7 de septiembre de 2010

UGT Y LA FORMACIÓN IDEOLÓGICA.


Hace ya unos meses asistí a la Escuela de Formación de la UGT, en Aldeacentenera, pueblo conocido no sólo por sí mismo sino también por la valiente, solidaria y comprometida labor de gobierno que lleva desarrollando allí durante años su alcalde, Francisco Monterroso. Allí, enseguida comenzaron las ponencias y con ellas, los debates. En ellos pude ver a una UGT que rompía totalmente con el concepto de sindicato parsimonioso y "colaboracionista" del capital que me había ido fraguando durante años de escuchar críticas y a algún que otro dirigente.

Observé militantes con años de lucha a sus espaldas, que recorrían muchos kilómetros y defendían al trabajador incluso aunque eso significase sacarle los colores a algún que otro ponente. Sin embargo, durante las jornadas nocturnas, en las que no sólo se cuentan chistes o se toma alguna que otra cerveza, también se desarrollan debates, que pueden llegar a ser tan interesantes como los oficiales de la mañana. Allí me encontré con una cuestión que me llamó bastante la atención. Lancé una pregunta importante. Hablé de ideología, de labor sindical acompañada de labores de formación de la clase trabajadora y por ende, de la ciudadanía.

Lamentablemente, no obtuve la respuesta que me parecía acertada. Allí algunos de los compañeros hablaban desde posicionamientos que yo no logro comprender, de pura defensa de los convenios, de ausencia de los planteamientos teóricos, no se hablaba de formación ideológica, sin embargo allí nos encontrábamos todos recibiendo dosis de economía, derechos laborales y planteamientos para una Europa más justa. ¿De que vale formar a los sindicalistas si estos no transmiten lo aprendido a los trabajadores?

Por todo esto y siempre desde mi punto de vista, es absurdo mantener una lucha sindical sin compromiso ideológico, pero que nadie piense que estas palabras son de réplica o una crítica hacia la labor sindical, simplemente considero, que los problemas de la gente corriente, del trabajador despedido sin motivos o de aquel que no tiene convenio, ni seguro, ni pagas extra, o sin recibir nómina en vacaciones, que por desgracia son muchos en nuestra región, han acabado por ser la principal y única tarea del sindicato. Por supuesto, en este tipo de cuestiones UGT, al igual que CCOO deberán poner todo su empeño en proteger a los que hacen florecer la tierra, pero esa tierra de nuevo será yerma, terruño, si no admitimos que la lucha que se vive en algunas empresas día a día, no es más que una escaramuza de la auténtica guerra que vivimos desde hace más de cien años contra el sistema capitalista, desde hace medio siglo contra el Neoliberalismo.

Antes de continuar, si alguien no está de acuerdo con esto, que piense detenidamente en los puestos de trabajo perdidos ante la brutal apertura de los mercados que no respetan ningún tipo de derecho laboral, como puede verse por ejemplo en Asia, aunque podríamos citar otros, como el estadounidense no nos olvidemos. ¿Acaso hemos renunciado también al internacionalismo socialista? Si lo hemos hecho, hemos renunciado al Socialismo, tampoco olvidemos esto. De esta manera, nuestra lucha, elevada, necesita también de una actitud elevada, debemos combatir la injusticia allá donde se produzca, interna o externa y es que a ese término tan nombrado día a día; "globalización", también se le puede añadir el término, social. GLOBALIZACIÓN SOCIAL.

De esta forma, si no se forma a los trabajadores, si no conseguimos transmitirles que el problema reside en esta forma de economía que genera miles de millones de pobres en el mundo para generar unos pocos miles de ricos, no conseguiremos jamás ofrecer a las generaciones futuras unas condiciones de vida que no impidan a los jóvenes obtener una vivienda digna, a sus padres unas condiciones laborales justas y a sus abuelos unas pensiones que retribuyan los años de trabajo. Esa es o al menos desde mis argumentos, debería ser una de las principales tareas del sindicato, defensa de los derechos y formación ideológica como clave del cambio social. Por último, debo decir que en el momento en que vivimos, con un PSOE desorientado y excesivamente alejado de la realidad, UGT debe suplir esa carencia por su contacto directo con las inquietudes y problemática de la población.


Pablo Iglesias Ordóñez.
Coordinador General de Izquierda Socialista de Extremadura.

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