2 de julio de 2010

EL PARO Y SUS CONSECUENCIAS.



Una de las principales actividades de nuestra vida es el trabajo, sobre todo para los que no tenemos medios para mantener una vida de ocio, como la que llevan muchos burgueses, cuya mayor actividad es la de pensar cual es el automóvil que estrenarán el próximo año, o el Yate, o cualquier otra pijada por el estilo.


Desde muy pequeños, a los hijos de la clase trabajadora la sociedad nos prepara para cumplir la función de mano de obra para la explotación, bien a través del aprendizaje de un oficio, bien mediante el estudio de una carrera.


Todo el proceso de escolarización está encaminado a ese objetivo. A ser “hombres de provecho”, a preparar nuestras mentes para que seamos obreros sumisos o cuadros medios que defiendan el sistema burgués que ellos tienen montado. Nos preparan técnica y psicológicamente, para que pasemos toda nuestra vida activa implicados en esa importante, y para ellos, más que lucrativa tarea, de producir lo más posible en el mínimo tiempo.


Pero algo está fallando cuando caminamos hacia cifras de paro totalmente inauditas, tanto a escala mundial, como en nuestro país donde nos acercamos peligrosamente a los 5 millones de parados, según calculan algunos economistas para los próximos trimestres, sin visos de solución bajo el actual modelo capitalista de libre mercado que sigue colapsado, pero que intentan resucitar a base de “inyecciones financieras” constantes, que se esfuman como una gota de agua sobre una plancha caliente.


Sin trabajo suficiente en la sociedad, la producción desciende, por lo que habrá menos bienes y servicios, como comida, vivienda, escuelas, menos para invertir en cultura e infraestructuras todo tan necesario para el disfrute de una vida digna al que todo ser humano tiene derecho, derrumbándose la perspectiva que nos prometían de construir un Estado de Bienestar que se ha convertido ahora en su contrario. El malestar, la pesadumbre, la desolación, la frustración y el miedo se están extendiendo ahora como un reguero de pólvora.


Todos sabemos que el trabajo, un trabajo digno y bien remunerado al que todo trabajador aspira legítimamente, es lo que nos ofrece vida, por lo que negarle a la persona el derecho al trabajo, no solamente significa impedirle ejercer ese Derecho a tener un mínimo nivel de vida, sino que, es condenarle a una muerte prematura en sus esperanzas vitales, a la vez que se les priva de su dignidad como ser humano y social, violando los Derechos Humanos, que con tanta hipocresía pregonan los voceros de la clase dominante.


Esa condena injusta, al arrebatarnos un puesto de trabajo, o lo que les está pasando a muchos jóvenes, que cumplen treinta años y más, pero nunca han tenido un trabajo digno, equivale a excluirles de la sociedad civilizada, empujarles hacia la barbarie, hacer de sus vidas una cosa inútil y sin sentido, que les puede arrastrar hacia dos posiciones, bien a su hundimiento personal, cayendo en la depresión, en las drogas o en la búsqueda de una evasión artificial o se volverán revolucionarios y buscarán la forma de cambiar radicalmente este sistema que los oprime.


El desempleo forzoso es un auténtico crimen contra la humanidad. Esos que los están provocando, que son los banqueros, especuladores, explotadores y corruptos que ostentan el dominio de los grandes capitales, todos esos y los que defienden ese modelo desigual y egoísta son los auténticos responsables de esa situación de paro, miseria y hambruna, en la que están sumiendo a la humanidad y deberían ser condenados por todo ello, pero el concepto de Justicia burguesa, que la propia Judicatura conserva, administra e imparte, viene impuesto por la ideología de la clase dominante, como no puede ser de otro modo bajo el modelo capitalista actual.


Existe por parte de ciertas asociaciones, partidos y sindicatos de izquierdas la preocupación de que se están creando unas especies de guettos, donde se desarrolla una incipiente xenofobia y racismo en los barrios, de aumento de lumpenización de la juventud de la clase obrera, sobre todo en esas zonas más deprimidas de las grandes ciudades, que por sí solo ya representan una condena de este injusto sistema capitalista que está llamado a desaparecer, cuya fuerza está en esa juventud que unida a la clase trabajadora, organizada y en lucha, son los llamados a hacer las profundas transformaciones que necesita este viejo modelo caduco y decadente.

Esas tareas están llamadas a realizarlas esos mismos sujetos que están siendo arrojados a la fuerza fuera del sistema, porque no les son rentables al capitalismo, lo que demuestra que este sistema se ha hecho tan inútil que no puede ejercer su principal función, que es explotar laboralmente a los trabajadores. Federico Engels explicaba que “la necesidad se expresa a través del accidente” y esas sabias palabras podemos interpretarlas como que en cualquier momento, un proceso accidental en la situación social, puede provocar un “cambio brusco y repentino en la conciencia de las masas” que haga cambiar la aparente apatía de las masas desahuciadas y lo convierta en su contrario, de acuerdo con la dialéctica, que opera aunque algunas doctrinas filosóficas lo nieguen.



El “ejército de reserva de mano de obra”se ha hecho demasiado grande y representa un peligro cuando empiezan las protestas, produciéndose los mencionados “cambios bruscos”, de cuyo proceso hemos entrado en los inicios, como los marxistas habíamos estado contemplando en nuestros análisis y perspectivas. Aparte de los incrementos en las luchas obreras, que cada día son más firmes y más espontáneas, pueden ocurrir procesos similares a los que vimos hace un tiempo con los levantamientos de la juventud en los sucesos de las barriadas en Francia, donde se produjeron acciones violentas a la desesperada, con incendios de cientos de vehículos cada noche, que desataron una oleada de represión y violencia extrema. Incluso pueden ocurrir oleadas de huelgas y convulsiones sociales tan tremendas que sean verdaderas luchas continentales. Las luchas prolongadas en Grecia, Francia, Italia y otros países así lo están contemplando a través de sus organizaciones sindicales.


La burguesía tiene un pánico atroz a las movilizaciones y agitaciones sociales. Saben del peligro de las concentraciones de poblaciones pauperizadas que van aumentando. Las recientes huelgas, como las del Metro de Madrid, la Huelga General en Euskadi y otros movimientos, son un incipiente comienzo de lo que nos espera. La falta de esperanza en encontrar un puesto de trabajo, la escasez de infraestructuras sociales adecuadas y atenciones primarias básicas, están fraguando un peligro que la propia burguesía ve que puede convertirse en una situación, que más tarde o temprano, cuestione masivamente el modelo capitalista y las masas empujen a sus dirigentes hacia una búsqueda firme del camino del socialismo. Ante esta situación, que los propios estrategas del capitalismo están detectando, analizando y avisando ¿Por qué no hacen nada para evitarlo? ¿Por qué se parten el culo en reuniones como las del G-8, G-20, el Grupo Bilderger en Sitjes, etc y no encuentran soluciones?


Las corrientes de opinión que utilizamos el materialismo dialéctico como el mejor método para el análisis de la realidad concreta lo venimos explicando. La causa fundamental es que el Capitalismo, debido a sus propias contradicciones internas, no se puede reformar, ni por los liberales, ni por los socialdemócratas, ni por muchas Terceras Vías que intenten buscar, pues todas esas teorías han sido arrumbadas por la tozudez de los acontecimientos. Han sido probadas por Gobiernos de distintos países, sean éstos de derechas, de centro o de centro izquierda y no han podido ofrecer ninguna alternativa válida al paro, a la explotación y a la miseria creciente, dentro del estrecho margen del sistema capitalista.


Venimos repitiendo hasta la saciedad que bajo el capitalismo no hay salida para los pobres del mundo. El verdadero futuro de la humanidad solamente puede venir de las manos de los asalariados en lucha por el verdadero socialismo. Nuestra corriente intenta contribuir a aglutinar las fuerzas de los sectores más avanzados de la clase trabajadora y la juventud, para poder convertirnos en la auténtica punta de lanza para poder avanzar resueltamente en el proceso de la transformación socialista de la sociedad y poder enviar al capitalismo al basurero de la historia que es el lugar que le corresponde por su colapso total, su degeneración hacia la barbarie y las guerras y hambrunas a las que están condenando a la Humanidad.


En los documentos presentados a debate en nuestra reciente II Conferencia de Andalucía de Izquierda Socialista, celebrada en Torremolinos, que trata de dos cuestiones fundamentales, como son “El Cambio Climático” y “Análisis de la situación económica y alternativas”,(*) hemos insistido en la necesidad de contemplar la nacionalización del sector financiero y otros sectores claves de la economía. Esta reivindicación se está extendiendo y estamos confluyendo con colectivos importantes, como el Comité Científico de ATTAC, entre los que se encuentran economistas destacados, así como muchos otros partidos, sindicatos de izquierdas y corrientes críticas, que también defienden la aplicación de una planificación científica de las fuerzas productivas, con base socialista y democrática, bajo cuyo modelo sería absolutamente viable garantizar el pleno empleo, el derecho a una vivienda, a una sanidad pública general y gratuita, a una educación pública de calidad, todo ello con una participación democrática, es decir, que podríamos avanzar resueltamente hacia una democracia social plena.


Como venimos defendiendo en documentos anteriores, al avanzar hacia la socialización de forma democrática por asumir el control de las palancas fundamentales de la economía, puesta en manos de la clase trabajadora en dirección al socialismo, la pesadilla del paro, o de trabajar durante interminables jornadas laborales, mientras caminamos hacia los cinco millones de parados sería eliminada de un plumazo, repartiendo el trabajo entre todos, como un bien escaso, dándole al mismo la función social que requiere.


La reducción de la jornada, sin atacar el nivel salarial, nos permitirá a la mayoría de la población poder participar de manera real y democrática en la vida social, autogestionando la política, la economía y la cultura, que dejarían de ser el monopolio de la clase dominante burguesa para convertirse en democracia participativa. Trabajando todos, produciendo más y repartido mejor, la mayoría de la sociedad estaríamos mucho mejor y si habría una salida digna para la Humanidad. Estamos convencidos de que existe una alternativa para conseguir utilizar toda la maravillosa creatividad de la que es capaz el ser humano y esa alternativa se llama socialismo.

¡¡Únete a la corriente Izquierda Socialista!!

¡¡Lucha con nosotros para avanzar en la transformación de la sociedad, porque otro mundo es posible, pero con el SOCIALISMO¡¡

PEPE MARTIN.
PORTAVOZ EN MÁLAGA DE IZQUIERDA SOCIALISTA-PSOE

(*) Si quieres recibir la revista mencionada, puedes solicitarla al correo:
Is-psoe.malaga@terra.es

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