17 de mayo de 2010

INFORMACIÓN SOBRE EL ACTO EN LA FACULTAD DE COMUNICACIÓN.


Ofrecemos a continuación unos apuntes del Acto Público ofrecido en la Facultad de Comunicación de Sevilla, el pasado 6 de Mayo. Invitados por la Fundación Federico Engels, dentro de las jornadas sobre marxismo, intervinieron como ponentes Pepe Martín, Portavoz en Málaga de Izquierda Socialista-PSOE y Paco Vela, Coordinador de la Comarca de la Axarquia de esa misma corriente de opinión. Desde las 10 de la mañana hasta las 2 de la tarde, con un breve descanso, hubo un interesante acto, ante cerca de un centenar de estudiantes, del que transcribimos un resumen para conocimiento general. Los puntos fundamentales que se expusieron fueron los que siguen:

“Buenos días a todas y todos: En primer lugar quiero dar las gracias a los asistentes por venir a la charla. Gracias también a la Fundación Federico Engels por darme la oportunidad de poder plantear las tesis de IS-PSOE de Málaga en esta Facultad.

La intervención versará sobre “la crisis económica y los medios de comunicación”. Analizaremos las “causas y el contexto de la crisis económica”. Debatiremos sobre los “ciclos de la economía capitalista y el tratamiento que los medios de comunicación burgueses dan a este tema y la controversia que surge cuando la clase obrera quiere hacer uso de esos medios que están en el poder de la clase burguesa dominante. Como tendremos tiempo, también proponemos que hablemos de perspectivas y las tareas que debe plantearse la clase obrera para defender una alternativa que pasa por la necesidad de poner en marcha un programa auténticamente socialista.

En primer lugar trataremos de profundizar en las causas de la crisis. El ciclo de acumulación capitalista que se desarrolló en los últimos 20 años hunde sus raíces en factores derivados de la lucha de clases y una enorme expansión del comercio mundial.

Ha habido un incremento global de la explotación de la fuerza de trabajo y una reducción de los salarios reales. Ese aumento del grado de explotación, con la extracción de las plusvalías, tanto absolutas como relativas a las masas trabajadoras por parte de los capitalistas, cobró fuerzas como consecuencia del fracaso del movimiento revolucionario de la clase obrera en Europa, cuya expresión álgida se dio en el llamado Mayo del 68 francés, la Revolución de los claveles en Portugal en 1974 y el proceso pre-revolucionario seguido en todo el continente, que duró todo el decenio de los años 70 incluso en los inicios de la transición en el Estado español.

La década de los 70 fue una continua lucha muy polarizada y politizada entre las clases, con reconversiones salvajes y privatizaciones, donde el movimiento obrero estaba dispuesto a cambiar la sociedad, pero fue frenado por las propias direcciones obreras que no ofrecían el programa adecuado ni existía la vanguardia necesaria que dirigiese a las masas hacia la toma del poder.

En el Estado español, después de triunfo del PSOE en 1982 se dio un proceso de domesticación de los sindicatos. Luego de la Huelga General del 14-D en 1988, vino un proceso de desmovilización de al clase obrera. También el movimiento obrero perdió fuerzas ante la restauración del capitalismo en los países estalinistas de la URSS, y la transición China al “libre mercado”, al quedarse huérfanos de referencias.

El empuje del imperialismo jugó un papel destacado en la caída de los precios de las materias primas. La burguesía aceleró el fuerte ataque a base de exigir más reconversiones salvajes y planes de privatizaciones, que doblegaron a los dirigentes sindicales.

El desarrollo de la economía China fue otro factor más, a la hora de contener la amenaza de recesión en Occidente, a finales de la década de los años 80.

El largo auge económico, junto con algunas maniobras de “ingeniería financiera” prolongó el ciclo económico mucho más tiempo del normal. Esto se debió a una gran desregulación de los mercados financieros, que se desvincularon totalmente de cualquier control político, dedicándose a la especulación salvaje y a la aplicación de medidas ultra liberales, con una desaforada emisión de capital fiduciario.

El crédito barato y el abuso en la fabricación de ese “dinero fiduciario”, que en realidad es dinero falso, generó una espectacular burbuja bursátil e inmobiliaria que atrajo hacia esos sectores a cientos de miles de millones, que se habían estado acumulando por medio de la especulación y la explotación.

El crédito masivo generó altos beneficios y también unos endeudamientos abultados de la empresa privada, de los Estados y de las familias trabajadoras, que con las cargas hipotecarias, con intereses abusivos, se hicieron, al final impagables.

Esas deudas multimillonarias, fueron transformadas por los estrategas financieros del capitalismo, a través de las bancas y las Bolsas mundiales, en “activos tóxicos”, que eran empaquetados y vendidos como muy rentables; al principio cotizaban al alza como productos de buena calidad, avalados por las empresas como “STANDAR & POOR `S” y otras que son organizaciones dedicadas a la elaboración y publicación periódica de calificaciones de riesgos, acciones y bonos, que fijan la posición de solvencia de esos mismos productos, que al final se demostró que en realidad era puro matute. Ese fraude se puso al descubierto cuando la burbuja estalló en Estados Unidos en el verano de 2007, conocida como la “crisis de las subprime”.

Hubo un desplome de la bolsa y los grandes bancos de EEUU, pero eso fue el efecto de la crisis de sobreproducción cíclica del capitalismo, no la causa, como nos han querido hacer creer. Ese colapso del sistema capitalista saco a la superficie con virulencia la situación dramática del frenazo de los créditos bancarios. El “libre mercado”, que según los liberales lo solucionaba todo, había caído como un castillo de naipes.

Entonces se empezaron a extender los efectos de la crisis que era global, a todos los países del planeta. La burguesía, aterrorizada ante la situación, salió al rescate de la Banca, utilizando el mecanismo de “nacionalización de las pérdidas”. Los Estados garantizaban las deudas de esas bancarrotas, incrementando el endeudamiento público y descargando los costos de tamaños escándalos financieros, sobre los hombros de la clase trabajadora que ahora están queriendo hacernos pagar vía impuestos y recortes sociales.

Los planes de rescate inyectaron en el circuito financiero unos 20 billones de dólares con escasos resultados. La recesión en la que nos encontramos es responsabilidad tanto de los capitalistas como de sus defensores liberales. Sin embargo, la burguesía está intentando evadir esos costes y que la factura la paguemos los ciudadanos. Algunos analistas insisten en que se ha pasado ya lo peor de esta recesión, pero otros dicen que puede haber un largo periodo de estancamiento, posición que nosotros compartimos.

Antes de empezar a crear puestos de trabajo, tiene que haber un crecimiento considerable de la Formación Bruta de Capital Fijo, que cayó más de 14 puntos el año pasado y todavía no se ha recuperado. Las perspectivas anunciadas por las autoridades económicas sobre el índice de crecimiento del PIB mundial para este año 2010, es bajo, en torno al 1 y 1,50 %, lo que desmiente la propaganda de que estamos en una auténtica recuperación. Con esos índices tan bajos no se crearán puestos de trabajo neto globalmente.

El sector financiero está estancado y se ha convertido en un auténtico parásito. Frena a todos los demás sectores y absorbe la acumulación de plusvalías de los asalariados, tanto en la industria, la agricultura, el comercio y los servicios, cuya debilidad de consumo lastra la recuperación porque hace deprimirse a la demanda que constriñe los mercados.

Las tensiones entre los países, por la lucha por esos escasos mercados,( pues todos quieren salir exportando sus bienes y servicios) son un incipiente peligro para el fomento de guerras comerciales, que están en sus inicios, porque los tres núcleos fuertes de la economía mundial, que son China, EEUU y la Unión Europea, tienen intereses encontrados.

Ante la incapacidad de ofrecer un paradigma económico nuevo para salir de la crisis en base al “libre mercado”, Europa tiene que mirarse en el espejo de América Latina. La burguesía lo comprende y han entrado en pánico. Allá existen procesos de lucha de la clase obrera, tanto Revolucionarios como Pre-revolucionarios en distintos países como Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil, Argentina, Nicaragua, etc.

Todos esos países están en ebullición porque también están afectados por el ataque que representa la crisis del capitalismo. Las masas están buscando el camino hacia un nuevo modelo de sociedad, es decir, buscan el socialismo.

La explosión social en Grecia está siendo muy fuerte. Las masas derrotaron hace unos meses en las urnas al Partido de derecha “Nueva Democracia”. Ganó la izquierda encabezada por el PASOK que es el Partido Socialista griego. Ese Partido se ha encontrado que en Grecia existe una economía en quiebra. La contabilidad nacional está falsificada. El fraude y la huelga de capitales, junto con los efectos de la crisis capitalista, han hundido a Grecia en la bancarrota que están intentando reflotar con préstamos un 300 % más caros que antes de esa situación, lo que agravará todavía más a medio plazo la recuperación. La clase obrera está rechazando los planes de ajuste con una huelga general tras otra.

En Portugal, los trabajadores responden también con luchas a los ataques de los planes de ajustes. El día 4 de marzo hubo una huelga general del sector público, protestando contra los recortes salariales. Según anuncia el Fondo Monetario Internacional (FMI) de aquí al 2013 todavía se pueden perder más de 500.000 empleos en Portugal.

Después de Grecia, los siguientes puestos de riesgo los ocupan Portugal, Irlanda y España. La crisis ha agudizado también el descontento social en Francia, Gran Bretaña, Italia y resto de países, incluyendo a la esperada locomotora europea, que es Alemania, que ha estado muy preocupada por la situación de Grecia, porque la Banca de ese país es la que más dinero tiene en riesgo, por los préstamos e inversiones a la economía griega. Si la bancarrota griega se produjese, aunque también afectaría a Francia y a otros países que han apostado por el rescate, las economías de esos dos países más ricos también saldrían malparadas, sobre todo Alemania.

En cuanto al tratamiento de la crisis por los grandes medios de comunicación que están mayoritaria y abrumadoramente en manos de la burguesía, vienen siempre planteando la cuestión bastante sesgada, preparando a la opinión pública para que asuma la “imperiosa necesidad de hacer reformas y ajustes sociales”.

Los medios de difusión, tanto radio, prensa, TV Cine y demás, son instrumentos imprescindibles para mantener el orden liberal-capitalista establecido. Esos medios, por mucho que nos quieran convencer, sabemos que no son imparciales. De una u otra forma se deben a los que le pagan, pues dice el refrán que “el que paga la orquesta decide la melodía”.

Marx decía: “La ideología de la clase dominante es la ideología que domina en toda sociedad”. La clase burguesa que tiene en sus manos los medios de producción de la economía, también dispone de los medios de “producción intelectual”, entre ellos los Medios de Comunicación cuyas asignaturas se profundizan en esta Facultad.

Esos medios, por indicaciones de sus directores, que siguen las pautas marcadas por sus propietarios, cumplen instrucciones de los capitalistas. Defienden las ideas adecuadas para reproducir el modelo burgués al que se deben. Se produce el efecto de “alienación mental” del que Marx habló. Esa alienación o enajenación mental, es el fenómeno de suprimir la personalidad, desposeer al individuo de su pertenencia a una clase, deshacer la personalidad del individuo, controlando y anulando su libre albedrío, para que esa persona se haga dependiente de lo que le es impartido por algún sistema u organización, a través de personas o medios de difusión. La clase trabajadora “alienada”, no se reconoce a si misma como clase, sino que a veces llega a pensar y actuar como la clase adversa a sus intereses, ensimismada por su desorientación social. Este es un proceso mental que puede ser muy provechoso para la burguesía, para mantener a las masas un cierto tiempo dentro del modelo capitalista, que no se corresponde con las necesidades de la clase trabajadora, pero, más tarde o más temprano, las masas, a través de su experiencia, de la explotación y de la lucha, aprenden y el proceso molecular de toma de conciencia, que al principio opera subterráneamente, explota a la lucha en un momento dado.

En el Estado español llevamos meses de profundización de la recesión. Los efectos para la clase obrera están siendo tremendos. Desde el inicio de la crisis hace ya casi ocho trimestres se han contabilizado 2.380.000 parados más alcanzando la cifra de más de 4.600.000. En 1.300.000 hogares no trabaja ningún miembro de la familia. Las rentas del trabajo han caído tres veces más que las rentas empresariales. El 40 % de los jóvenes de menos de 25 años están en paro, lo que representa 15 puntos por encima de la media europea.

La deuda pública sobrepasa el 70 %. El déficit público está en torno al 12 %. La clase trabajadora está pagando la crisis cuando han sido los capitalistas los que la han provocado. En los últimos diez años la deuda financiera de familias, empresas y administración se han duplicado. Representan un 390 % del PIB alcanzando los cerca de 4 BILLONES de euros. Solamente las cien familias que dominan la economía han salido ganando del anterior boom económico. Los salarios reales han retrocedido.

El gobierno ha puesto a disposición de los empresarios 200.000 millones para créditos a través del I.C.O. que están teniendo escasos resultados y se estudia un plan de austeridad que va a perjudicar a los trabajadores. El objetivo principal de un gobierno socialista tiene que ser la lucha contra el paro y la defensa de los derechos e intereses de la clase trabajadora.

La corrupción galopante es colosal. Casos de desfalcos se están dando por miles. Algunos de esos casos están siendo investigados por la Judicatura, como el Caso Gurtel, que pone en entredicho la financiación ilegal del PP. El Tesorero de ese partido ha dimitido abrumado por las acusaciones. El Patrimonio de dicho tesorero del PP pasó de 800.000 euros a 3 millones de euros en 5 años, un 400 % de incremento. Se investiga una presunta trama financiera ilegal. La empresa de Correa, Orange Market, ingresó dinero negro a las cuentas del PP. Ese partido pagó 6,3 millones de euros por actos electorales en dinero negro, que no ingresó impuestos a Hacienda. La Presidente de Madrid, Esperanza Aguirre vulneró todas las normas de contratación pública. Benefició con ello a las empresas de Correa. Más de 500 adjudicaciones anómalas aparecen en el sumario, con todos esos datos, siendo investigados.

En Galicia, el PP emitió facturas falsas por 5,9 millones de euros. El dinero enviado a paraísos fiscales es todavía desconocido. El “presunto delincuente” DON JAUME MATAS, reunió 500 millones de las antiguas pesetas en pocos días, para evitar entrar en prisión. Existe una trama corrupta que utiliza procedimientos de tipo mafioso. Esos fenómenos de la corrupción capitalista se presentan en cualquier tipo de economías. Las empresas privadas siempre andan detrás de los políticos para comprar sus favores. Unos se venden y otros no.

Para un gobierno de izquierdas debe ser importante la lucha contra la corrupción. Pero debe ser igual de importante perseguir a los corruptores, debiendo legislar de forma que se les pueda incautar los bienes expoliados para ponerlos a disposición del pueblo a través de la Justicia, al igual que a los corruptos de turno que deben devolver hasta el último euro antes de salir de la cárcel. Por ello, la banca debe ser estatal y transparente, eliminando el secreto bancario para que sea controlada democráticamente, si de verdad se quiere luchar contra la corrupción y la especulación.

Estamos en una profunda recesión donde la dominación de la economía mundial por unas 200 multinacionales financieras tiene sometido a la industria y el comercio. El miedo a las explosiones sociales es grande. Los capitalistas están presionando al gobierno para que ataque a fondo a los trabajadores. Esos son los programas del PP y sus amos de la Banca y del gran capital: quieren robar a los asalariados para restaurar la tasa de beneficios de los ricos.

La mencionada crisis de las “subprime” iniciada en 2007, que hizo estallar estrepitosamente la burbuja financiera, aún no ha tocado fondo. La vida y la economía de la mayoría de la humanidad dependen de un 2 % de archimillonarios que concentran en sus manos más de un 60 % de todas las riquezas acumuladas en el planeta. En el otro polo nos encontramos con un océano de pobreza, con cerca de 1.500 millones de parados y 3.000 millones de seres humanos que malviven con rentas en torno a 2 dólares al día.

A base de la “ingeniería financiera”, que es el eufemismo tras el que se oculta la corrupción, los capitalistas organizaron una colosal estafa que hizo saltar la Banca Mundial. Eso colapsó el mecanismo esencial del funcionamiento del capitalismo: Cayó abruptamente la producción. Se provocaron cierres masivos de empresas. Aumentó vertiginosamente el paro. Se cortaron los créditos que estranguló la economía. Ese frenazo está aumentando la miseria, la explotación y el malestar entre las masas.

Eso es la prueba del carácter reaccionario del propio capitalismo. El sistema, para sobrevivir, tiene que proceder a destruir de forma masiva, las fuerzas productivas y la riqueza existente. Ese ciego “mercado liberal” dominado por el capital financiero, ha demostrado que su único objetivo económico es, asegurar sus beneficios y poner sus reservas en paraísos fiscales cuando viene la incertidumbre de la crisis. Nunca se han preocupado del bienestar de la humanidad.

No va a ser posible salir de la recesión en el corto plazo utilizando los mismos mecanismos “liberales” que nos han llevado a este desastre, por lo que la alternativa que nosotros, como corriente de izquierda en el PSOE, planteamos en avanzar en la aplicación de un auténtico programa socialista, para lo que es imprescindible una Banca Pública, por lo que el Gobierno tendría que nacionalizar el circuito financiero, incluyendo a la banca, las cajas de ahorros y los seguros. El sector financiero público establecería unas condiciones más favorables, tanto para las Pymes, los autónomos, los agricultores, los comerciantes, como para los trabajadores. Permitiría que se llevara a cabo una planificación científica de las inversiones, con mejoras en Sanidad, Educación e infraestructuras, encaminados a crear puestos de trabajo, aumentar la producción y repartir mejor.

Esto tendría que concretarse en un Plan de Viviendas sociales, construyendo unas 500.000 al año. Una lucha implacable contra la corrupción y la especulación, incautándose los bienes de los corruptos y de los corruptores. En Educación, se aumentaría un 7 % los presupuestos para avanzar hacia una enseñanza pública, única, laica, científica y de mejor calidad. En Sanidad, debería incrementarse un 20 % los presupuestos, para hacer nuevos hospitales, ambulatorios y aumentar las plantillas para mejorar la asistencia. Es urgente el potenciar las inversiones públicas, para contrarrestar la huelga de capitales. Incrementar las inversiones en I+D+i aplicando las nuevas tecnologías, con una planificación racional a través de las empresas de economía social, bajo gestión de los trabajadores.

En cuanto al Paro, es urgente aplicar un plan de choque que contemple la redistribución del trabajo como un bien escaso, decretando la jornada de 35 horas semanales, sin reducción salarial, aplicando el 4º turno en cada empresa donde sea posible. La jubilación será a los 60 años con contrato obligatorio de relevo para un joven, siendo fijo a los 15 días para todas las nuevas contrataciones.

Para fortalecer los Derechos Sociales y fomentar a su vez la producción, es preciso reestructurar las oficinas de empleo. Se aplicará la escala móvil precios-salarios, para luchar contra la inflación. Plenos derechos laborales para la mujer y los inmigrantes, que siguen siendo discriminados.

El salario mínimo será de 1.000 euros al mes, aplicando la cláusula de a igual trabajo igual salario para varón y mujer.

Como conclusión, hay que poner la economía al servicio de la Humanidad. Por lo tanto, la Banca, los Monopolios y los Latifundios de más de 200 Ha deben ponerse al servicio del bien común para que sean gestionados social y democráticamente por todos los ciudadanos y planificados científicamente con un nuevo modelo económico en base a la gestión colectiva y democrática. Así podríamos cumplir el ideal del PSOE que es “la completa emancipación de la clase trabajadora, Es decir, la abolición de todas las clases sociales y su declaración y conversión en una sola clase de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes”.

AREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A

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