30 de abril de 2010

"PRIMERO DE MAYO", día de lucha internacional del movimiento obrero.

Mañana, el primer día del mes, como cada año la clase trabajadora mundial conmemora el “Día Primero de Mayo”, como una jornada de lucha reivindicativa y solidaria del movimiento obrero internacional organizado. Las luchas comenzaron allá por 1856. La idea surgió primero en Australia, como medio para reivindicar la jornada laboral de ocho horas. Los trabajadores organizaron un día de paro completo con manifestaciones y mítines. Esa primera jornada se celebró el 21 de Abril y en principio los obreros australianos se limitaron a ese año 1856, pero tuvo tal impacto sobre las masas del proletariado que se tomó la decisión de repetirla.

La idea de solidaridad internacionalista de una jornada proletaria de reivindicaciones fue aceptada rápidamente y desde Australia empezó a extenderse y propagarse por cada vez más países, conquistando al conjunto del la clase trabajadora mundial.

Los trabajadores que primero siguieron el ejemplo de los obreros australianos fueron los estadounidenses. El proceso de lucha más conocido es la historia de los Mártires de Chicago que empezó con un Congreso de la Federación de Trabajadores de EEUU y Canadá en 1884. En ese congreso se acordó, entre otras cosas, luchar por la jornada de 8 horas, porque las condiciones de trabajo eran difíciles y las jornadas de 12, 14 y 16 horas, además de una condiciones de trabajo totalmente esclavizantes.

En 1886 decidieron que cada primero de Mayo sería un día de paro internacional. Ese día, 200.000 trabajadores abandonaron sus lugares de trabajo y reclamaron la jornada laboral de 8 horas. Chicago fue el centro principal de la Lucha. Las fuerzas de represión del capitalismo estaban preparadas con armas para atacar a los trabajadores con el objetivo de impedir la huelga. Hubo grandes manifestaciones de obreros que desfilaron por las calles de Chicago, desobedeciendo las órdenes de los patronos y desafiando las leyes represivas del Gobierno. En los días siguientes, más de 350.000 obreros salieron a la lucha, en una huelga que afectó a más de 12.000 fábricas en EE.UU.

Albert Parsons, un líder obrero convenció a los anarquistas para que secundaran la lucha. El día 3 de mayo, August Spies, que era redactor de un periódico obrero, habló ante una manifestación de más de 6.000 obreros. Los huelguistas salieron en manifestación hacia la planta Mc Cornick, una de las fábricas más importantes dedicada a la construcción de maquinaria agrícola, con miles de obreros.

Llegó la policía disparando para disolver a los trabajadores y mató a 6 manifestantes y los heridos fueron decenas.

El 4 de mayo todo Chicago estaba en Huelga General, pero no solo esta ciudad, sino que la huelga se extendió a Detroit y varias ciudades industriales más. La policía atacó a un mitin de 3.000 huelguistas; cuado la manifestación se estaba disolviendo y quedaban solamente unos 200 obreros, la policía disparó a mansalva contra la concentración. Hubo otra masacre con cientos de heridos y varios obreros muertos y entre los caídos también hubo 7 policías, porque uno de los manifestantes respondió al ataque con una bomba.

El 5 de Mayo en Milwakee la policía realizó otro ataque sangriento acribillando a ocho obreros polacos y uno alemán. En Chicago hubo también miles de detenidos de entre ellos 8 dirigentes anarquistas. Cuatro de ellos, Spies, Engel, Parsons y Fischer, fueron condenados a muerte, pero en vez de un juicio, hubo una venganza, una especie de linchamiento por parte del Estado, como después se encargó de demostrar con el tiempo la historia. Eran acusados de poner la bomba que mató a los policías. Eso nunca se probó, pero fueron asesinados por el estado capitalista.

PALABRAS DEL ACUSADO GEORGE ENGEL, DE OFICIO IMPRESOR, ANTE EL TRIBUNAL QUE LE CONDENÓ A MUERTE EN 1886. (Fragmentos…)

” Es la primera vez que comparezco ante un tribunal norteamericano, y en él se me acusa de asesino. ¿Y por qué razón estoy aquí? ¿Por qué razón se me acusa de asesino? Por la misma que me hizo abandonar Alemania; por la pobreza, por la miseria de la clase trabajadora. Aquí también, en esta “República Libre”, en el país más rico de la tierra, hay muchos obreros que no tienen lugar en el banquete de la vida y que como parias sociales arrastran una vida miserable.

Aquí he visto a seres humanos buscando algo con que alimentarse en los montones de basura de las calles.[…] Cuando en 1978 vine desde Filadelfia a esta ciudad creí iba a hallar mas fácilmente medios de vida aquí, en Chicago, que en aquella ciudad, donde me resultaba imposible vivir por mas tiempo. Pero mi desilusión fue completa. Entonces comprendía que para el obrero no hay diferencia entre Nueva York, Filadelfia y Chicago, así como no la hay entre Alemania y esta tan ponderada república. Un compañero de taller me hizo comprender, científicamente, la causa de que en este país rico no puede vivir decentemente el proletario. Compré libros para ilustrarme mas y yo, que había sido político de buena fe, abominé de la política y de las elecciones y comprendí que todos los partidos estaban degradados y que los mismos socialistas demócratas caían en la corrupción mas completa.

Entonces entró en la Asociación Internacional de los Trabajadores. Los miembros de esta Asociación estamos convencidos de que sólo por la fuerza podrán emanciparse los trabajadores, de acuerdo con lo que la historia enseña. En ella podemos aprender que la fuerza libertó a los primeros colonizadores de este país, que sólo por la fuerza fue abolida la esclavitud y que, así como fue ahorcado el primero que en este país agitó a la opinión contra la esclavitud, vamos a ser ahorcados nosotros […]
¿En qué consiste mi crimen?

En que he trabajado por el establecimiento de un sistema social donde sea imposible que mientras unos amontonen millones […], otros caen en la degradación y la miseria. Así como el agua y el aire son libres para todos, así la tierra y las invenciones de los hombres de ciencia deben ser utilizadas en beneficios de todos. Vuestras leyes están en oposición con las de la naturaleza y mediante ellas robáis a las masas el derecho a la vida, a la libertad y al bienestar […]

La noche en que fue arrojada la primera bomba en este país, yo estaba en mi casa y no sabía una palabra de la “conspiración” que pretende haber descubierto el ministerio público. Es cierto que tengo relación con mis compañeros de proceso, pero a algunos solo los conozco por haberlos visto en las reuniones de trabajadores. No niego tampoco que he hablado en varios mítines ni niego haber afirmado que, si cada trabajador llevara una bomba en el bolsillo, pronto sería derribado el sistema capitalista imperante.

Esa es mi opinión y mi deseo, [pero] no combato individualmente a los capitalistas; combato al sistema que produce sus privilegios. Mi mas ardiente deseo es que los trabajadores sepan quienes son sus enemigos y quienes sus amigos.

Todo lo demás merece mi desprecio. Desprecio el poder de un gobierno inocuo. Desprecio a sus policías y a sus espías.

En cuanto a mi condena, que fue alentada y decidida por la influencia capitalista, nada mas tengo que decir”.

En 1888 renovaron su decisión y decidieron que la próxima jornada reivindicativa tendría lugar el 1 de mayo de 1890. Mientras tanto, el movimiento obrero europeo se estaba fortaleciendo y las luchas iban en aumento. La más poderosa expresión de ese movimiento tuvo lugar en el Congreso de la Internacional Obrera en 1889. En ese Congreso al que asistieron 400 delegados, se acordó que la lucha por la jornada de 8 horas debía ser la primera reivindicación.

El delegado de los sindicatos franceses, el obrero Lavigne de Burdeos, planteó que esa reivindicación fuese expresada en todos los países a través de una Huelga general universal. El delegado de los obreros estadounidenses secundó la propuesta de su camarada sobre la decisión de ir a la huelga el día 1 de Mayo de 1990, así que el Congreso optó por esa fecha como una jornada de lucha proletaria internacional.
El Congreso había decidido solamente que los trabajadores de todos los países se manifestarían juntos pidiendo la jornada de 8 horas el día 1 de mayo de 1890. Nadie había hablado de repetir la celebración cada año. Nadie podía predecir el tormentoso éxito que esta idea tendría y la manera tan rápida que sería adoptada por la clase obrera. Pero fue suficiente celebrar el 1 de Mayo con tanta participación y firmeza, para que toda la clase obrera comprendiera y sintiera que debía convertirse en una institución anual de lucha permanente, donde se demostraba la fortaleza de la clase trabajadora, que unida y organizada era imparable.

Desde entonces, la clase obrera y los pueblos del planeta luchan cada primero de mayo contra la situación que sufren impuesta por los explotadores y opresores de este injusto sistema capitalista. El imperialismo y capitalismo sólo pueden garantizar superexplotación, tensiones mundiales y guerras. La clase obrera de cada país tiene el reto histórico de encabezar la lucha del conjunto del pueblo para hacer frente y oponerse a los proyectos belicosos y de rapiña del imperialismo y sus aliados internos en su propio país.

Esos primeros de Mayo se reclamaba la implantación de la jornada de 8 horas, pero incluso después de haberse logrado ese objetivo, teóricamente de forma legal, ese día de lucha nunca fue abandonado porque en la práctica las jornadas se prolongan incluso en nuestros días a 10,12 y 14 horas en algunos casos. Mientras continúe la lucha de los obreros contra la burguesía y la clase dominante, mientras todas las reivindicaciones no se conquisten, cada 1º de Mayo seguirá siendo la expresión anual de esas luchas heroicas del movimiento obrero por la causa del socialismo.

Incluso cuando amanezcan mejores días, cuando la clase obrera haya conquistado su verdadera libertad en todo el mundo, entonces incluso, la Humanidad también se verá obligada a celebrar cada 1º de Mayo, en honor a las luchas amargas y heroicas en honor de los enormes sufrimientos del pasado, por tantos luchadores obreros que han quedado en las cunetas por defender con ahínco los intereses de nuestra clase.

Por todo ello, nuestra corriente de opinión sigue manteniendo la solidaridad internacionalista como uno de sus puntos irrenunciables, por lo que alentamos a todos los trabajadores, en este “PRIMERO DE MAYO”, a seguir la lucha porque sólo con la organización, la unidad y la solidaridad del movimiento obrero, podemos crear las condiciones para promover la paz mundial y desarrollar el proyecto socialista que abran el camino a la paz en este planeta y a una sociedad más justa basada en la solidaridad y en la creación de riqueza y empleo gestionados por los mismos que la producen; La clase trabajadora organizada a escala internacional. ¡¡Viva el Primero de Mayo¡¡¡ ¡¡ Viva la clase trabajadora¡¡

AREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE-A
Is-psoe.malaga@terra.es

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