10 de diciembre de 2012

LOS DERECHOS HUMANOS NO SE PUEDEN CUMPLIR BAJO EL CAPITALISMO.



Cada 10 de diciembre se celebra el Día de los Derechos Humanos, donde tenemos la oportunidad de analizar la situación social y económica del planeta, para intentar aproximarnos a la realidad del grado de cumplimiento, (más bien Incumplimiento), de esos derechos que deben afectar a todo ser humano. En declaraciones hipócritas de la burguesía se hacen pomposas declaraciones defendiéndose sobre el papel lo que toda persona  tiene derecho a recibir, pero que cada día se alejan más de su cumplimiento.

Los estrategas de la clase dominante capitalista han demostrado su impotencia para sacar al mundo de la recesión actual después de más de cinco  años desde que estalló la crisis y  se ven incapaces de hacer cumplir los  derechos civiles, porque en vez de avanzar hacia su cumplimiento, están retrocediendo hasta situaciones de principios del siglo pasado, cuando la ONU acordó en 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos que incluye a toda persona,  por el simple hecho de su condición humana, donde se dice que se debe garantizar  una vida digna, sin distinción alguna de etnia, color, sexo, idioma, religión, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.  

Desde el verano de 2007 recorre el mundo la mayor crisis y posterior recesión de la economía capitalista desde el crack del año 1929.  El gran colapso de la crisis estructural del sistema se expresó a través del derrumbe económico del sector bancario provocado por las “subprime” en los EEUU, esfumándose inmensas cantidades de recursos de dinero fiduciario que quedaron desvalorizados, sumiendo al sistema financiero internacional en un tsunami de proporciones históricas del que todavía no se ha recuperado, y lo que es más grave, camina hacia una posible depresión.

A partir de aquella fatídica fecha, el conjunto del sistema capitalista en lo que se refiere a la economía productiva real,  se ha ido profundizando en una terrible recesión que de forma simultánea afectó a todas las grandes potencias, principalmente a EEUU y luego a Europa, que han puesto en entredicho los fundamentos del modelo liberal burgués, que se ha quedado sin paradigma, al colapsar tanto el keynesianismo socialdemócrata como el ultra liberalismo conservador,  derrumbándose estrepitosamente todos los axiomas ideológicos de la clase dominante, con toda su parafernalia de Premios Nobel de economía y cientos de miles de estrategas,  doctores en economía y demás tecnócratas que son verdaderos acólitos de esa religión de la lógica de “los mercados” que no resuelve nada.  

Aquellos sueños utópicos y felices de esos estrategas del capitalismo han quedados hecho añicos por la tozuda realidad. Esa falsa idea de un crecimiento sostenido, soportados sobre una descomunal deuda y una carrera virulenta de la especulación, el pelotazo urbanístico y el chanchullo privado, para saquear a los estados, dio paso a una caída fulminante de la economía con tremendas repercusiones en la pequeña y mediana empresa que ha sido fagocitada por los grandes capitales, dejando un reguero de paro estructural forzoso imposible de restablecer, con un empobrecimiento generalizado de las masas, que están entrando en situaciones de hambrunas  incluso es países de Europa, donde hace unos años parecía que esa lacra había sido erradicada. En el Estado español, los comedores dedicados a paliar las necesidades alimenticias, a través de las ONG están siendo desbordados por las peticiones de auxilio de los ciudadanos empobrecidos, en una clara violación de los Derechos Humanos por parte de los Gobiernos de turno en casi todos los países.

Esto demuestra el sonoro fracaso de las recetas aplicadas por todos los gobiernos burgueses,  que se han dedicado a drenar billones de euros de los ciudadanos para dedicarlos a salvar a la banca y a los corruptos y estafadores que nos han venido saqueando. Han adoptado unas urgentes medidas fiscales  con el objetivo de seguir engordando los estratosféricos beneficios del gran capital para satisfacer las ansias de ganancias de un puñado de grandes multinacionales financieras, sometiéndonos a todos los pueblos a la dictadura del capital, sin importarles la voluminosa deuda pública soberana que ha llegado a límites desconocidos en la historia de la humanidad, que quieren que sea ahora pagada por los ciudadanos empobrecidos, violando una vez más los Derechos Humanos, pues atacan  la Sanidad, la Educación, las pensiones, la Ley de Dependencia y demás servicios sociales.

Existe un verdadero desconcierto y una profunda desorientación sobre qué rumbo tomar reflejados en los foros internacionales del sector financiero, lo que representa una confesión descarnada de la bancarrota en la que se encuentra la “ciencia económica burguesa” y todos sus defensores y apologistas.  Todo su enorme aparato de propaganda puestos al servicio del desprestigio y las calumnias durante décadas, con ataques cada vez más rabiosos contra el socialismo científico y el materialismo dialéctico que es la filosofía que lo soporta,  desprestigiando todo lo que oliera a “nacionalizaciones de los grandes medios de producción, como la banca y otros”, no han servido para nada, porque ellos mismos, ante la terrible debacle de su sistema, se han visto forzados a “nacionalizar bancos, pero, eso si, en beneficio de los mafiosos y corrutos banqueros que se han aprovechado de las muletas del estado para su propio beneficio, lo que, en vez de solucionar el problema, lo ha continuado agravando en una espiral descendente  hacia la miseria.

A pesar de todos los intentos por erradicar del debate de forma definitiva ese espectro del socialismo científico, llamándonos utópicos, alarmistas y mil calumnias más, la profunda recesión que amenaza a la economía hacia la depresión, está poniendo de relieve de nuevo la validez de las ideas y los análisis del marxismo, que clarifica la realidad de sus análisis respecto a las crisis económicas, que están contenidas en los textos clásicos de Marx, que de nuevo se está poniendo de moda.

El peligro de la depresión es una verdadera amenaza contra los intereses de la clase trabajadora, como estamos ya sufriendo en esta recesión, que se está llevando por delante algunos de los Derechos Humanos que se habían  conquistado con las luchas obreras durante las últimas décadas. Es una amenaza que exige una respuesta unitaria, organizada y contundente bajo una bandera limpia que será levantada desde el seno de la propia clase trabajadora en pro del socialismo, si queremos preservar los Derechos Humanos conquistados, recuperando los que nos han sido arrebatados y avanzando hacia su completa realización.

Las acciones contundentes que estamos observando por parte del movimiento obrero en luchas desesperadas contra los ataques de la burguesía, donde la clase trabajadora empieza a ponerse de pie desafiando a la burguesía en Europa, con una escalada impresionante de la lucha de clases en Grecia,  Italia, Portugal, Francia, Estado español y demás países, así como el movimiento revolucionario que recorre el Norte de África durante más de un año,  son una prueba de los años turbulentos y los cambios bruscos y repentinos que se van a producir en la lucha y en la conciencia de las masas.

La crisis ha puesto en evidencia una descarnada lucha entre el mundo del capital, que quiere acabar con todas las conquistas eliminando todos los artículos de los Derechos Humanos y los derechos que amparan las Constituciones,  y las medidas aplicadas por la hoja de ruta de ese capitalismo de rapiña, opresor y explotador que está chupando la sangre de las plusvalías, para seguir acumulando riquezas cada vez en menos manos, sin ofrecer ninguna salida social a la recesión.

El sistema capitalista, al contrario de cómo empezaron a decir algunos estrategas al inicio de la crisis, que se habló de reformarlo, no es en reformable en absoluto.  Por tal motivo, en la actualidad como en ninguna otra circunstancia de las últimas décadas, la clase trabajadora, con la juventud y la clase obrera a la cabeza junto a todos los ciudadanos que aspiramos a un mundo mejor, debemos levantar con fuerza la bandera del genuino socialismo, de la lucha contra la corrupción, la explotación y la falta de ética, para exigir la nacionalización de la banca, de las multinacionales y los latifundios ociosos, para ponerlos bajo control obrero y democrático al servicio de los trabajadores aplicando un plan de producción a favor de la clase trabajadora, como la mejor salida y más rápida para salir de la recesión. Otro mundo es posible, pero con el socialismo. Organízate y lucha porque bajo el capitalismo no hay salida ni pueden cumplirse los Derechos Humanos.

ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACION.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE-A



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