas las demás fuerzas que quieran integrarse en las tareas de avanzar resueltamente hacia la salida de la recesión y prepararnos para la construcción del socialismo.

La mayoría de los partidos de izquierdas que existen en la actualidad, se declaran partidarios de construir un nuevo modelo de sociedad, donde se contempla la República, el Laicismo y el Socialismo;  varias de esas fuerzas  fueron en sus inicios marxistas y revolucionarios, pero esas organizaciones no viven en el vacío y han ido cediendo ante las presiones que el sistema capitalista ejerce sobre la sociedad, teniendo efectos graves sobre todo en sus direcciones que están siempre a la derecha de sus bases. En la mayoría de los casos, los dirigentes de izquierda sindical y política han aplazado la voluntad de luchar por el socialismo. No quieren admitir que la política de pactos con contra-reformas sociales es un suicidio y no lleva a ninguna parte. Esto ha producido una adaptación al capitalismo considerándolo como lo único posible, con todo lo que ello implica de desmovilización, para la práctica de las tareas sindicales y políticas.

La mayoría de los compañeros que están en puestos de dirección del movimiento obrero han caído en el error de tragar el anzuelo del discurso burgués, queriendo explicar ante la clase obrera que ahora apenas hay diferencias entre la política económica de un gobierno de derechas y otro socialdemócrata, lo que es un error grave que confunde a la clase.

Hemos visto cómo las cúpulas dirigentes sindicales, excepto cuando sienten una presión fuerte desde las bases, han tomado el camino de la menor resistencia aceptando los ajustes que patronal y gobierno de turno plantean como “lógicos y necesarios”, para mantener los beneficios del gran capital, creando un rechazo desde las masas que les hace estar cada vez más desprestigiados a ojos de los trabajadores, mientras que son aplaudidos por la Patronal como los salvadores del capitalismo.

De una forma u otra, la lucha entre las clases, que han querido soslayar y aplazar, no la podrán eliminar por lo que son inevitables fuertes convulsiones sociales en el futuro, más tarde o más temprano, en la misma línea o similar a las que están produciéndose por los trabajadores de todo el planeta, si no giran a la izquierda y encabezan la lucha,  porque esas rebeliones son inevitables si se continúan con los ataques al nivel de vida de las masas. En esos momentos turbulentos, veremos cómo nuevas capas de trabajadores y de la juventud despertarán a la actividad sindical y política. Buscarán con ahínco las ideas y los programas con los que dar un sentido y una perspectiva a la lucha.

Es una Ley histórica que muchos sectarios desconocen, que los trabajadores se orientarán hacia las organizaciones y los movimientos más conocidos y con más tradición, como son PSOE, I.U., CCOO y UGT, (aunque también crecerán los pequeños) lo que provocará tensiones cada vez más fuertes entre aquellos sectores de la dirección que se empeñan en sus hábitos y mentalidad de giros a la derecha y sus bases que empujarán hacia la izquierda, dando lugar a crisis y nuevos reagrupamientos en el seno  movimiento obrero y sus organizaciones, e incluso por fuera, cuando los trabajadores necesiten saltar a la lucha.
 
Siempre hemos repetido que los sindicatos y los partidos de la clase trabajadora no son propiedad de sus dirigentes, sino que pertenecen y se deben a la clase, por lo que los trabajadores y la juventud intentarán recuperar estos instrumentos para lo que realmente fueron creados: para luchar contra la explotación capitalista y por una sociedad mejor. En esta batalla, las ideas del verdadero socialismo, los mejores programas que sirvan para la transición al socialismo, serán apoyados por cada vez un mayor número de trabajadores en lucha y tendrán la posibilidad de jugar un papel determinante en el movimiento obrero y sus organizaciones.

Como trabajadores, como luchadores por un mundo mejor, la defensa de las ideas del verdadero socialismo, lógicamente, implican tareas prácticas, nos obligan a participar como venimos haciendo en el movimiento real, en las luchas y en el debate allí donde se produzca. Y esa lucha hay que llevarla adelante constantemente. Algunos miembros de nuestra corriente Izquierda Socialista tenemos una larga historia de más de treinta años construyendo un ala izquierda en el PSOE que conecte con el movimiento obrero del Estado español, pero el reflujo producido por el largo boom que hemos vivido ha ralentizado el proceso más de lo que algunos hubiésemos deseado, pero ahora, la necesidad acucia y es urgente continuar en esta línea que con tanto tesón algunos han venido manteniendo.

Como militantes de la Corriente Izquierda Socialista-PSOE hemos venido desarrollando pacientemente nuestra actividad en los frentes de lucha de clases donde hemos podido, contando con nuestras escasas fuerzas, que ahora empiezan a crecer, tanto en el terreno sindical, como político, desarrollando debates sobre la situación económica, política y social, sobre la problemática de la mujer y la juventud, defendiendo el ecologismo y el medio ambiente, manteniendo un debate ideológico, con una abrumadora desigualdad de condiciones contra los defensores del sistema, criticando científicamente las ideas de la clase dominante que calaban bastante entre la juventud y la clase obrera apartándola de la lucha por el socialismo.

Hemos mantenido firmes la bandera del socialismo auténtico, democrático y libre,  el socialismo marxista que defendían  Pablo Iglesias y los fundadores del PSOE y de la UGT, pero adaptados a la actualidad,  frente al marasmo, la confusión y las calumnias con las que nos atacaban e intentaban desprestigiarnos la burguesía y sus defensores, a veces viéndonos literalmente entre la rueda del molino de la derecha del PP, y otros grupos de la caverna,   que se viene apoyándose en los sectores social-liberales y socialdemócratas, que nos acusan de radicales y la crítica de la izquierda estalinista, que nos acusan de colaborar con la izquierda radical, lo que impedía que nos abriésemos un hueco para explicar nuestras posiciones entre esas dos corrientes últimas del movimiento obrero.

Los militantes de nuestra corriente somos trabajadores asalariados, por lo que también colaboramos en la lucha sindical y luchamos por un cambio drástico en la política de pactos sociales que han venido practicando nuestros dirigentes de UGT y CCOO,  donde algunos se han burocratizado e incluso han colaborado con la corrupción, como el presunto caso de los ERES, con el encarcelamiento de un alto cargo del sindicato, situación que rechazamos y combatimos como cuestiones condenables por el movimiento obrero y prácticas más bien de carácter mafioso que debemos seguir combatiendo allá donde se produzcan.  

Nuestra corriente ha venido combatiendo y condenando la corrupción, se dé ésta en la derecha o en la izquierda, actuando como lo hacemos como corriente crítica en los organismos donde tenemos alguna representación,  y presentando alternativas, escritos y mociones como puede leerse en los informes  y artículos presentados  permanentemente y hechos públicos en nuestro blog, (1)  que explica nuestra batalla crítica permanente, porque entendemos que esas políticas de colaboración entre clases, esos consensos sin contenidos favorables para los trabajadores, estás totalmente agotadas, pues en la actualidad solamente pueden  ofrecernos retrocesos en las condiciones de vida de la clase trabajadora o incluso destruir nuestras organizaciones porque pierden prestigio ante los ojos de las masas que se apartan de nuestras filas.
 
Nosotros defendemos, al igual que en el plano político, la unidad en la acción entre los sindicatos, para avanzar en lo que consideramos necesario, como es un sindicalismo de clase, combativo y democrático, que se base en el método de la democracia obrera, en la unificación de los conflictos sociales, en la práctica activa de la solidaridad entre la clase y en la necesidad de caminar hacia la unidad para vincular las demandas y reivindicaciones, tanto salariales, de jornada, de estabilidad en el empleo y demás puntos de la acción sindical, con el objetivo de vincularlo todo a la lucha política por el socialismo. Rechazamos el “sindicalismo apolítico” porque siempre es amarillo y favorece a la Patronal que es el brazo económico del PP y éste es el brazo político del capitalismo.

Como corriente de izquierda, como Izquierda Socialista-PSOE, hemos demostrado que podemos hacer las cosas de forma diferente a como la han venido haciendo los compañeros de la dirección de los partidos y sindicatos del “reformismo sin reformas”  después de años difíciles, sin apenas recursos, en un período de enorme confusión ideológica, con las condiciones tan adversas bajo la implacable ofensiva ideológica tan enorme por parte de la burguesía y sus defensores los imperialistas, cuando dijimos NO a la OTAN y nos jugamos la expulsión del partido, cuando fuimos a la Huelga General del 14-D, cuando apoyamos y fuimos a la Huelga General del 29 de Septiembre, la del 14-M,  en defensa de la clase trabajadora, cuando en esta lucha contra los planes de jubilación a los 67 años hemos venido apoyando siempre a nuestra clase, movilizándonos en unidad de acción con nuestros sindicatos y la clase trabajadora en su conjunto, cuando siempre hemos venido batallando democráticamente y participando en los debates, en el interior del partido, ofreciendo alternativas programáticas y pidiendo un giro a la izquierda, en este contexto nuevo en el que entramos, donde la lucha de clases y el despertar político de amplios sectores de la juventud y de la clase trabajadora será inevitable.

Mañana publicaremos el apartado VI.- POR UN PROGRAMA SOCIALISTA ALTERNATIVO  QUE ACABE CON LA DICTADURA DE LOS MERCADOS.



(En los días siguientes iremos publicando el resto del documento, al que pueden aportarse enmiendas por parte de los afiliados, militantes y simpatizantes, remitiéndolas a) : 


ispsoeandalucia.malaga@gmail.com


(Recomendable leer junto con la publicación anterior y posteriores)


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