9 de marzo de 2013

CONTINUACIÓN DEL DEBATE SALVATIERRA-DEL RIO.



 De: Mario Lisandro Salvatierra Saru
 Enviado el: martes, 05 de marzo de 2013 23:09
 Para: RIO MARTIN, JESUS
 Asunto: Respuesta de Mario


 Hola Jesús: En primer lugar, muchas gracias por sus comentarios.

Yendo al tema. Efectivamente, la última parte de mi escrito no ofrece una respuesta al problema que planteo porque creo que por ahora no la hay, es decir, sumarse a las mareas ciudadanas no es una respuesta, es una protesta pero nada más. El problema que tenemos enfrente es que los motivos de las protestas están justificados, pero pensar, como usted cree, que espontáneamente  saldrá el nuevo paradigma, es tener mucho optimismo. No lo veo. Antes de ser optimista prefiero ser realista: falta un denominador común de propuestas. Note usted que me dice que con los sindicatos no podemos contar y yo no veo forma de construir el socialismo sin los sindicatos. Hay que cambiar muchas cosas, de acuerdo; pero no confundamos los efectos con las causas: el papel de los sindicatos ya no puede ser el de antes, pero no porque los sindicatos se hayan oligarquizados o burocratizados sino porque el trabajo ha cambiado con el capitalismo. ¿En qué tipo de capitalismo estamos ahora? ¿En el mismo del siglo pasado? Creo que no; es más, no creo que el capitalismo en el actual momento de su desarrollo cree plusvalía a base del trabajo. Esta es la razón por la que los sindicatos tienen que repensarse, como asimismo el partido socialista.

Sin embargo, pensar que la salida a la crisis vendrá de la espontaneidad de los movimientos de base me parece una ingenuidad. Sólo con mirar lo que pasó con el movimiento 15M tenemos la respuesta. Y eso sin contar con lo que ha ocurrido en Italia.

Lo que usted plantea es muy parecido a las tesis del foro cívico o a un sector de IU. Como movimiento movilizador está bien, pero falta mucho más.

Yo planteó la carta precisamente para que pensemos eso que nos falta porque por ahora no encuentro una traslación política clara al cabreo generalizado.

Reciba un saludo. Mario Salvatierra.-



El 06/03/2013, a las 10:10, "RIO MARTIN, JESUS" escribió:

Hola, Mario.

Por lo que veo, compartimos bastantes inquietudes. Yo también soy
Licenciado  en Filosofía y, aunque funcionario del Estado desde hace 25 años, durante una buena parte de mi vida estuve relacionado con los medios de comunicación, como guionista de radio y televisión. Creo que nuestros puntos de vista están situados en el ambiente donde desarrollamos nuestras actividades y eso diferencia nuestra percepción, usted desde los ámbitos de organización y decisión, yo desde la sociedad que se mueve a pie de calle y vive en medio de las sensaciones e inquietudes de los trabajadores y el resto de los ciudadanos. Ambos desde el PSOE y UGT, aunque yo he optado  por darme de baja en los últimos meses, porque me sentía ahogado entre unas siglas que, lejos de darme alas, me atenazan y no me facilitan espacios creíbles donde sentirme cómodo.

Representé a UGT en las últimas elecciones sindicales, hace dos años,  cuando aparentemente la sociedad vivía en calma. En estos dos años he vivido una especie de terremoto ideológico, como la gran mayoría de mis compañeros de trabajo. He vivido la rabia, día a día, llamando en las puertas de mi sindicato para pedir respuestas, que no se producían, lo que ha provocado muchos abandonos, muchos. Tanto mis compañeros como yo hemos encontrado el  vacio, donde se suponía que estaban los líderes, donde esperábamos encontrar las ideas y las voces que nos movilizasen contra el ataque violento del neoliberalismo que va destrozando lentamente el mundo en el que casi todos creíamos, el de la protección que nos da lo público, frente al insaciable apetito de los mercados financieros y la iniciativa privada.

He vivido la decepción y el asombro que vive la mayoría de la  población, 
sin que nadie ofrezca soluciones. Y nos estamos movilizando en mareas y plataformas que avanzan como seres vivos, adaptándose a las circunstancias, tal y como se ve en la marea verde, en la blanca, con los desahucios, con las preferentes, y con infinidad de movimientos que van surgiendo, con el único interés de organizar la defensa de lo que consideramos derechos fundamentales de la población. Para nosotros, los filósofos, esto no es nuevo. Ya lo avanzaba Deleuze cuando hablaba de movimiento rizomático que iba surgiendo como alternativa a las estructuras piramidales que perdían solidez. El descrédito de la política y el escándalo con el que los ciudadanos vivimos el olor a podrido de los partidos políticos, es como una carcoma que se extiende a otras espacios de poder como la monarquía, la banca, sectores de la justicia, hasta la cúpula de la Iglesia (soy ateo, pero lo observo con atención).

No creo que los movimientos ciudadanos acaben dando forma a un nuevo
sistema,  aunque recordando las palabras de Kuhn en su libro sobre las revoluciones científicas, los cambios se van produciendo de manera progresiva hasta que se llega a un pulso definitivo entre el nuevo paradigma y el viejo. Ahora no se ve posible, pero sería cuestión de tiempo o de que algo relance los posicionamientos de la sociedad en general. Lo que está claro es que la sociedad se está moviendo por las bases, lentamente, tomando iniciativas, proponiendo, manifestándose, y está claro que estos movimientos pueden empezar a marcar el camino de toda la sociedad, con sus propias herramientas de protesta, organización y presión, cada día más eficaces.

Lo que me preocupa son dos riegos, uno es que surja un líder populista y demagogo (no sé si el ejemplo sería Grillo en Italia); otro, que todo desemboque en un estallido de violencia, porque la caída paciente de parte de la sociedad en la pobreza y la falta de recursos se está convirtiendo en muy alarmante y cualquier acontecimiento fortuito puede incendiar la calle.

Por eso creo que no hay tiempo. Desde el PSOE, IU, EQUO, etc, no hay capacidad para unir a toda la izquierda, tampoco queda tiempo para grandes y profundos debates. Lo que la sociedad busca son respuestas claras, contundentes y creíbles (de sindicatos y partidos, donde no se escucha casi nada). Si no se reacciona rápido, estamos en manos del destino, que en ocasiones resulta bastante caprichoso e imprevisible.

Es bueno este debate, pero mejor sería que personas como usted lancéis el mennsaje que la mayoría de los trabajadores estamos esperando escuchar.

Esa responsabilidad es vuestra, de los que estáis ahí arriba. Si no se hace, es posible que el tiempo o la historia os acaben culpando.

Me permito enviarle un manifiesto, como otros muchos que corren por ahí en diferentes ámbitos, con el que nos estamos organizando abajo y que, sorprendentemente, firman mayoritariamente los compañeros de trabajo.


 Un afectuoso y sincero abrazo.

Jesús del Rio.




De: Mario Lisandro Salvatierra Saru
Enviado el: miércoles, 06 de marzo de 2013 11:42
Para: RIO MARTIN, JESUS
Asunto: Re: Respuesta de Mario

Hola Jesús: ante la carencia de programa básico común que aúne una plataforma política de izquierdas (Equo, IU, PSOE, etc), es verdad que puedan producirse las dos riesgos que señala: populismo y estallido social.

Ambas situaciones podrían darse a la vez, no son excluyentes; sin embargo, pienso que el populismo, por ahora, no cuajará ya que no hay a la vista ningún líder carismático con un destino mesiánico redentor; es mucho más probable que, si esta deriva no se corrige, ocurra un estallido social. Este punto es muy importante porque desde la transición en España nunca ha habido un "estallido social" y si estudia este fenómeno a partir de lo que ocurrió en Argentina en el año 2001 (con el corralito), entonces observará que este tipo de fenómeno se lleva a todos por delante. Y lo que es peor, los que se llevan la peor parte son los trabajadores. En Argentina aún no se han recuperado de la fractura de las clases medias y ha quedado muchísima gente en la cuneta, sin presente ni futuro.

Precisamente, lo que tenemos que evitar es que todo esto acabe en un estallido. Pero para evitarlo es preciso no caer en la trampa de la "antipolítica", por ejemplo, hablar de "clase política" como se hace en el documento que usted me envía, pensar que la unión del los intereses de los trabajadores no responden a planteamientos "ideológicos" (como también afirma el documento), "tener una sola voz superando las tendencias políticas". Todas estas declaraciones suponen ubicarse en la "postpolítica", pero eso ¿qué es?. ¿Acaso se piensa que ese modelo de democracia directa solventará la actual crisis? Todo esto me recuerda a la época en que se pensaba que las asambleas bastaban para lograr vencer al establishment económico-político. La trampa es pensar que una especie de "anarcocracia" podría darnos las respuestas adecuadas.

Creo que el camino que tenemos que recorrer es justo hacer frentes con otras fuerzas de izquierdas, reformar las perversiones de los sindicatos (que las hay, y muchas) y, sobre todo, renovar al PSOE de abajo a arriba.

Una vez más Jesús, te agradezco mucho tus comentarios.

Un abrazo,

Mario Salvatierra.


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